Lauri Math Teacher, la profesora de Matemáticas que triunfa en TikTok: «Si hay un vídeo viral de chuletas, lo comento en clase: saben que a mí no se me pasa una»
Laura Gómez Pozo desvela a ABC sus claves para conseguir que los alumnos entiendan su asignatura, aunque reconoce que los docentes tienen que «bajar cada año la dificultad de los exámenes porque, de lo contrario, nadie aprobaría»
La recomendación de un profesor para que tu hijo adolescente despegue en los estudios
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Mucho se habla de las Matemáticas. Y no suele ser para bien. Para muchos menores es una asignatura tediosa, costosa, imposible de entender. De hecho, según el último informe PISA, la evolución negativa de los estudiantes españoles es muy evidente: hace diez años, España obtuvo una puntuación de 484, diez puntos por debajo de la media de la OCDE, mientras que hoy ha caído hasta los 473, lo que supone su peor resultado en la historia del informe.
Mejorar estas cifras no es fácil. Pero a los menores a los que les cueste entender la asignatura y quieran, además, hacer un buen uso de las nuevas tecnologías, pueden seguir en redes sociales a Laura Gómez Pozo (32 años), más conocida como Lauri Math Teacher. En ellas, la joven murciana explica desde logaritmos a la sucesión de Fibonacci o las fracciones equivalentes. Sólo en TikTok, la siguen más de 1,5 millones de personas. Con ella hablamos de su pasión por la docencia y los números.
- Laura, ¿de dónde viene tu amor por las Matemáticas?
De siempre me han gustado pero es verdad que tuve un profesor en Bachillerato que hizo que amara la asignatura. Desde entonces, siempre tengo muy presente que el docente tiene un papel importantísimo en su labor. Me encantaba escuchar a mi profesor, cómo explicaba, me transmitía muchas cosas... Él, de hecho, me dijo que no hiciera la carrera de Matemáticas porque era dura pero la hice. Luego cursé el máster de profesorado, hice las oposiciones, y aquí estoy, dando clase en un instituto tanto en la ESO como en Bachillerato.
- Y divulgas sobre esta asignatura en redes sociales. ¿Por qué?
Después de la pandemia, mi pareja, que es militar, se hizo una cuenta. Y a mi me gustaba lo que él hacía y me gustó la idea de abrirme yo también un perfil pero me echaba para atrás la idea de lo que pudieran pensar los alumnos, sus familias... Y mi pareja me dijo: 'Puedes colgar contenido relacionado con las Matemáticas, con la vida del profesorado, subiendo explicaciones de ejercicios, etc.' Y así lo hice. Al principio, mi contenido era exclusivamente relacionado con el sector pero poco a poco ha ido evolucionando y cuelgo otras cosas relacionadas con mi vida porque no sólo soy una docente de Matemáticas, también soy profesora de salsa y bachata, me gusta la moda... Soy una persona como otra cualquiera, tengo mi trabajo, que me apasiona, pero también tengo mi ocio, mis aficiones... Y mis compañeros de trabajo incluso me agradecieron este otro tipo de contenido porque parece que los profes no tenemos vida más allá del aula. ¡Somos personas!
- ¿Y qué te decían tus alumnos?
Eran los que más miedo me daban... Pero todo ha ido fenomenal. En el patio, siempre decían... 'Mira, la profe de TikTok'. Jamás he tenido problema alguno. De hecho, me tienen en alta estima porque me ven como algo importante en su mundo: el de las redes sociales. Es como si me tuvieran en un pedestal... ¡hasta los más disruptivos! Pero ellos saben que las clases, son las clases. Y lo saben diferenciar.
- ¿Qué les pasa a los alumnos con las Matemáticas?
Para mí, es muy importante la manera en la que se explica y, por ello, la labor del docente es vital: qué transmite, qué tipos de ejercicios utiliza, etc. Yo siempre intento que vean la utilidad de lo que les estoy enseñando, llevándoselo a cosas cotidianas del día a día porque, de lo contrario, no van a entender nada. Yo, cuando era alumna, he tenido profesores que entraban en clase, daban su explicación y adiós. Desde mi punto de vista, a esta asignatura hay que darle una vuelta, detenerse a explicar las cosas porque, si los alumnos no tienen una base, al curso siguiente, se les hará bola.
