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Día Internacional del Niño Hospitalizado

«¿De verdad hay niños solos en hospitales?» Sí, y acompañarles es pura magia

La ONG 'Mamás en Acción' acaba de cumplir diez años desde que comenzara su andadura para estar al lado de los niños que están hospitalizados solos: menores tutelados, víctimas de malos tratos, hijos de familias con dificultades de conciliación...

«No podía dejar de pensar en aquel bebé que estaba solo en el hospital porque sus padres habían muerto»

La ONG trabaja las 27 horas del día los 7 días de la semana
Laura Peraita

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«Ojalá no hiciéramos falta». Así de rotunda se manifestaba la presidenta de 'Mamás en Acción',Majo Gimeno, en la celebración del décimo aniversario de esta ONG, cuya misión es acompañar a los niños hospitalizados que están soledad en sus habitaciones, sin compañía de sus padres o familiares por tratarse de menores tutelados, niños víctimas de malos tratos inmersos en procesos judiciales o hijos de familias en situaciones retadoras que se ven obligados a dejar a sus retoños solos durante su hospitalización por diversas causas como conciliar con el trabajo, cuidar de otros hijos menores, etc.

Majo Gimeno creó esta organización cuando fue testigo presencial de la soledad de un pequeño que estaba hospitalizado en el Hospital la Fe de Valencia porque sus padres habían fallecido. Se ofreció al servicio de enfermería para acompañarle y consolarle en su recuperación, pero el personal no lo permitió por no pertenecer a ninguna organización y hacer su ofrecimiento a título personal.

Fue así cómo nació 'Mamas en Acción' con el objetivo de reunir a voluntarios que, tras un proceso de formación en este tipo de acompañamientos, tendieran una mano a estos menores los siete días de la semana, las 24 horas al día «convirtiéndose en esa 'mamá' que está contigo a pie de cama», puntualizaba Majo Gimeno. Hoy, esta organización cuenta con 3.000 voluntarios que acuden a 24 hospitales de toda España, a los que se van a sumar en breve otros 15 en Madrid, Cataluña, Aragón, Galicia, Valencia y País Vasco.

Gimeno explica que «tenemos evidencia científica de que acompañarles mejora el estado y recuperación del niño. Tras 36.000 horas de acompañamiento realizadas podemos asegurar, tal y como señala el Congreso de Humanización Pediátrica, que disminuye su nivel de ansiedad, su patología se reduce y se vuelven más receptivos al tratamiento que reciben. Además, los que son víctimas de malos tratos reducen sus posibilidades de repetir esos patrones de agresividad al recibir el cariño de los voluntarios; es decir, les ayudamos a reconducir su conducta».

Así lo corrobora también Yolanda, una de las voluntarias de esta organización. «Cuando me llamaron por primera vez para atender a un menor ingresado, me sentí emocionada, pero también muy nerviosa. No sabía qué me iba a encontrar tras abrir la puerta de su habitación en el hospital. Fue un adolescente de 14 años. A pesar de su edad logramos congeniar. Esta experiencia te da la oportunidad de ayudar a tantos y tantos niños extraordinarios que no tienen a nadie que les dé cariño, una caricia cuando sienten dolor, o palabras de consuelo cuando lloran o les invade el miedo de lo que les va a pasar. Sientes que les da mucho cariño y ellos son muy agradecidos. Los voluntarios recibimos más de lo que damos porque ellos nos alimentan el corazón. Acompañarles es pura magia tanto para ellos como para nosotros».

Yolanda no duda en levantarse a las 6 de la mañana cuando le avisan de que hay que atender a un niño solo hospitalizado

No oculta Yolanda que hay momentos muy duros. «A veces acompañamos a menores que están muy malitos, con enfermedades muy graves, que sufren mucho y que finalmente fallecen. El duelo es muy duro —asegura con lágrimas en los ojos—, pero aprendes a gestionar este dolor y a sacar fuerza porque da más sentido a nuestra labor para seguir acompañando a los niños en su soledad y, al menos, hacerles sentir lo mejor posible en su duro trance».

