Alemania respira aliviada porque su reforma electoral sí es constitucional
Un nuevo dictamen negativo habría supuesto quedar sin presupuestos y sin Parlamento
El fallo del Constitucional enfrenta a los socios de la 'coalición semáforo' alemana
Berlín ha amanecido nevada y con la respiración contenida. El Tribunal Constitucional debía esta mañana publicar su sentencia sobre la reforma electoral legislada en 2020, que entre otras cosas tenía como objetivo reducir el tamaño del Bundestag, y la capital política alemana se esperaba ... ya cualquier cosa. Después de la reciente sentencia que ha tumbado los presupuestos generales de 2023 y ha dejado en el limbo los de 2024, un nuevo dictamen negativo supondría quedar sin presupuestos y sin parlamento. Para alivio de todos, la sentencia ha sido favorable.
Pero la amenaza ha dejado en evidencia que ahora mismo, en Alemania, cualquier desastre político es percibido como posible, sin importar su gravedad. Es la consecuencia de más calado de la «policrisis» que atraviesa la locomotora europea. La etiqueta la ha puesto el vicecanciller y ministro de Economía, el verde Robert Habeck, que regala además a diario titulares a cuál más increíble y que, por efecto del goteo, van calando en la conciencia democrática alemana.
Acabamos de saber, por ejemplo, que Habeck está de acuerdo con el racionamiento de la electricidad. La Agencia Federal de Redes quiere impulsar la transición energética con una ley para restringir el suministro eléctrico, de manera que los operadores de redes, según la norma que se aplicará en todo el país a partir de enero, podrán reducir temporalmente el consumo de energía de las nuevas bombas de calor controlables o de las estaciones de carga, en caso de que la red eléctrica corra peligro de sobrecargarse.
Eso significa que, si necesitas cargar un coche eléctrico o calentar tu casa con una de las bombas de calor instaladas para prescindir del gas ruso, es posible que tengas que esperar porque en ese momento la electricidad esté racionada. El Partido Liberal (FDP), que también forma parte del gobierno, intenta rebelarse, argumentando que la transición de la movilidad fracasará si los propietarios de coches eléctricos no tienen garantía de suministro y así lo defenderán sus representantes en la reunión de crisis a la que han sido convocados esta noche los miembros de la 'coalición semáforo'.
Se prevé tormentosa, porque la falta de presupuestos deja sin dinero buena parte de la acción de la legislatura y está por decidir qué ministerio renuncia a qué partida presupuestaria. De momento, ya sabemos que quedan eliminadas las ayudas al precio de la energía a partir de enero. Están en juego incluso las pensiones y las prestaciones sociales. «Ni la pensión a los 63 años ni la pensión de las madres deberían ser inamovibles», defiende el verde Daniel Bayaz, ministro de Finanzas de Baden-Württemberg, y no está solo en esta opinión.
Los ahorros en pensiones también son posibles para la economista Veronika Grimm, miembro del comité de los Cinco Sabios que asesora en asuntos económicos al gobierno alemán. El canciller Scholz ha enviado a los ciudadanos un mensaje de tranquilidad, al afirmar que «pueden confiar en que el Estado cumplirá sus promesas. No dejaremos a nadie solo con los desafíos a los que nos enfrentamos actualmente», pero al mismo tiempo ha preparado a la población para las difíciles consecuencias de la crisis presupuestaria, que serán debatidas esta noche en la reunión de crisis del gobierno.
El único Ministerio que se salva es el de Defensa. Scholz ha definido su gasto como de importancia «existencial» y Boris Pistorius ha amarrado el aumento de la ayuda militar a Ucrania hasta los 8.000 millones de euros. El ministro de Finanzas, Christian Lindner, ya ha preparado al resto de sus colegas para «esfuerzos importantes». Tiene intención de preservar la financiación para las fábricas de chips de Intel y TSMC y para la sustitución de viejos sistemas de calefacción de petróleo y gas, así como la renovación del ferrocarril y la infraestructura de carga para coches eléctricos porque son proyectos que afectan al «núcleo económico de Alemania».
Pero falta decidir de qué partidas saldrá el dinero. Una posibilidad también sería aumentar aumentos, algo que el FDP rechaza categóricamente. El Consejo Económico de la CDU pide que se retiren los «regalos sociales» de los últimos años, que identifica como «las verdaderas causas de los problemas financieros de este gobierno federal».
Crece la derecha populista
La Asociación de Contribuyentes también ve posibilidades de ahorro por valor de miles de millones, en partidas innecesarias. «Los costes de personal del gobierno federal han aumentado en 8.000 millones de euros desde 2020 y ascenderán a más de 43.000 millones de euros en 2024», apunta Reiner Holznagel, su presidente, «las contribuciones récord de los ciudadanos deben ser fundamentalmente suficientes para financiar sólidamente las prioridades y necesidades políticas y la tarea de los políticos ahora es: priorizar, acortar, estirar y reasignar».
Y este debate tiene lugar en un contexto demoscópico en el que la derecha populista de Alternativa para Alemania (AfD) se ha instalado cómodamente en el puesto de segundo partido más votado, sólo por detrás de la CDU. Hace tres semanas, ella última encuesta Deutschlanstrend publicada, antes de la demoledora sentencia del Constitucional, mostraba que sólo un tercio del electorado defiende la permanencia del gobierno del semáforo. El 41% desea elecciones anticipadas. Si hubiera elecciones este domingo, la CDU obtendría el 30%, AfD el 21%, SPD 15% y Los Verdes otro 15%. El FDP apenas lograría entrar en el Bundestag.
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