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ruido blanco

Madre patria

Valladolid tiene que asumir un papel primordial en la reconstrucción de la Hispanidad

La encrucijada

La ilusión de Tudanca

Casa Colón en Valladolid ICAL
Jorge Francés

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«Nací y moriré en Castilla» escribió la Reina Isabel la Católica cuando esta tierra era tan solo el germen de la Hispanidad que cambió los confines del mundo y agrandó la diversidad de paisajes y despensas de la vieja Europa. La reina de reinas ... es la madre patria de un nuevo mundo en el que entonces comenzó el mestizaje de sus culturas ancestrales con la herencia del humanismo grecorromano. Para aquellas sociedades incas, aztecas o mayas la llegada de los descubridores supuso también el Renacimiento y el progreso. Hubo un tiempo que morir en Castilla era morir en Burgos o en Guanahani (así dijeron los indígenas que se llamaba la isleta donde llegó Cristóbal Colón según las anotaciones del explorador), en Arévalo o en Cuba, en Segovia o en Costa Rica. Por eso ante las actuales tempestades revisionistas de los nuevos populismos latinoamericanos enraizados en el desconocimiento, que jarrean como el aguacero durante el Desfile de la Hispanidad de este sábado, esta tierra tiene una responsabilidad histórica con el impulso de una nueva era de hermanamiento iberoamericano.

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