La policía tira la puerta abajo para separar a dos compañeros de piso que se atacaban con aceite hirviendo, un martillo y un cincel
Prisión para el que ha producido importantes quemaduras en los ojos a su también agresor
Arrestado por agredir a una enfermera y un médico tras negarle un cambio de nombre, que «no se correspondía con su identidad de género»

Sólo la Policía Nacional -que tuvo que derribar la puerta del domicilio- ha podido parar la sangrienta pelea entre dos compañeros de piso en el barrio de los Pajarillos, en Valladolid. Los agentes han detenido a dos hombres este pasado martes 25 de marzo como presuntos autores de un delito de lesiones graves tras una agresión mutua: mientras uno permanece hospitalizado, la autoridad judicial ha decidido que el otro ingrese en prisión.
Según un testigo, todo comenzó a la llegada al domicilio de uno de los dos varones, momento en el que se inició «una fuerte discusión» con un compañero de piso, que desembocó en una agresiva pelea, por lo que un tercer conviviente llamó inmediatamente a la Policía Nacional.
Al recibir la llamada, varias patrullas se presentaron rápidamente en el lugar de los hechos. Tal y como recoge una nota de prensa, los primeros efectivos que llegaron se encontraron la puerta cerrada escuchando fuertes gritos desde el interior. «Pese a que llamaban insistentemente a la puerta identificándose a voz en grito como policías, no les abría nadie», y fue cuando escucharon a una persona que chillaba 'auxilio policía, auxilio policía', el momento en el que se decidieron a tirar la puerta abajo para poder entrar.
Una vez dentro, los agentes observaron «una gran cantidad de sangre en el suelo del pasillo de la vivienda», y localizaron junto al baño a dos hombres forcejeando en el suelo.
Tras separarlos, uno de los agentes acompañó a uno de ellos a la cocina, donde observó que el hombre presentaba quemaduras en el rostro. Este aseguró que el otro individuo le había arrojado una sartén de aceite hirviendo al rostro.
Mientras tanto, otro agente atendió al otro varón, que presentaba varias heridas en la cabeza, entre ellas un corte que sangraba profusamente en la frente. El policía nacional aplicó un vendaje compresivo para frenar la hemorragia, mientras que el herido le relató que el otro varón le había golpeado en la cabeza con un martillo y un cincel.
Los agentes encontraron al alertante y tercer compañero de piso refugiado en una habitación, «en un gran estado de ansiedad y nerviosismo», por lo que procedieron a calmarle. También encontraron en la casa la sartén, el martillo y el cincel con los que se habían cometido las agresiones.
Por todo esto los agentes procedieron a la detención de ambos varones como presuntos autores de un delito de lesiones. Dos dotaciones del Servicio de Emergencias 112 de Castilla y León se personaron en el lugar para dar una primera asistencia a los dos hombres.
El varón con quemaduras en el rostro y en parte del cuerpo fue trasladado al Hospital Universitario Río Hortega, donde fue ingresado en la unidad de quemados. Según el pronóstico médico inicial el detenido podría tener afectadas las córneas por las quemaduras. En su caso, el juez, una vez informado, dictaminó en el mismo martes que se le notificase su puesta en libertad, ya que permanece en el Hospital Universitario Río Hortega.
El otro detenido fue trasladado al Hospital Clínico Universitario de Valladolid para ser atendido de las heridas en la cabeza por las que recibió puntos de sutura y posteriormente fue llevado a dependencias policiales para su custodia. Tras pasar a disposición judicial este miércoles, ésta ha decretado su ingreso en prisión.
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