Algo pasa en China: las armas nucleares cambian de manos

Wang Houbin, subcomandante de la marina de guerra, dirige ya esta unidad crítica, con Xu Xisheng, subcomisario político del Comando del Teatro Meridional, como comisario político. Ambos militares han sido elevados al rango de generales, según han informado hoy medios oficiales chinos. Este relevo representa el mayor cambio inesperado de liderazgo en las fuerzas armadas chinas en casi una década, desde el comienzo de la campaña anticorrupción por medio de la cual Xi afianzó un poder casi absoluto, e intensifica los rumores que apuntan a circunstancias comprometidas en las interioridades del hermético régimen.

La suerte del depuesto general Li Yuchao, que hasta ahora encabezaba la Fuerza de Misiles, supone un misterio. No hay noticias del militar desde hace al menos un mes, cuando no fue mencionado en las informaciones sobre un evento del EPL presidido por Xi al que por rango y puesto debería haber acudido. Según han apuntado cabeceras como el diario hongkonés 'South China Morning Post' o el británico 'Financial Times' en base al testimonio de fuentes anónimas, Li estaría siendo investigado en un caso de corrupción. Las acusaciones involucrarían también a sus dos últimos segundos, Liu Guangbin y Zhang Zhenzhong.

Las habladurías, no obstante, van mucho más allá. Murmullos insistentes señalan que un hijo del general estaría residiendo en Estados Unidos como estudiante extranjero, donde se habría convertido en informante para los servicios de inteligencia norteamericanos, a quienes facilitaría detalles relativos al trabajo de su padre; todas ellas hipótesis de imposible verificación.

Hay voces que incluso conectan este caso con el exministro Qin Gang, quien hasta enero ostentó el cargo de embajador de China en EE.UU. Este, pese a ser considerado un protegido de Xi, fue defenestrado la semana pasada en una reunión extraordinaria del aparato que no proporcionó detalle alguno sobre su paradero, estado de salud o situación legal. El ministerio de Exteriores se ha negado en todo momento a responder las preguntas planteadas al respecto por ABC y otros medios internacionales, las cuales además ha eliminado de la transcripción oficial de manera sistemática.

Aún hay más espacio a la especulación. La censura estatal ha tratado asimismo de encubrir el fallecimiento de un antiguo vicecomandante de esta misma unidad, de nombre Wu Guohua, quien según los primeros indicios habría muerto a comienzos de julio. Medios taiwaneses describen lo ocurrido como un suicidio, en apariencia provocado por dicha investigación anticorrupción.

Todos estos movimientos simultáneos trazan un críptico mapa, que coincide con la celebración hoy martes del 96º aniversario de la fundación del EPL, las fuerzas armadas del Partido Comunista –que no del país–. Xi que como líder chino ostenta un triunvirato de cargos entre los que sobresale la presidencia de la Junta Militar Central, que hace de él jefe supremo del Ejército– visitó la semana pasada la sede del Comando del Teatro Occidental en la ciudad de Chengdu, donde llamó a «acelerar la formación de capacidad de combate». En China, todo lo que no sea la palabra del líder supone hoy un enigma.