Sara, otra de las voluntarias, reconoce la dureza de estos duelos, «¿pero qué hubiera sido de estos niños sin nuestra compañía? ¿Es posible que haya menores que mueran solos? Sí, y es horrible. Nosotros queremos evitarlo. Al menos la pandemia consiguió que la sociedad se diera cuenta de lo terrible que es estar en la cama de un hospital sin la compañía de la familia, solo. Y eso que se hablaba de los adultos. Imaginemos lo que implica para un pequeño que no entiende su situación, sufre dolor y no encuentra a nadie que le consuele. Duele verlo, pero ocurre algo similar a cuando una mujer da a luz en un parto. A pesar de pasar un mal rato, después, con abrazar al pequeño se olvida ese sufrimiento y se trata de hacer todo lo mejor posible con la mayor de las ilusiones para que tenga los mejores cuidados y atenciones».

Tan gratificante es la labor de esta ONG que a las mamás voluntarias también se han sumado padres. Alfonso tiene cuatro hijos y trabaja en una empresa de audiovisuales desde 1995. «Cuando supe que había niños solos en los hospitales me encantó la labor de acompañamiento. Nadie se imagina que hay niños que viven su hospitalización en soledad. El mayor de mis hijos tiene 20 años y el menor 14 y decidí que era buen momento para sumarme a esta iniciativa. No me siento raro entre tanta madre voluntaria. Yo quiero con locura a mis hijos y sé lo que es la paternidad y ahora puedo ayudar a los niños que lo necesitan. Estoy harto de esa manía de establecer tantas diferencias de género en nuestra sociedad. Somos personas y todas tenemos grandes aportaciones que hacer. Hace falta que nos pongamos más en la piel del otro y, mucho más si se trata de niños indefensos».

Alfonso, que tiene cuatro hijos y trabaja, asegura que atender a estos niños es su prioridad porque «compensa»

Y, tal y como aseguran todos los voluntarios «no hay excusas para no apuntarse a ayudarles». «Todos tenemos 24 horas al día, y es cierto que vivimos en una sociedad muy estresada, pero cada uno debe elegir a qué le da prioridad. Esta labor, desde luego compensa, te llena mucho. Es pura magia», matiza Alfonso.

Esta ONG ha lanzado su campaña #NiUnNiñoSolo que no solo hace referencia a que no haya ni un niño hospitalizado en soledad, un objetivo que la organización está cada vez más cerca de conseguir gracias a la labor desinteresada de sus 3.000 voluntarios, sino que tampoco haya ni un niño tutelado en centros de acogida. «Es urgente que la administración impulse el acogimiento familiar para todos esos niños que están creciendo en centros tutelados donde, por mucho que los cuiden, nunca se podrá sustituir el calor de una familia», añadía Gimeno.

'Mamás en Acción' hace, además, un llamamiento a las administraciones para promover campañas de sensibilización y visibilización de esta realidad, que permanece oculta para la mayoría de los ciudadanos. En España hay más de 35.000 menores tutelados, de los cuales 16.991 viven en centros. La ley establece que el acogimiento familiar debe priorizarse, sin embargo, el porcentaje de menores en centros ha subido desde 2014. Entonces eran un 41,5%, y ahora son el 47,3%.

La organización ya tiene las miras puestas en el mes de septiembre, ya que celebrará su primera Jornada 'Hospitales en Acción: Ni un niño solo', que reunirá a pediatras y personal sanitario de los diferentes hospitales en los que trabaja o en los que se implantará en breve. El objetivo es poner en valor la importancia del acompañamiento a los niños que, por diversas razones, se encuentran hospitalizados sin compañía de sus familiares. La jornada tendrá lugar el 15 de septiembre en el Hospital Niño Jesús de Madrid, y contará con la participación de ponentes de primer nivel.

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