EDUCACIÒN
Testimonio en piedra del origen de la escritura en León
Hallan en el yacimiento de La Peña del Castro, en La Ercina, una letra del alfabeto celtibérico grabada en un contrapeso de un huso de hilado que se remontaría al siglo I a.C.
«Joyas» educativas cargadas de historia

El estudio de los materiales hallados en el yacimiento de La Peña del Castro en el término municipal de La Ercina (León) por parte de investigadores de la Universidad de León (ULE) ha permitido identificar el que sería uno de los primeros ejemplos de ... grafía alfabética en la provincia de León. Se trataría de una letra del alfabeto celtibérico realizada en el propio asentamiento, cuyo origen se remontaría al siglo I a.C.
La investigación ha sido recientemente publicada en la revista Paleohispánica, una de las más prestigiosas en el ámbito peninsular sobre lenguas y culturas de la Hispania Antigua. Según detallan en la misma, el emplazamiento del yacimiento está localizado entre dos grandes estructuras geomorfológicas como son la meseta y la alta montaña cantábrica, lo que le confiere una posición privilegiada en el control de los pasos entre ambos elementos.
La grafía descubierta está grabada en una fusayola (contrapeso de un huso de hilado) del yacimiento de La Peña del Castro, un asentamiento de la Edad del Hierro que se encuentra en la Montaña Oriental leonesa. El enclave ha sido objeto de intervenciones arqueológicas entre los años 2013 y 2019 y continúa actualmente el proyecto con el estudio de los materiales recuperados en las excavaciones.
n almacén donde además de un cesto con semillas, se recuperaron restos de carne curada de vacuno, varias herramientas y el objeto con el grabado alfabético. Dicha inscripción podría corresponder con una marca de propiedad, si bien, el hecho de que sea el único elemento de estas características en el yacimiento, hace que también sea un elemento de prestigio que diferenciaría a su propietario de otros habitantes del poblado.
Este tipo de marcas son habituales en culturas limítrofes como la vaccea, que desde el siglo II a.C. va a ejercer una influencia muy importante en el poblado leonés. Así, según detallan, esta práctica se enmarcaría en toda una serie de cambios sociales que se producirían en La Peña del Castro, como son el aumento de la población, la diferenciación social o la complejidad económica con la acumulación de excedentes agrarios y el aumento de los intercambios con la montaña y la meseta.

El objeto que cuenta con la inscripción está fabricado con talco, material procedente del entorno, por lo que la letra habría sido realizada en el propio yacimiento, y no ser fruto de intercambios con otras zonas. Esto indicaría que, aunque no se conservan textos en la Edad del Hierro de la zona cantábrica, sí habría en este enclave población que tendría los conocimientos para realizar esta práctica. A este respecto, el estudio considera la posibilidad de que se tratara de foráneos que hubieran llegado al asentamiento.
El grabado se encuentra sobre una pieza cilíndrica plana con perforación central realizada en talco de color gris oscuro con una veta de talco melado. Este mineral se caracteriza por una dureza muy baja, así como su tacto graso, además de presentar una amplia gama de colores que van desde el negro o el blanco, al verde o el rosa, lo que le confiere unas características muy atractivas para su uso antrópico. Sin embargo, la dispersión de esta materia prima es muy rara en el norte peninsular, documentándose en Galicia en el Complejo de Ordes, Asturias en la zona de Valderrodero, en la zona de Tras-os-Montes y en el norte de León en Puebla de Lillo.
El examen macroscópico de los talcos de La Ercina, muestra coincidencia con los descritos en las minas de Puebla de Lillo, por lo que es posible que esta fuera el lugar de extracción, siendo además el emplazamiento más cercano al yacimiento.La pieza presenta una sección rectangular con las equinas redondeadas, con un diámetro de 3,95 centímetros y 1,72 centímetros de altura. En cuanto al peso es de 46 gramos, y la perforación interior, de sección cilíndrica, presenta un diámetro de 1,5 centímetros y se encuentra ligeramente descentrado. Las superficies se encuentran pulidas, detalla el estudio. En cuanto a la técnica de elaboración, también parece que habría sido cuidada y planificada.
El hallazgo es uno de los muchos que ha dado este yacimiento, en el que se seguirá trabajando ya que los restos encontrados tienen una amplia cronología que abarca desde el siglo X a.C. hasta la época romana, si bien su momento de máxima extensión tuvo lugar a lo largo de la II Edad del Hierro.
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