Tierra Santa se vacía de turistas: los daños de la guerra en Israel, Jordania y Egipto

Las cancelaciones de viajes a Israel llegan ya a 2024 ante la amenaza de un conflicto largo, y el contagio se extiende a las reservas de Jordania, sobre todo a los viajes combinados y a las peregrinaciones, y a Egipto, hasta el punto de llegar a una cierta «parálisis»

Guerra Israel - Hamás, en directo

Basílica de la Anunciación, en Nazaret, uno de los puntos imprescindibles de la ruta religiosa en Galilea JFA

Yael Tarasiuk, impulsora junto a su socio Golan Rice del Camino a Jerusalén, una ruta de peregrinación que va de Tel Aviv-Yafo a la ciudad santa, dice que tiene treinta grupos de WhatsApp con amigos y conocidos llenos de ofrecimientos de ayuda: comida, ... casas para alojar a los evacuados. «Es la única luz en esta oscuridad. Hace mucho tiempo que no me sentía tan orgullosa de mis amigos, de mis compatriotas, al margen del gobierno y de los partidos. Hay una psicóloga que ofrece sesiones gratis, una madre que ha hecho 75 pizzas para los soldados. Esta es una sociedad muy fuerte».

Cuando empezó todo, Yael, de cuarenta y un años, estaba en su casa de Rishon LeZion, a veinte kilómetros al sur de Tel Aviv. Luego se trasladó a Netanya, más al norte, a casa de su madre. Dice que ha hecho cuatro veces el camino a Jerusalén, seis días y 112 kilómetros, la ruta que quiere convertir en una referencia para los peregrinos de todo el mundo. En febrero está programada la quinta expedición, esta vez con un grupo de profesores universitarios, entre ellos arqueólogos. «Ese camino -opina- puede ser una cura para el trauma. Hay que hacer otras cosas además de ver las noticias. No podemos estar eternamente de bajón. Será una oportunidad para que los turistas vuelvan y vean cómo somos los israelíes. Si no conservamos el optimismo, no tenemos nada».

El turismo -tan importante en Israel y en otros países de la zona- es una víctima evidente de la guerra. En 2019, el mejor año del sector en Israel, antes de la pandemia, recibió 4,5 millones de visitantes. En 2023, hasta agosto, ya se habían contabilizado 2,6 millones, entre ellos 58.600 españoles. Hasta el 7 de octubre, cuando se cancelaron los vuelos y empezó una cadena de reservas anuladas. Lo mismo ocurrió en el caso de los cruceros. La naviera MSC, por ejemplo, modificó sus salidas hasta enero (de momento) para que sus barcos no pasen por el puerto de Haifa. Donde no hay seguridad no hay turismo, dice un viejo adagio. Y tampoco negocio para un sector que en Israel representó el 2,6 del PIB en 2019 y el 3,8% del empleo total, según la OCDE.

Y el zarpazo no solo afecta a Israel, cerrado a efectos turísticos, sino también a los países cercanos. Según fuentes de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV) «no hay cifras oficiales de cancelaciones para Jordania y Egipto, países que están operando con normalidad. Creemos que no son muchas, pero lo que sí es cierto es que las reservas para las próximas semanas están casi en estado de parálisis».

Lugares donde respirar

El organismo Parques Nacionales de Israel vendió en 2019 trece millones de entradas, un tercio a turistas extranjeros. Estos días, su director, Iosi Bordowicz, apenas se separa de sus hijos en su casa de Petaj Tikwa (Puertas de Esperanza). Al otro lado de la cámara, parece abrumado, con el dolor visible en sus ojos. Recuerda que las alarmas empezaron a sonar en la sinagoga a las 6.30 de la mañana del 'sabbat', en la Asamblea del Octavo día, una fiesta independiente pero adherida al Sucot (fiesta de los tabernáculos), que una mujer vino a llamar a su marido, militar, que había olvidado el móvil; que los jóvenes recibieron una alerta y se fueron. Iosi es ortodoxo. No miró el móvil hasta el anochecer, cuando entendió todo lo que había pasado. Un compañero de trabajo, Ohad Yahalomi, había sido secuestrado con su hijo de doce años. Un amigo de su hijo mayor había muerto en la batalla. «¿Cómo se va a recuperar uno de todo eso?».

Bordowicz vuelve a su trabajo, parques nacionales. Dice que hay 72 de pago, y que 34 permanecen abiertos, sobre todo en la zona central del país, porque «hay grupos de turistas que han decidido quedarse e israelíes que quieren 'ventilarse', salir un rato de los mensajes del móvil, de las noticias de televisión. Es también un desastre económico, mucha gente tendrá que irse a casa con vacaciones forzosas. Pero la guerra terminará y, cuando terminemos de contar los muertos, el turismo volverá y renacerá», afirma.

En la foto superior, la Ciudad Vieja de Jerusalén, cerca de la Puerta de Jaffa. Debajo, el río Jordán como frontera: a la izquierda, Israel; a la derecha, Jordania, en el sitio del bautismo de Jesús. Por último, el zoco de Jerusalén con los comercios cerrados, sin turistas JFA

Peregrinaciones

Dolores Pérez Frías, directora de la Oficina Nacional Israelí de Turismo desde 2008, recibió en las primeras horas del ataque 146 mensajes, casi todos de solidaridad. «En otras crisis recibimos mensajes de impotencia o de fastidio, 'joder, me he quedado sin vacaciones', ese tipo de reacciones. Esta vez han sido de solidaridad, esa es la gran diferencia. Mensajes de personas que hacía tiempo que no estaban en contacto con nosotros, de personas que no tienen una afinidad proisraelí». A muchos de esos mensajes, les contestó así: «Volveremos a la paz y al trabajo para conseguirla de forma permanente. Por el bien de ambos pueblos».

