Un incendio en un depósito de la Policía de Nueva York destruye centenares de pruebas de crímenes
El incendio continuará unos días hasta los bomberos sean capaces de extinguirlo completamente y acceder a las zonas interiores
Las causas del siniestro se desconocen, si bien en un principio se barajó la hipótesis de que se hubiera iniciado en alguna de las baterías de litio de los coches confiscados
Una columna de humo negro ascendía se podía ver este martes en buena parte de Brooklyn y del sur de Manhattan. Venía de un incendio en un depósito del Departamento de Policía de Nueva York y en él puede haberse hecho ceniza el futuro de multitud de casos criminales.
Las instalaciones policiales están en una dársena de Red Hook, una zona industrial de Brooklyn que mira a la bahía de Nueva York, en la que en la última década han surgido parques públicos y zonas de recreo. Es uno de los depósitos donde se acumulan vehículos confiscados por la Policía -como las motos de trial irregulares que se han puesto de moda-, pero también otros que son parte de investigaciones criminales, como los coches en los que se disparó a víctimas de homicidios.
El fuego se declaró hacia las diez y media de la mañana y atacó las instalaciones con virulencia. Según aseguraron fuentes del Departamento de Bomberos a 'The Daily News', el incendio podría haberse iniciado con una de las muchas baterías de litio que se almacenan de vehículos confiscados. Sin embargo, la causa oficial del fuego todavía no ha sido determinada y las autoridades creen que se tardará en saberlo.
Sobre todo, porque las llamas seguirán quemando material durante días. «El incendio va a continuar durante unos días hasta que seamos capaces de extinguirlo completamente y acceder a las zonas más interiores», dijo John Hodgens, jefe del Departamento de Bomberos de la ciudad.
El jefe del Departamento de Policía de Nueva York, Jeffrey Maddrey, explicó que había catorce empleados de la agencia y seis contratistas cuando se declaró el incendio, después de que uno de los contratistas viera humo saliendo de un estante a gran altura.
En un primer momento, los equipos de bomberos que se acercaron hasta el lugar trataron de contenerlo desde el interior del almacén, pero desistieron. El edificio apenas tiene puertas y ventanas y les resultó imposible lograrlo desde el anterior. Varios buques antiincendios trataron de controlar el fuego desde el exterior.
Algunos casos podrían resultar afectados
Todo lo que albergaba el edificio quedará perdido o dañado, pronosticó Hodgens. Entre ello, había muestras con ADN de crímenes, como robos y homicidios. «Algunas de las pruebas son de casos de hace mucho, de hace veinte o treinta años», confirmó Maddrey. Son casos que siguen abiertos y a los que la destrucción de evidencias podría afectar.
«Esperamos que el Departamento de Policía y los fiscales de distrito nos entreguen un informe completo de las pruebas que quedaron dañadas y que informen de forma inmediata a las defensas en casos individuales que podrían resultar afectados», reaccionó en un comunicado Redmon Haskins, portavoz de Legal Aid Society, una organización que da servicios legales a personas sin recursos.
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No es la primera vez que esta instalación sufre pérdidas de pruebas de casos abiertos. En 2012, las inundaciones provocadas por el huracán Sandy destruyeron cinco mil contenedores de cartón con pruebas de ADN.
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