Ferrer-Dalmau y JM Nieto redibujan el milagro de los Tercios españoles en 1585: vea aquí la viñeta exclusiva
El viñetista de ABC presenta una nueva versión de uno de los cuadros más famosos del pintor de batallas
Augusto Ferrer-Dalmau y JM Nieto vuelven a la carga con Covadonga

Vuelven a la carga los maestros de los pinceles, y en una fecha señalada en el calendario. Augusto Ferrer-Dalmau y JM Nieto han aprovechado la llegada de este 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, para presentar su última colaboración: la ... reinterpretación de uno de los cuadros más famosos del pintor de batallas, 'El milagro de Empel', con los característicos roedores del viñetista de ABC. Y tiene sentido, pues el lienzo en cuestión evoca la batalla de 1585 en la que, según la leyenda, esta virgen intercedió para que el Tercio Viejo de Zamora acabara contra todo pronóstico con una flota de más un centenar de bajeles protestantes.
«Lo cierto es que no me habría atrevido por propia voluntad a hacer una cosa así, pero Augusto me animó a que versionara su cuadro con mis ratas». Al otro lado del teléfono, el viñetista se muestra ilusionado por el proyecto y orgulloso del resultado, aunque ya es un torero veterano en estas plazas. «Es nuestra segunda colaboración. La inicial fue el pasado junio, con el cuadro de la batalla de Covadonga, titulado 'La primera victoria'», advierte.
Ferrer-Dalmau suscribe a su colega: «Al público le gustaron tanto las láminas numeradas que sacamos a la venta en mi página web que hemos decidido ampliar el proyecto. No puedo estar más contento. Estoy convencido: JM Nieto será el Antonio Mingote del siglo XXI».
Aunque ambos están de acuerdo también en que, con buen material, es imposible fallar. «Todo aficionado a la historia militar está al tanto del hecho. El tercio estaba sitiado en la isla de Bommel, no había esperanza», explica Nieto. En mitad de aquella locura, los españoles hallaron enterrada una imagen de la Inmaculada Concepción y, poco después, se obró el milagro. «Bajaron las temperaturas, las aguas se helaron y los sitiados pudieron atacar a los enemigos por sorpresa a través del hielo», añade. La gesta se sucedió en 8 de diciembre de 1585, y fue tan sonada que, unos siglos después, la virgen fue declarada patrona de la Infantería.

Nieto confirma que le ha supuesto un auténtico reto trasladar todo ese bagaje histórico a su viñeta. «Mis personajes, mis ratas, tienen un carisma diferente al cuadro de Augusto», insiste. Pero, como el Tercio Viejo de Zamora, no estaba dispuesto a rendirse. Para empezar, decidió «quitarle la parte más cruenta a la imagen» y no pintar la sangre de los muertos. Después, pidió permiso a Ferrer-Dalmau para expandir un poco la escena. «Lo hice casi con temblor en la voz porque él es un maestro. Quería añadir unos barcos holandeses a la derecha para darle un mayor peso narrativo», desvela. El pintor de batallas aceptó sin rechistar.
Establecidos los pilares básicos, tuvo que solventar algunos problemas típicos del artista. El primero fue decidir el tamaño de uno de los personajes. «Decidí falsear la escala de las ratas y hacer un caballo más pequeño porque quería que el resultado fuese lo más natural posible. A nivel técnico me produjo dificultades y tuve que cambiar el punto de vista del animal», sentencia.

El siguiente fue técnico: los brillos del agua de lluvia. «El verdadero protagonista es el charco; ese camino embarrado en el que hay rodadas y se refleja el cielo plomizo y la humareda de una hoguera. Evoca la dureza de guerras como la de Ucrania», finaliza.
El resultado, en palabras de Ferrer-Dalmau, es inmejorable: «Nieto es un gran artista. Podría pintar un Velázquez, pero tengo la suerte de que no se ha dedico a lo mío. De no haber sido así, tendría una competencia brutal».
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