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Siete años y medio de prisión para cinco DDP por intentar matar a puñaladas y machetazos a un trinitario en Seseña

Reconocieron los hechos en el juicio y la Fiscalía de Toledo retiró el delito de participación en organización criminal

Bandas latinas: 14 detenidos durante una paliza a cinco jóvenes para atracarles en Ciudad Lineal

Uno de los detenidos en la Operación Coyote guardia civil
Manuel Moreno

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Siete años y seis meses de prisión por reconocer los hechos en la Audiencia Provincial de Toledo: cinco jóvenes de la banda latina Dominican Don't Play (DDP) han aceptado esta pena por intentar matar a puñaladas en Seseña a Julio César, miembro de un grupo rival, quien salvó su vida gracias a los médicos.

La Fiscalía también los acusaba de participar en una organización criminal, pero finalmente retiró el delito en el juicio, celebrado este martes sin la presencia de la víctima. En suma, los cinco encartados (dos españoles, un peruano, un venezolano y un dominicano) admitieron la acusación del Ministerio Público a cambio de una sentencia de conformidad, en la que se incluye el pago, ya consignado de forma conjunta, de 3.450 euros por las lesiones causadas al joven.

La historia de este homicidio en grado de tentativa hay que datarla en abril de 2021. Ayrton, Jean Pool, Ramsés, Víctor y Luis Alberto, con edades entre los 19 y 23 años, sabían que Julio César, un ecuatoriano de 20, había vivido los últimos años en la zona de Getafe (Madrid). Por sus amistades, creían que podía pertenecer a los Trinitarios, una banda rival. Por eso analizaron sus rutinas y comprobaron que se desplazaba en autobús a Seseña, a 30 kilómetros, donde vivía su novia.

Con todo, decidieron acabar con su vida y trazaron un plan, que llevaron a cabo el 20 de abril, martes. Sobre las tres de la tarde, los procesados acudieron a la parada del autobús en la calle Francisco de Goya en Seseña. Sabían que Julio César viajaba en el transporte público de la línea que va de Valdemoro a la Urbanización El Quiñón porque Jean Pool, que iba en el mismo autobús, sentado unos asientos por detrás, los iba informando.

La víctima bajó en la parada de El Quiñón donde los inculpados lo esperaban. A ellos se unió Jean Pool tras apearse también y, entre todos, se dirigieron a Julio César. Ayrton le mostró un machete de grandes dimensiones que llevaba enfundado, y oculto entre la ropa, mientras le espetaba «baja patria», una expresión de desprecio o desafío a los Trinitarios.

Al oírla, Julio César comenzó a correr porque sabía que era una amenaza. Así era. Todos los acusados, con machetes y cuchillos en las manos, lo persiguieron para matarlo. Pero la víctima tropezó con un cubo de basura en la calle Velázquez y cayó al suelo, lo que aprovecharon para darle varias patadas. Pero la cosa no quedó ahí.

Cuando Julio César intentó incorporarse, Ayrton lo apuñaló dos veces en el abdomen y otro de los agresores le asestó otra en la espalda. Seguidamente, Luis Alberto sacó un machete de su funda. Era de color negro y de grandes dimensiones, que también llevaba oculto entre la ropa. «Poniéndose frente a la víctima, le asestó un fuerte golpe en la cabeza», describe la fiscal en su escrito de acusación, aceptado por los encausados.

El furibundo ataque provocó a Julio César numerosas lesiones, que podrían haber provocado su muerte, por choque hemorrágico, de no haber sido atendido a tiempo en un hospital. Ese mismo día, la Guardia Civil detuvo a cuatro autores y cerró la Operación Coyote con el arresto del quinto en mayo. Los procesados, que ingresaron en prisión, también tienen al menos una causa pendiente en la Audiencia Nacional.

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