Si no exiges a tus hijos compensar los excesos de Navidad, ¿por qué lo haces contigo?
Isabel Martorell, doctora en Biomedicina, explica qué pautas debemos seguir cuando nos salimos de la alimentación habitual
Una experta advierte sobre cómo afectan a los hijos los comentarios que haces sobre las dietas y lo que engorda o no

Después de la Navidad, «no puedo seguir así», «ahora me pongo a dieta», «me apunto al gimnasio sí o sí», «tengo que dejar de comer tanto»... ¿Te suenan estas frases?.
Las celebraciones puntuales o las vacaciones de verano son momentos puntuales en los que es ... común que nos sintamos más hinchados o notemos cambios en nuestro cuerpo, ya que son días en los que tendemos a comer diferente, tanto mayores como pequeños. ¿Toca después compensar los excesos o no? ¿Qué mensaje queremos transmitir a la familia? De ello hablamos con Isabel Martorell, doctora en Biomedicina y responsable del equipo de Nutrición y Salud en Nootric.
-En estos días, escuchamos frases como '¡Ay! ¡Qué llena estoy!'. ¿Qué le pasa a nuestro cuerpo con tanto exceso navideño?
Durante las fiestas navideñas, es común que nuestra alimentación se vea alterada. El incremento en la cantidad y la variedad de alimentos que consumimos en estas fechas, que suelen ser más calóricos y azucarados, puede generar una sensación de pesadez, hinchazón y malestar digestivo. Y es que el sistema digestivo se puede ver sobrecargado al ingerir porciones grandes o alimentos de difícil digestión.
Además, los horarios irregulares de comida pueden alterar nuestros ritmos metabólicos y pueden afectar la función gastrointestinal. Pero, aunque este tipo de alteraciones pueden provocar una sensación de incomodidad y afectar al equilibrio digestivo y energético, generalmente son temporales, por lo que no deberían preocuparnos en exceso si no tenemos ningún tipo de sintomatología que se exceda de lo normal.
-Hay quienes ahora se ponen a dieta, aseguran que van a 'cerrar más el pico' o llevan a cabo ciertas pautas extrañas para compensar los excesos. Realmente, ¿hay que compensarlos?
Lo cierto es que compensar excesos mediante restricciones extremas o métodos poco saludables no es la solución. Estas prácticas pueden generar un desequilibrio metabólico y emocional, así como promover una relación poco sana con la comida. Lo importante es volver a un patrón alimentario equilibrado y saludable, sin caer en medidas drásticas. Nuestro cuerpo necesita regularidad y balance, no extremos que puedan generar carencias nutricionales o venir acompañados de un efecto rebote.
-Entonces, ¿qué debemos hacer?
Lo primero es mantener la calma y no dejarnos llevar por conductas extremas. Después de un momento de exceso, lo ideal es simplemente volver a nuestra alimentación habitual. Es decir, volver a una alimentación rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y proteínas de calidad, mantenernos hidratados y retomar la actividad física gradualmente, como debemos hacer el resto del año.
-¿Cuáles son las claves para llevar a cabo una alimentación saludable pero sostenida en el tiempo?
Para mantener una alimentación saludable a largo plazo, la clave es adoptar patrones alimentarios adecuados a nuestras necesidades y posibilidades. No sirve de nada marcarnos metas que no podamos alcanzar, ya sea por tiempo u otras condiciones, si no que debemos establecer metas realistas y flexibles, sin caer en rigideces, para favorecer la adherencia a largo plazo. Contar con un plan alcanzable a seguir hará que, cuando falle la motivación, sigamos teniendo una pauta que nos ponga las cosas más fáciles.
Para ello, en Nootric contamos con un equipo de nutricionistas especializados tanto en wellbeing como en patologías concretas, que crean un plan a medida adaptado a los objetivos de cada persona y sus circunstancias, y enfocados a conseguir esa adherencia para que sus usuarios no sientan que están realizando un esfuerzo. Si entendemos que una alimentación saludable es una forma de cuidarnos es mucho más fácil que consigamos mantener ese estilo de vida a lo largo del tiempo.
-¿Qué les inculcamos a los hijos si ahora ven a sus madres (porque son las mujeres las que principalmente se ponen a dieta) comer sólo ensaladas o ven que sus platos son diferentes a los del resto de la familia?
Cuando somos pequeños somos como esponjas: si los niños ven a su entorno seguir pautas restrictivas o tomar decisiones alimentarias extremas, pueden normalizar esas conductas y entenderlas como algo positivo. Por eso, es importante que las madres, al igual que otros miembros de la familia, sigan patrones de alimentación saludables sin caer en extremos. Promover una cultura familiar que promueva comer bien para sentirse bien es mucho más eficaz que imponer reglas restrictivas que puedan generar un enfoque dañino hacia la alimentación.
-Por cierto, los niños también se han excedido en estos días y con ellos no se nos ocurre que tengan que compensar...
Exacto. Los niños, al igual que los adultos, pueden haber experimentado excesos durante la Navidad, y no por eso deben sentirse presionados a «compensar» esos excesos. La clave está en fomentar un patrón de alimentación saludable a lo largo del tiempo y a cualquier edad, sin hacer de los excesos un foco de preocupación. Si los niños tienen hábitos alimentarios generalmente saludables, un episodio puntual de consumo elevado no debería tener un impacto negativo significativo. Lo que construye nuestra salud es la suma de nuestros hábitos a lo largo del tiempo, no lo que hacemos en una semana puntual. El objetivo es enseñarles esto y que puedan disfrutar de la comida de manera equilibrada, permitiendo ciertos «caprichos» sin que supongan en un problema.
- Ahora porque ha sido Navidad, luego porque es verano… Cometemos ciertos excesos a lo largo del año. No sé si debemos castigarnos por ello o no pasa nada por salirse de la alimentación habitual.
No se trata de castigarnos, sino de entender que la vida está llena de momentos especiales en los que podemos disfrutar de alimentos que no forman parte de nuestra rutina habitual. Siempre y cuando esos excesos no jueguen en contra de una patología concreta o agraven su sintomatología, si la padecemos, no debería generarnos ni culpa ni estrés. La clave está en la regularidad y en la moderación. Lo importante es que esas excepciones no se conviertan en un patrón recurrente y que los hábitos saludables sean los que prevalezcan.
-¿Qué consejos y recomendaciones podemos seguir para cuidar nuestra salud digestiva a través de la alimentación sin caer en errores?
Para mantener una buena salud digestiva, es importante seguir un patrón alimentario que favorezca la función digestiva. Esto incluye consumir una variedad de alimentos ricos en fibra (como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales), evitar el exceso de alimentos ultraprocesados, mantener una buena hidratación y comer de forma consciente y tranquila. Comer despacio, masticar bien los alimentos y no saltarse comidas también son prácticas clave para una digestión óptima.
Además, es importante no sobrecargar al sistema digestivo con porciones muy grandes ni con alimentos difíciles de digerir. Incorporar probióticos (como yogur natural y kefir) y prebióticos (alimentos ricos en fibra) ayuda a mantener un microbioma intestinal saludable.
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En resumen, la clave es adoptar hábitos alimentarios equilibrados que favorezcan la digestión, sin caer en extremos ni en conductas restrictivas que puedan afectar nuestra salud a largo plazo.
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