Los 5 factores que te convierten en un padre moderno
Los progenitores se han convertido en figuras de apego tan relevantes como lo son las madres
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El concepto de masculinidad en general y de paternidad en particular son de los que más han evolucionado en el seno de las sociedades occidentales. Y lo han hecho impulsados por dos factores: la llamada revolución feminista y la tecnología. A la vez que la mujer ha ido ganando terreno en derechos de toda índole, sobre todo en el plano laboral, los mensajes asociados a ese cambio se han venido propagando y se propagan gracias a la inmediatez de las redes sociales.
Para la psicóloga Pilar Conde, y debido a ambos factores, vivimos un momento de cambio generacional muy marcado que se espera que precedan a otros también de calado. Así, aunque los esquemas estén cambiando, advierte la directora técnica de Clínicas Origen, «aún queda recorrido y está por ver si el hombre está dispuesto a cuestionarse y flexibilizar creencias que se han ido transmitiendo generación tras generación».
Para ello, explica la experta, es necesario que sea también, a la vez, capaz de disociar machismo y masculinidad. Esto es, que cuando lea informaciones que hablan de machismo lo identifique como «el conjunto de actitudes y comportamientos que violentan injustamente la dignidad de la mujer en comparación con el varón». El machismo, recuerda Conde, no es exclusivo de los hombres, sino también de las mujeres, por lo que el varón no debería sentirse perseguido socialmente.
Otro aspecto a destacar es el rechazo a los estereotipos, que proceden de un pensamiento en el que lo masculino se asocia a roles viriles, en contra de lo sentimental tradicionalmente achacado a la mujer.
El hombre moderno debe pues saber diferenciar machismo de masculinidad, alejar la imagen del hombre de conceptos como fuerza, potencia sexual, energía y actividad, o, mejor dicho, compatibilizarlos con otros más cercanos a las emociones.
Pero ¿y el padre moderno? ¿En qué comportamientos podemos reconocerlo? La psicóloga enumera aquí una serie de hechos que tienen que ver con una mejora del vínculo afectivo con los hijos y con una transformación o adaptación a nuevos roles que tienen lugar dentro de la familia:
Conciliación
- Han modificado su predisposición a la conciliación de la vida familiar y labor, acogiéndose a medidas antes reservadas a la mujer, como los permisos de maternidad.
Tareas de casa
- Se reparten con la pareja las tareas del día a día de cuidado y crianza del menor.
Están en las dinámicas escolares
- Se han incorporado a las dinámicas escolares; van al colegio a recoger a los niños, conocen a los profesores y participan en los grupos telefónicos y asociaciones de padres.
Comparten ocio con sus hijos
- Se reservan algo de su tiempo libre para actividades con los hijos en particular, no solo con la familia al completo.
Son una referencia
- Son una referencia para los hijos, que acuden a él en busa de ayuda instrumental y afectiva.
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El padre moderno es, pues, una figura de apego tan relevante como lo es la de la madre y, sobre todo, un hombre que ha sido capaz de cuestionarse y flexibilizar las creencias que se han ido transmitiendo de generación en generación.
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