elecciones gallegas 18f
José Ramón Gómez Besteiro: «Queremos que más gente hable gallego en Galicia, es nuestra obligación»
Da un «no, rotundo» a la agenda más radical del BNG –inmersión lingüística o autodeterminación–, y no descarta no entrar en un gobierno del cambio
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El BNG amaga con presentar su modelo de gobierno sin concretar su estructura

José Ramón Gómez Besteiro (Lugo, 1967) admite que las campañas «le encantan». Vuelve a estar al frente de una siete años después, en su regreso a la primera línea política. Ahora, dice, «los actos han cambiado», y se ha pasado «de los grandes mítines a ... encuentros más pequeños y directos» con los ciudadanos. La suya es una campaña a contracorriente de unas encuestas que le vaticinan un muy mal resultado. Él insiste: «el PSOE va a dar la sorpresa».
—Las encuestas no pintan bien. Ni siquiera el CIS.
—Aún no hubo elecciones. Las encuestas revelan algo que en la calle yo no percibo. En todo caso, las encuestas reflejan entre un 20-25% de indecisos, que no abstencionistas, y se decidirán esta semana. El PP y el BNG pueden tener un voto decidido ya ahora, y poco van a sacar de ahí. Esa bolsa es lo suficientemente importante para provocar un baile en los resultados. Hay algunas horquillas imposibles. Vamos a ser el partido que arranque la carrera por los indecisos. Y si lo sumamos a la posición que votó progresista el 23J, el PSOE va a dar una sorpresa en las elecciones.
—Marta Lois ha dejado su acta en el Congreso, pero usted todavía no. ¿Piensa renunciar a ella antes del domingo o la mantiene para volver a Madrid si el 18F sale mal?
—Entregaré el acta el día 19 de febrero. Esa es mi idea.
—¿Independientemente de lo que pase el 18F?
—Por supuesto. Mi compromiso es con Galicia. Lo dije hace tres meses y lo voy a hacer. Acabo un trabajo y empiezo otro. Mi presencia en el Congreso ha sido muy positiva para Galicia. Ha permitido votar a favor de mi idioma como lengua cooficial, la propuesta con el Ministerio de Industria y Transición Ecológica para desbloquear proyectos muy buenos para Galicia, o la relación con Navantia para lograr más carga de trabajos en astilleros.
—Desde los 14 actuales, no sé en qué número de escaños se habla de éxito y fracaso.
—Eso forma parte de las expectativas. Mi decisión es estar en Galicia, y la expectativa la tiene que valorar mi partido. Todo lo que sea avanzar en diputados es positivo, y sobre todo protagonizar el cambio en Galicia, ese es el objetivo del PSOE en 2024. Vamos a luchar para romper esa racha de 15 años del PP en los que nos deja una Galicia peor de lo que podría ser.
—¿Sería un éxito bajar de 14 y, a cambio, articular una alternativa al PP?
—No hablaría de éxito ni fracaso. Por lo que luchamos los socialistas es porque en Galicia se produzca un cambio, y no perder oportunidades. Se han perdido demasiadas y no queremos perder más. Los electores van a poder dar y quitar razones, y después de las elecciones, no deslegitimarlas ni cuestionar el resultado. Es algo que los socialistas no vamos a hacer nunca.
—¿Y si el que decide las elecciones es el voto emigrante, después del 18F?
—Es el marco legal que nos dimos. Suprimimos el voto rogado y ahora la Galicia exterior puede votar, y yo los animo. No voy a cuestionarlo porque apostamos por la desaparición del voto rogado. Es un voto legal y válido.
—¿Usted ve el tripartito que pronostica Sumar?
—Yo creo que eso no se va a producir. Esa hipótesis yo hoy no la veo.
—La demoscopia evidencia un trasvase claro de votos del PSOE hacia el BNG. Pero usted ha evitado confrontar con el nacionalismo.
—Nuestro modelo confronta con el PP. Cuando hablamos de modernizar y reindustrializar, o de más derechos, de más sanidad, más servicios sociales y enseñanza pública, confrontamos con el modelo actual del PP, que no hizo nada estos quince años. Yo me niego a ser deshonesto con los ciudadanos a los que les pedimos el voto. Y también pedimos ambición, y ahí podemos reconectar con parte de la ciudadanía que ve nuestra relación privilegiada con el Gobierno del Estado. Ahí está la clave de muchos problemas de Galicia y su solución. Tenemos puntos en común con el BNG en políticas sociales, nos diferenciamos en otros campos. Nuestro modelo confronta con el PP. Así lo hacemos en el Estado y en Galicia también.
—Un Besteiro en la Xunta, en un gobierno con el BNG, ¿permitiría un concierto económico, la autodeterminación o la inmersión lingüística?
—No, rotundamente no. Yo no soy nacionalista. Nadie puede pretender que me comporte como tal. Soy socialista, predico el galleguismo útil. La autodeterminación no está dentro de nuestros objetivos ni del marco constitucional o estatutario. ¿Quiere decir eso que no se pueden ampliar competencias? Por supuesto que hay que ampliarlas, porque hay Comunidades que no son nacionalidades históricas y tienen más competencias que Galicia. Pero la autodeterminación es algo que tiene claro todo el mundo: con el PSOE, no.
—¿Y la inmersión lingüística?
—Hay una cuestión que el PP no supo avanzar: que cada vez más personas hablen gallego. No compartimos esa forma de hacer política. Queremos que más gente hable gallego en Galicia, y después que lo hablen mejor. Trabajaremos para eso. Es nuestra obligación. No entendí cómo Rueda votó en el Parlamento de Galicia en contra de que se usara el gallego en el Congreso. Es como pegarse un tiro en el pie. El presidente de la Xunta debe defender el idioma, es la mayor expresión de un pueblo. Si eres el primero de los gallegos, debes defender la lengua allí donde esté amenazada. Los socialistas vamos a defender la mayor divulgación, que se avance en el conocimiento y el uso del gallego. Vamos a defender nuestra cultura al 100%, sin ningún tipo de exclusión.
—¿Ha interiorizado ya que va a tener que llevarse bien con Ana Pontón?
—Yo me llevo bien con todo el mundo. También con el PP. Discrepamos, porque tenemos modelos diferentes. Pero la gestión no me coge de sorpresa, y hago de la política la necesidad del acuerdo para avanzar. Y eso lleva a tener buenas relaciones sin renunciar a ninguno de mis principios o prioridades. Pero sí es verdad que en un camino de acuerdo donde no se tiene la mayoría hay que hablar, dialogar, discutir, razonar, convivir y acordar.
—¿Ve el escenario de usted presidente y Pontón vicepresidenta?
—O al revés. O no necesariamente dentro de un gobierno. Las fórmulas son plurales. Veamos qué dicen los ciudadanos, démosles la oportunidad de decidir y cumplamos su mandato.
—¿Contempla que, si hay un cambio, no formar parte de ese gobierno?
—A priori no se puede dar por sentado nada. La votación nos va a indicar el camino. Yo espero al 18 de febrero, a que las urnas estén llenas y no hablemos de sondeos. Los ciudadanos nos van a marcar qué protagonismo y qué intensidad.
—Promesas de campaña. ¿No teme que ese mensaje pueda ser entendido por muchos electores como un 'me tenéis que votar a mí porque soy amigo del presidente del Gobierno y él solo le hará caso a Galicia si en Galicia gobierna el PSOE'?
—Yo intento trasladar varias cosas. En Galicia tenemos competencias compartidas: hay Estado, y lo seguirá habiendo; hay autonomía, y seguirá habiéndola; y hay municipios. Todos cabemos. En los últimos años veo que el PP utilizaba la relación del Estado en términos de conflicto, incluso de justificación de su falta de responsabilidad. Entre los socialistas gallegos y Pedro Sánchez hay una afinidad clara de proyecto, y va a ser positivo para Galicia. Estamos en la misma línea de la reindustrialización, de la transición energética, del crecimiento inteligente, de potenciar astilleros… La dependencia de la nueva hornada de fondos europeos va a ser más positiva si estamos en coordinación los dos gobiernos que si se ponen palos en las ruedas. La relación envenenada del PP con el Estado será negativa para Galicia.
—La gratuidad de la AP-9, ¿cómo se articularía?
—Partimos de un precedente: la subvención del 50%, que lo plantea el PSOE en solitario en los PGE de hace dos años. Ahora planteamos una subvención del 75% para 2024. El objetivo es el 25% restante, y es plausible, ya sea por vía de subvención o por una propuesta similar al rescate.
—¿No descarta el rescate de la AP-9?
—No descarto nada. Siempre se me ha escuchado priorizar la gratuidad frente a la transferencia, es lo que le interesa al ciudadano.
—Todos los compromisos del candidato Besteiro, que poco menos van condicionados a que él acceda a la Xunta, ¿desaparecen si el presidente o presidenta es otro?
—No, pero va vinculado, es la oferta que el candidato hace a la ciudadanía. El que se compromete es José Ramón Gómez Besteiro. El electorado también tiene que decir con su voto qué quiere. Es sabio y maduro, y sabrá que oferta coger y qué compromiso adquirir. Cuando otros dicen que tienen las manos libres, yo eso no lo entiendo. Yo entiendo de compromisos, de implicación. En base a eso hago promesas.
—¿Qué competencias sería importante, más allá de la ley del litoral?
—La gestión del litoral es importante, porque marca un camino a seguir. Lo inteligente políticamente era convocar una mesa de transferencias. Convivimos con un mar territorial que es competencia del Estado. Pero queremos más competencias. Nos sentamos en la mesa de la comisión y estudiamos el vehículo para hacerlo. Lo contrario es meter a mucha gente en un camino de inseguridad jurídica. Desbloquear ese recurso de constitucionalidad es una prioridad. ¿Establecer las gestiones de algunos tributos? Pues es posible hablarlo. También habría que aclarar el mapa de competencias. En todos los campos de la administración de la Xunta se pueden asumir competencias del Estado sin generar problemas, salvo aquellas que consideramos básicas del Estado.
—¿Por ejemplo?
—La caja única de las pensiones. Tenemos un déficit de 7.000 millones entre cotizaciones y pensiones. El resto de los españoles tienen que poner ese dinero para pagar pensiones en Galicia. Lo que sea romper la caja única en la mayoría de los casos va a perjudicar a los gallegos. No vamos a defender eso.
—¿Y las competencias de seguridad ciudadana y tráfico?
—Todo es estudiable, sobre todo en la situación en la que nos encontramos en Galicia, con una realidad interior y otra costera que son diferentes. Eso nos va a afectar en la financiación autonómica. Va a ser un melón que se abrirá en los próximos cuatro años. Tendremos que estar preparados para fijar en términos de competencia el modelo que más beneficie a Galicia. Pero creo que muchas Comunidades vamos a estar en la defensa de los hechos singulares de cada una: Galicia, Castilla y León, Extremadura, Asturias, una parte de Castilla - La Mancha, vamos a tener posiciones similares.
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