Francia denuncia una «guerra sucia» de Rusia que puede afectar a los Juegos Olímpicos

La responsable máxima del contraespionaje nacional denuncia, al mismo tiempo, la «guerra sucia» que, en verdad, comenzó hace meses y se ha agravado en la perspectiva de los Juegos Olímpicos del verano que viene, sin olvidar las guerras de Ucrania y de Israel-Hamás.

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En su mensaje oficial dirigido a los directores generales de la Policía y la Gendarmería, Berthon denuncia este tipo de acciones pasadas, presentes y futuras: la guerra de las pensiones, el conflicto Israel-Hamás, la diplomacia siempre fiel a los EE. UU. y la OTAN, defensa directa o indirecta de los intereses y diplomacia de Rusia «con el fin de desestabilizar la política del gobierno, intentando agrietar la sociedad francesa».

Según la directora general de la DGSI, las «acciones subversivas» de los agentes rusos, instalados en Francia y otros países europeos, oscilan entre meros «delitos comunes» (campañas de grafitos, difusión de noticias falsas, propagación de rumores inventados) y la multiplicación de «acciones de otra e inquietante naturaleza».

Hace dos días, Sébastien Lecornu, ministro de los Ejércitos y la Defensa, denunció públicamente al arma aérea rusa, afirmando que varias patrullas aéreas francesas han sufrido el «acoso y persecución» de aviones militares rusos, acompañados de acciones de «sabotaje y ciberataques» contra intereses militares franceses.

Lecornu ha declarado a la emisora RTL (primera cadena radiofónica francesa): «Rusia se comporta como en los peores momentos de la Guerra Fría, llevando al límite sus acciones de agresividad. Hace días, un sistema de control aéreo ruso amenazó con destruir aviones militares franceses, en el mar Negro, cuando se encontraban patrullando en una zona internacional».

Analizando las denuncias del ministro de la Defensa y la directora general de la DGST, varios analistas subrayan que se trata, globalmente, de una guerra híbrida de desestabilización, utilizando los más diversos recursos, contando con la complicidad directa o indirecta de 'influencers' franceses al más diverso nivel.

Los semanarios 'Le Point' y 'L'Express' han publicado varias relaciones de personalidades (periodistas, políticos, incluso académicos) que llevan años adoptando posiciones sensibles a los intereses de la Rusia de Putin.

Marine Le Pen, presidenta de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha) y Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda populista) son las personalidades que, desde hace años, sostienen posiciones antieuropeas muy favorables a la diplomacia rusa.

Ante la guerra Israel-Hamás, LFI y Mélenchon defienden posiciones muy favorables a la diplomacia putiniana en Oriente Medio. Le Pen, por su parte, ha recibido históricamente muchas ayudas financieras de bancos rusos próximos a Putin, que recibió en Moscú a la presidenta de AN. Detalles que Emmanuel Macron recordó personalmente días pasados, en el marco del lanzamiento de la campaña de las elecciones europeas de junio.