Sánchez espera embridar a Puigdemont, pero Junts insiste en el referéndum
El líder del PSOE permite que un emisario de Yolanda Díaz inicie negociaciones con el expresidente catalán fugado
Sumar pone a Asens a negociar la investidura con Puigdemont
Editorial | Una consulta ilegal e inasumible

Pedro Sánchez no tiene prisa, y confía en embridar a Junts, es decir, a Carles Puigdemont, para lograr su segunda investidura como presidente del Gobierno, cargo que desde ayer ostenta en funciones, tras las elecciones en las que logró superar el propio ... resultado del PSOE en 2019 en votos y escaños, aunque relegado a la segunda posición por un PP que obtuvo 14 diputados más y quedó 300.000 votos por encima. Pero los independentistas catalanes, que lidera desde Waterloo el expresidente autonómico fugado de la Justicia, ya le han dejado claro que no se conformarán con «cosillas», sino que pondrán encima de la mesa sus máximos.
Esto es: amnistía para los enjuiciados por el 'procés' y referéndum de independencia. Sánchez, de momento, ha permitido que un emisario de Yolanda Díaz, el exdiputado de los comunes Jaume Asens, negocie con Puigdemont el posible apoyo a una reedición del Ejecutivo de coalición de izquierdas, informa Gregoria Garo. Asens tiene una relación especial con Puigdemont. Fuentes de Sumar aseguran que «es un lujo contar con alguien de la trayectoria de Jaume Asens, que ha demostrado en el pasado su capacidad de acuerdo» y señalan que le sitúan al frente de las conversaciones porque es «de los mejores» para ello.
El resultado contra pronóstico de Sánchez, que apareció triunfal ayer en la reunión de la Ejecutiva Federal de su partido en Ferraz, donde fue fuertemente ovacionado por los suyos, sólo le deja la opción de reeditar una mayoría con los que han sido hasta ahora sus socios, Díaz en el Consejo de Ministros y ERC, Bildu y el PNV en el Congreso, pero incorporando esta vez a Junts, la reencarnación del espacio de la antigua Convergència, al menos con una abstención de sus siete diputados.
Un camino nada fácil 'a priori'. El acercamiento que Moncloa ha puesto en práctica durante toda la legislatura hacia el independentismo catalán tenía un claro destinatario, ERC, pero las relaciones con Junts han sido terriblemente enconadas. Ni votaron la investidura de 2020 (ERC y Bildu la facilitaron con una abstención) ni respaldaron ninguna de las leyes clave del Gobierno, ni por descontado los Presupuestos Generales del Estado. E incluso no tardaron en descolgarse de la mesa de diálogo activada con la Generalitat, cuando la presidencia de la misma pasó de Quim Torra al republicano Pere Aragonès, antes incluso de abandonar el propio Govern catalán y dejar a ERC en manos del PSC para seguir avanzando en la legislatura autonómica en Barcelona.
Por lo demás, los encontronazos más duros de Sánchez en la legislatura, además de los que obviamente ha protagonizado con el PP y Vox, han sido con la portavoz de Junts y cabeza de lista por Barcelona, Míriam Nogueras, y eso que no tenía derecho a preguntar todas las semanas en la sesión de control al Gobierno. Muy notorio fue el enfrentamiento entre ambos el 29 de septiembre de 2021, cuando Nogueras acusó a Sánchez de someterse a un Poder Judicial «fascista» y habló de una «cacería» a Puigdemont que llegó a definir como un «putiferio».
Sánchez sacó a relucir su afición por el baloncesto citando a Kyrie Irving, estrella de la NBA que se niega a vacunarse del Covid-19 porque ve un complot contra los negros para que sean controlados por «ordenadores satánicos». A ese nivel situó el discurso de Nogueras. «Ni usted misma se cree lo que ha dicho hoy aquí en las Cortes», le reprochó con dureza en aquella ocasión.
El PSOE trata de enfriar todo lo posible las expectativas y de mantener un perfil bajo. Ayer incluso, en un hecho absolutamente insólito, más aún después de unas elecciones, se suspendió la rueda de prensa habitual después de la Ejecutiva Federal. Ferraz no quería ningún traspiés declarativo que pueda enfadar, de entrada, al que se antoja como compañero imprescindible del eventual nuevo Gobierno de Sánchez. A la entrada a la sede del partido hablaron fugazmente ante los medios tres ministros, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, el titular de la Presidencia, Félix Bolaños y la de Educación, Pilar Alegría, que simplemente replicaron el argumento central de que España ha votado «para seguir avanzando» y para «parar a la ultraderecha» que a su juicio hubiera representado una mayoría del PP y Vox.
