Los Globos de Oro, brillantes y en tendencia, el mejor revulsivo de moda para el chonismo
Puntadas con hilo
Triunfaron por elegantes las vestidas de blanco, rojo y negro; hubo toques geniales como modelos vintage, bolsillos en las faldas y larguras al tobillo, sin embargo, las de rosa fracasaron por cursis o desubicadas
Todas las columnas de Inés Table
Hay esperanza, ahora lo sé, porque lo he visto en los Globos de Oro 2024. Tras los Grammy Latinos, he de reconocer que me vine abajo, tanto chonismo en la alfombra roja de Sevilla me deprimió. Es verdad que los looks de los premios de la música siempre han sido más extravagantes, pero esta vez, entre las tendencias nudity y demás filigranas estilísticas, creí que ya no había salvación posible.
Sin embargo, los Globos de Oro 2024 me han dibujado una sonrisa en la cara y un brillo en los ojos porque, salvo excepciones, que podéis ver en las peores vestidas, los looks han sido brillantes, con historia y un punto de elegancia. Además, han reflejado muchas de las tendencias imperantes en la pasarela que han llegado o aterrizarán pronto en la calle.
Los brillos, que están tan de moda, han sido numerosos en la alfombra roja y destacamos los firmados por Gucci (Taylor Swift y Julia Garner), Louis Vuitton (Emma Stone), Dior (Elizabeth Debicki y Natalie Portman, mi favorita de la noche), Fendi (Naomi Watts) y Sarah Burton para Alexander McQueen (Emily Blunt). Todas las actrices nombradas estaban de sobresaliente con sus trajes y ninguna dio la nota. Había transparencias donde tocaba, escotes de vértigo, pero no vertiginosos y aberturas de falda que no eran una jornada de puertas abiertas.
El rojo, como ya hemos dicho en numerosas ocasiones, es el color tendencia, también para vestidos de fiesta y hubo dos diseños que captaron la atención por favorecedores y antagónicos. Florence Pugh interpretó a la punkarra 2.0 por obra y gracia de Valentino sin caer en transparencias horteras o desagradables, mientras que Julianne Moore fue la encarnación de la elegancia y naturalidad. Su vestido llevaba bolsillos y se la veía la mar de cómoda con él. También pudieron esconder las manos en la falda de su diseño Natalie Portman y Gillian Anderson.
A la actriz de Sex Education le sobraba el bolso, porque con los bolsillos tenía suficiente. Además, el accesorio distraía un poco del interesante modelo que vistió, obra de Gabriela Hearst, una diseñadora y activista eco, ex directora creativa de Cholé. El estampado, sutil, llevaba bordadas vaginas al tono en el tejido y el bajo estaba cortado a tijera, una licencia que daba modernidad al asunto.
Los vestidos blancos serán tendencia esta primavera-verano 2024, así lo muestran las pasarelas internacionales y recoge la web tag-walk, con hasta 587 resultados de todo estilo y condición. Además del modelo de Gillian Anderson, hay que destacar el vestido vintage de Elle Fanning que también manda un mensaje para fomentar la economía circular.
El negro nunca falla, pero tiene que tener algo que destaque y el corte sirena es una silueta perfecta e infalible para llamar la atención, como el histórico vestido de Carey Mulligan, firmado por Elsa Schiaparelli en 1949 o el de Dua Lipa, de la misma firma de costura, pero diseñado por su actual director creativo, Daniel Roseberry. Rosamund Pike se puso un tocado para disimular las heridas de la cara provocadas por un accidente de esquí. El accesorio iba a juego de un modelo de Dior con encaje que llegaba a la altura del tobillo, de la misma largura que el de Elle Fanning, ambos son un guiño al mejor clasicismo de moda.
También de negro, pero en terciopelo, otra tendencia de este otoño-invierno 2023/24 muy alabada en estas Puntadas con hilo, Jennifer Lawrence que puso la atención de su Dior en el escote, al igual que Jennifer Aniston con su palabra de honor firmado por Armani Privé y como el mejor ejemplo del minimalismo de los 90. Muy en su papel de Rachel (Friends). En las antípodas, pero igual de elegante, Allison Williams, con un Giambattista Valli de escote corazón, brillos, falda peplum de seda y cola de gasa.
No todo fueron aciertos en tendencia, las que se decantaron por el rosa, ya sea pálido o fucsia, resultaron cursis, como JLO con su vestido pomposo; absurdas, como Margot Robbie, que se empeña en hacer el papel de Barbie en la vida real, o deslavazadas, como Hunter Schafer, porque su maravilloso Prada no es de alfombra roja por mucho que nos empeñemos.
Para experimentos, los de los chicos que estuvieron imaginativos y estilosos a rabiar, sin parecer mamarrachos. Timothée Chalamet siempre sorprende para bien y el traje de Celine con americana brillante fue una genialidad a la altura del de Ryan Gosling, de inspiración pijama, o Jeremy Allen White que, con un Calvin Klein, demostró que se puede no ir de esmoquin y posar elegante y atractivo.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete