Coto a la guerra de sombrillas en las playas con multas de hasta 750 euros
Los municipios costeros valencianos consideran una infracción leve la instalación de parasoles o tumbonas en la arena sin la presencia de su dueño, una práctica que se repite cada verano a primera hora de la mañana
La guerra de las sombrillas en la playa de Benidorm ya es cuestión de Estado en la prensa inglesa: españoles contra británicos

Está prohibido «dejar instalados parasoles totalmente diáfanos en sus laterales, así como sillas, mesas u otros complementos, siempre que no se encuentren presentes sus propietarios, con la finalidad de tener reservado un lugar en la playa».
Es la fórmula que se repite en las ordenanzas de trece municipios costeros de la Comunidad Valenciana, consultadas por ABC, para poner freno a un fenómeno que se aviva cada verano en los arenales españoles: la 'guerra de sombrillas'. De hecho, en los últimos años, los Ayuntamientos han intensificado sus campañas de sensibilización ciudadana.
En Benidorm el conflicto mañanero ha llegado a la prensa inglesa: el Daily Mail ha difundido en un reportaje -en clave de humor- que los residentes ocupan los mejores sitios en primera línea y a primera hora para perjudicar a los turistas ingleses. Tanto en la capital del turismo español como en otras localidades como Altea, Alicante, Gandía o Denia, la multa por abandonar la sombrilla o la tumbona en la playa puede ascender hasta los 750 euros.
Se considera una infracción leve, la misma que si se produce una «evacuación fisiológica», nos bañamos usando jabón o molestamos al resto de usuarios con el volumen alto de un altavoz portátil. Sin embargo, la sanción económica es más reducida en Sagunto y Torrevieja (150 euros), Oliva (hasta 400) o Cullera (de 300 a 750).
En esta última localidad la multa se puede ver reducida a la mitad si se paga en el plazo de un mes. Eso sí, la reincidencia en la comisión de tres infracciones leves en los últimos cinco años se considera una falta grave y se paga con hasta 1.500 euros.
Una cosa es llegar el primero, mientras el resto de la familia duerme, y quedarse reservando el sitio. Otra muy distinta es colocar la sombrilla y volver al apartamento. En ese sentido, quienes llegan a la playa cuando ni siquiera ha amanecido lo tienen mucho más complicado con el reglamento de algunas playas en la mano.
En el Oropesa los elementos tienen deben estar ubicados a un mínimo de tres metros y un máximo de diez desde la orilla y no pueden instalarse antes de las nueve de la mañana para no dificultar los trabajos de limpieza, bajo sanción de entre 100 y 750 euros.
A la «ocupación indiscriminada del dominio público» entre la medianoche y las nueve y media de la mañana, Calpe añade un punto más: tampoco permite el abandono de los enseres por un tiempo superior a tres horas. Los operarios o la Policía Local pueden retirar los elementos instalados irregularmente, y depositarlos en dependencias municipales.
«Una vez retirados dichos elementos o depositados en dependencias municipales, sólo podrán ser devueltos a sus dueños cuando presenten un justificante que acredite su propiedad. Independientemente de lo anteriormente establecido, el infractor deberá hacer efectiva la sanción, si es el caso, antes de retirar los utensilios», señala la ordenanza de Peñíscola.
La normativa de algunas localidades, como la de Valencia, también prevén que «en el caso de la existencia de rachas de viento» se podrá ordenar el cierre de sombrillas o la retirada de aquellas sillas, hamacas, o cualquier elemento «que esté oxidado o visiblemente deteriorado» con el objetivo de «evitar cualquier tipo de posible daño físico o contaminación».
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