Por eso, si yo les estoy explicando qué es el mínimo común múltiplo, les digo: 'Si nos vamos este fin de semana con los amigos a una casa rural, tenemos que ir a hacer la compra. ¿De qué manera tenemos que comprar para que nos salga lo más rentable posible? ¿Cómo compramos las hamburguesas: de 4 en 4, de 6 en 6...?'. Utilizo mucho la gamificación, el juego, les envuelvo la lección en una especie de concurso y ellos muestran mucho más interés. Y esto es fundamental en el aprendizaje. De hecho, siempre me piden que hagamos así las cosas porque, cuando se portan mal, les amenazo con no hacer los juegos y limitarnos exclusivamente a los ejercicios del libro.
«Mis alumnos me tienen en un pedestal... ¡hasta los más disruptivos!»
- ¿Cuáles son los cursos más complicados?
Los que suponen un cambio de ciclo: de 2º a 3º de la ESO y de 4º de ESO a 1º de Bachillerato. Dentro del mismo ciclo, digamos que se da lo mismo que en el curso anterior pero un poco más ampliado. De ahí en que necesitan afianzar los conceptos para que no se les complique después.
- Ganarse la confianza de los alumnos imagino que es fundamental para que el curso se desarrolle bien, ¿no?
Para mi, el trabajo principal está en el primer mes del curso, más que en dar clase. Es un tiempo que dedico a conectar con ellos, lograr que confíen en mí... Y para mí, el refuerzo positivo es fundamental. De ahí los sellos que utilizo para calificarles. ¡Les flipan! Siempre quieren sacar mejor nota para conseguir otro sello, otra pegatina... He recibido muchas críticas sobre esto porque hay quienes creen que les infantilizo. Pero para mí no es así. Mis alumnos me lo piden, no dejan de ser niños y les hace ilusión. También utilizo el refuerzo positivo al final de trimestre: hago una entrega de premios, con unos diplomas y unos regalitos, y se los entrego al que más nota ha sacado, al que más se ha esforzado...
@laurimathteacher Enhorabuena a los que han trabajado👩🏼🏫❤️
♬ sonido original - ➗LauriMathTeacher➗
- ¿Y cómo te ganas a los disruptivos?
A estos se les ve desde primera hora del primer día (risas). Yo tengo un don, como muchos otros compañeros, y es que nada más entrar por la puerta de clase, echo un vistazo rápido y los detecto. Son a los que antes me acerco e intento ganármelos porque de ellos va a depender que yo pueda dar o no clase. Hay que conocerles, indagar un poco, que me cuenten sus inquietudes, que vean que yo tengo interés por ellos... Me ha funcionado siempre genial. Con todos lo he conseguido excepto con dos.
«Dedico el primer mes del curso a ganarme la confianza de los alumnos»
- Serás la profe favorita...
(risas) ¡Es preocuparte por ellos! La docencia es algo vocacional y te gusta pasar tiempo con ellos, conocerles, saber si tienen algún problema, sus preocupaciones... Ellos se desahogan mucho conmigo. No solo soy su profesora, también como una especia de confidente para ellos. Se desahogan mucho conmigo. ¡Me comparten hasta sus dudas sexuales! Me encanta dejarles un recuerdo bonito de mi y cuando me paran exalumnos por la calle, me hace mucha ilusión que me recuerden. Es muy bonito.
- ¿Cómo reaccionas cuando les pillas copiando en un examen?
En mi vida, he pillado dos chuletas. Es verdad que Matemáticas es una asignatura en la que pocas chuletas puedes hacerte: apuntarte alguna fórmula y poco más. Son ejercicios que hay que hacer al momento. En el primer mes, cuando trabajo que nuestra relación sea buena, les insisto mucho en que confío en ellos y que no quiero que me decepcionen porque a mi no me enfadan si les pillo copiando, más bien me decepcionan. Y lo que más les duele es que yo deje de confiar en ellos. Además, me las sé todas. Si en TikTok se hace viral un vídeo de chuletas, yo lo comento en clase y les recuerdo que no se me escapa nada porque estoy en su mundo de las redes sociales. Y ellos reaccionan como... 'jolín, es que no hay manera de engañarla'.