El presidente apuntilló el mensaje a puerta cerrada ante su Ejecutiva, donde dijo que ahora «los españoles deben disfrutar de las vacaciones» y que, en una afirmación un tanto críptica, «esta democracia encontrará la fórmula de la gobernabilidad». Sánchez señaló también que «este país ha votado no a la involución y al retroceso y 11 millones de españoles lo han hecho por el avance» en referencia a la imposibilidad de que el PP y Vox puedan formar una mayoría de gobierno, y aun más, que «el PSOE es una referencia en Europa y en el mundo». Una afirmación que realiza quien es, además, presidente de la Internacional Socialista, el primer español en ocupar ese cargo.
La «fórmula» de la gobernabilidad
Fuentes de la dirección socialista aseguran que «todas las fuerzas políticas deben hacer una reflexión» sobre el veredicto de las urnas. La derecha del PP y Vox por, a su juicio, no haber sabido entender la «diversidad y pluralidad de España», y los independentistas para asumir que el PSC ha obtenido, subrayan, más apoyos que todos los escaños separatistas juntos. Es decir, que confían en que Junts rebaje sus reclamos máximos, después de que el último día de campaña, en una entrevista en Televisión Española, el propio Sánchez recordase que un referéndum de independencia no cabe ni en la Constitución española «ni en la de ningún otro país», precisó.
Sin embargo, a menos de 48 horas tras el cierre de las urnas -y a la espera del recuento del voto y conocer la opinión de los españoles en el extranjero, que se conocerá el viernes-, la voluntad del PSOE para con Junts será, si se consigue el objetivo, una tarea titánica. Al menos, así lo apuntan desde el partido de Puigdemont, que marca como mínimos, no como máximos, la amnistía y el referéndum.
«Nuestros votos estarán al servicio de resolver el conflicto político que hay entre el Estado y Cataluña, no entraremos en un debate de un listado de cosas y cosillas que no arreglan el conflicto político en Cataluña», advirtió Jordi Turull, secretario general de Junts, a primera hora de la mañana en RAC1. El mensaje desde la dirección del partido creado en Bélgica fue unísono. Laura Borràs, su presidenta, en Telecinco: «Lo puedo decir más alto, pero no más claro. Es decir, no vamos a investir a ningún presidente del Estado español que no aborde la solución del conflicto político con Cataluña. Y eso pasa por abordar la amnistía y la autodeterminación».
Junts no es ERC. Los de Puigdemont llevan cuatro años criticando a los de Oriol Junqueras la estrategia del 'peix al cove' que ha dado réditos (indultos y reforma del Código Penal) pero no suficientes para el secesionismo más hiperventilado. Ahora no pueden quedarse en la negociación de transferencias (a la que no renunciarán). Necesitan algo más. En el horizonte están las elecciones autonómicas (no más allá de febrero de 2025).
Tras la reunión de la ejecutiva de Junts, ya por la tarde, su portavoz, Josep Rius, reiteró que no investirán al candidato socialista «a cambio de nada» y dejó claro que sus puntos de partida serán «en base a la autodeterminación y la amnistía». Rius, que negó que desde Sumar o el PSOE se hubieran puesto en contacto con ellos para iniciar una negociación de cara a una investidura, recordó que «Sánchez ha dicho muchas cosas antes y después de la campaña electoral», por lo que no le dan valor a la negativa del presidente del Gobierno en funciones a que se lleve a cabo un referéndum de independencia en Cataluña.
Y añadió, en modo pregunta: «¿Qué está dispuesto Sánchez a dar o negociar para convencernos?». Desde Junts, eso sí, quisieron tender la mano a que se negocie con ellos. «No vamos a bloquear nada, vamos a desbloquear el conflicto», dijo en la rueda de prensa, en la que, además, pidió a ERC unir sus fuerzas en el Congreso: «Es el momento de rehacer la unidad independentista».
Por otro lado, la ANC entró en el juego político para presionar a favor del bloqueo y pidió, en un comunicado, no investir a Sánchez: «No nos hacen falta salvapatrias de patrias ajenas».
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