Pérez Frías sabe que mientras no vuelva la conectividad aérea y se anule la recomendación de no viajar de los gobiernos nada se podrá hacer. Mientras tanto, las agencias han cancelado sus rutas, entre ellas las especializadas en peregrinaciones, como Halcón Viajes o Sireica. El turismo religioso y cultural es esencial en Israel, en un itinerario muy alejado de la franja de Gaza que suele pasar por pueblos que resuenan en nuestra memoria desde el colegio como Magdala, Caná de Galilea (Kfar Cana), Cafarnaúm, Nazaret, el Monte Tabor, el Mar de Galilea, o el río Jordán, justo en la frontera con Jordania. Y Jerusalén, claro, la ciudad a la que cientos de turistas entraban solo hace unos días a pie bajando desde el monte de los Olivos. O Belén, en Cisjordania. Pasará tiempo hasta ver estos lugares otra vez llenos, coinciden turistas y portavoces oficiales.

Viajes Sireica lleva cincuenta años organizando viajes de peregrinaciones a Tierra Santa. El fin de semana del comienzo de la guerra tenían allí tres grupos de unas cuarenta personas cada uno. «Si hubiera sido en la segunda quincena de octubre hubieran sido seiscientas personas», afirma Imanol Illarramendi, responsable de la empresa. «Hubo una sensación de angustia y de nerviosismo. Uno de esos grupos volvió el día 9, con Air Europa; otros esperaron a los aviones que envió el Gobierno, y hubo gente que no aguantó la tensión y pasó a Jordania en busca de una salida más rápida».

Illarramendi también cree que esta situación es muy diferente a otras crisis. «Otras veces los turistas que estaban allí aguantaban y los que estaban pendientes de viajar pensaban que la 'tormenta' pasaría rápido, y apenas había cancelaciones. Esta vez el Gobierno de Israel ha hablado de guerra… de guerra larga. Octubre está cancelado, noviembre y diciembre van por el mismo camino, y ya estamos hablando de marzo. Son cancelaciones masivas de grupos de parroquias, de gente muy predispuesta a viajar. Por ahora se ha impuesto la idea de 'ya iremos otro año'».

Repercusión en Jordania

Hakim Tamimi-Mariño, responsable de turismo de Jordania en España, participó hace unos días en Amán en una reunión de agencias especializadas en turismo de aventura. En la mesa de la cena había una cierta sensación de impotencia, señala: «Cuando levantábamos la cabeza hay otra guerra en la región». Y 'levantar la cabeza' no es una expresión exagerada. En 2023, Turismo de Jordania manejaba cifras de entre el 40 y el 120% de mejora de visitantes españoles respecto al mismo mes del año anterior. Agosto, +45%; julio, +59%; junio, +65%; mayo, +120%. Hasta agosto Jordania había recibido a 43.000 turistas españoles.

Tamimi-Mariño envió el lunes un mensaje a sus clientes y amigos en el que decía que «la vida laboral y turística sigue funcionando con normalidad». Días atrás, en la conversación con ABC desde Amán, aseguraba que la repercusión en Jordania -donde el turismo significa el 13% del PIB- afectaba sobre todo a los viajes combinados a Tierra Santa, una fórmula muy habitual en las peregrinaciones, pero las fuentes consultadas en las agencias de viajes extienden la crisis más allá, hasta la paralización de las reservas que menciona la CEAV. Respecto a la importancia de los viajes combinados, son la gran mayoría en el caso de EE.UU., de donde llegan a Jordania 150.000 turistas al año, y un 20 por ciento en el caso de España.

...Y en Egipto

La historia de tres turistas que planeaban viajar a Egipto antes de fin de año aventura un invierno difícil en este país: «Salía este fin de semana y he conseguido un certificado médico para anular el viaje», admite el primero. Una madre con su hija de diez años: «Salíamos hacia Egipto en unos días, pero he cancelado y pagado gastos». Alguien que pensaba viajar en Navidad: «Estoy buscando otro destino». Por ejemplo, Canarias, que, según fuentes del sector, se beneficiará de los que huyen de la zona de conflicto.

Belén Gil lleva veintidós años vendiendo viajes a Egipto en Holacruceros. Dice que los foros de agentes de viajes en los que participa arden con preguntas, pero que por ahora hay más preguntas que cancelaciones. «Cuando alguien que conoce el destino habla con esa persona que duda y le explica que no pasa nada, la gente lo entiende. También a la hora de cancelar cuenta que los seguros no cubren el miedo. Eso sí, se están anulando los combinados, sobre todo de sudamericanos».

Iosi Bordowicz se dispone a cortar la videollamada. Pero antes quiere dejar sobre el papel una alegoría que suele explicar en su casa. «Los árboles en estas tierras áridas sufren incendios y suelen quemarse por fuera, pero cuando llega la primavera puedes ver lugares donde florecen, a pesar de que la corteza siga pareciendo muerta. Eso pasará otra vez aquí. Volveremos a florecer».

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Sobre el autor J. F. Alonso

Soy periodista desde hace más de treinta años. Hice radio, reportajes de actualidad en Blanco y Negro y ABC, y ocio en distintos suplementos. Desde 2007 coordino ABC Viajar

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