- Mucho se habla de la nota, Laura. Está la teoría de que el número no es lo más importante pero la realidad es que el sistema se guía por las notas. ¿Cómo gestionas esto?
El sistema educativo es el que es. Nosotros, los profesores, somos las marionetas del mismo y tenemos que acatar las leyes. No podemos actuar como nos gustaría, pero yo siempre intento dar cierta flexibilidad: al que le cuesta más, suele llevar alguna adaptación en el examen, dejarle más tiempo... Y en la nota final, hay un porcentaje del trabajo diario del alumno, de su esfuerzo. El que saca un 4 en el examen final pero participa en clase, hace los ejercicios, etc. tiene el aprobado, pero siempre dentro del margen que nos permiten. La realidad es que, en una oposición, un 4,9 es un suspenso. Por eso también nuestro papel es enseñarles a que hay que esforzarse.
- ¿Notas que cada año las generaciones vienen peor?
Totalmente. Los profesores notamos mucho el cambio generacional y, en mi opinión, algo hay que hacer con los móviles: cada vez están más enganchados. Y cada vez vienen con menos ganas a clase.
Otro aspecto que yo también noto con el paso de los años es la relación entre padres e hijos, como si hubiera una nueva forma de educar en la que se les permite todo, en la que las familias no saben si tienen examen o no, si han de estudiar... Los menores pueden pasarse la tarde entera en su habitación jugando con el móvil y no les dicen nada. Es como cierto desinterés, pasotismo... Sin embargo, a nosotros nos vienen con exigencias.
Veo que cada curso que pasa, las cosas van a peor. Y a marchas forzadas. Tenemos que bajar cada año el nivel de los exámenes porque, de lo contrario, nadie aprobaría. Vamos hacia atrás académicamente pero también en cuanto al comportamiento del alumno por esa falta de educación en casa: cada vez son más las faltas de respeto en el aula.
- Habrá familias de todo tipo, ¿no?
Tengo padres maravillosos y otros con los que no doy crédito: los que me apoyan porque queremos que su hijo vaya hacia delante y los que cuestionan tu trabajo constantemente ('¿Por qué has castigado a mi hijo?', ¿Por qué no me has informado antes'). Para estos últimos, la culpa siempre es del profesor.
«Hay que bajar cada año la dificultad de los exámenes porque, de lo contrario, nadie aprobaría»
- ¿Qué ha de cambiar para que la situación mejore?
Desde mi punto de vista, varias cosas del sistema educativo y el papel de las familias. La educación en casa es básica y los profesores no podemos sufrir faltas de respeto que cada vez van a más porque nos impide dar clase: cuando no es el que le tira la goma a uno, otro tira papeles, etc. Yo me pierdo en mi explicación cuando les veo así. ¡Cómo van a entenderlo entonces ellos!
Yo, la verdad, no sufro tanto este tipo de comportamientos pero la realidad es que cada vez son más los alumnos que irrumpen más en clase. Y los padres cuestionan nuestra autoridad y nos piden explicaciones de por qué hemos castigado a su hijo. Yo tengo compañeros a los que les han puesto chinchetas en la silla o líquido resbaladizo a la entrada del aula para que se cayera al entrar.... Incluso se te enfrentan cara a cara. De ahí que el profesor esté agotado y quemado.
Nadamos a contracorriente y lo peor es que este comportamiento se está expandiendo y estos alumnos que no tienen respeto, es probable que tengan hijos el día de mañana. Hay familias, de hecho, que nos piden ayuda cuando la situación es insostenible.
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Los profesores nos dejamos la piel en nuestro trabajo y en sector, como en todas las profesiones, habrá docentes mejores y peores. No se nos reconoce nuestra labor, tan solo recibimos críticas por nuestras vacaciones, horario y salario que percibimos. Pero nadie ve las situaciones que he descrito y que es la realidad que vivimos.
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