Bildu pisa La Moncloa por primera vez en la historia
Los de Otegi ya se habían reunido con Sánchez, pero no en el complejo presidencial
La portada de Ortega Lara en 'Egin' que retrata a Mertxe Aizpurua
Sánchez pedirá otro cheque en blanco para el gasto en defensa

A las doce del mediodía de este jueves, se producirá un momento histórico en el Palacio de La Moncloa. Por primera vez en la democracia Bildu, la coalición heredera de Batasuna, el antiguo brazo político de ETA, acudirá al lugar que desde 1977 ... alberga la sede de la Presidencia del Gobierno y la residencia del jefe del mismo.
No es la primera vez que los de Arnaldo Otegi acuden a una ronda de contactos con el jefe del Ejecutivo, pues ya lo han hecho en ocasiones anteriores con Pedro Sánchez, pero todas ellas se produjeron o en el Congreso de los Diputados o de manera telemática.
Roto ese tabú, la foto de este jueves tiene un simbolismo mayor, y supone un paso más en la homologación de Bildu y de su formación nodriza, Sortu, como formación política del sistema. Queda por saber si habrá con la portavoz de la izquierda abertzale, Mertxe Aizpurua, foto en las escalinatas, el lugar más solemne y donde el presidente suele recibir a las visitas más distinguidas, incluidos mandatarios extranjeros, o únicamente se les verá juntos en el sofá donde tendrán lugar las reuniones con los partidos políticos. Al cierre de esta edición Moncloa no confirmaba el protocolo y tampoco Bildu.
En las municipales de 2023 Bildu integró a casi medio centenar de etarras en sus listas, siete de ellos con delitos de sangre, si bien tras el escándalo, destapado por Covite, obligaron a renunciar a sus actas de concejal a la mitad de ellos. Un asunto por el que ahora el Tribunal de Cuentas pide a Interior y a la Junta Electoral Central (JEC) revisar si pudo haber un incumplimiento de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (Loreg).
En las elecciones vascas del año pasado, celebradas el 21 de abril, su candidato Pello Otxandiano evitó condenar el terrorismo de ETA, lo que provocó entonces la reacción airada del resto de formaciones, destacadamente el PSOE.
La portadista de EGIN Aizpurua, que ya se reunió con Sánchez en ocasiones anteriores fuera de Moncloa, fue editora del periódico Egin y responsable como tal de algunas de las portadas más infamantes de ese rotativo para las víctimas del terrorismo. Particularmente la que con motivo de la liberación a finales de los años noventa del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara tituló: «Ortega vuelve a la cárcel». Un pasado del que nunca ha mostrado el menor síntoma de arrepentimiento.
Bildu, aliado parlamentario
Aunque Sánchez, durante su etapa como líder de la oposición a Mariano Rajoy, se comprometió a no pactar con Bildu, finalmente la coalición liderada por Otegi -él mismo miembro de ETA en su día y condenado por secuestro- ha terminado convirtiéndose en uno de sus principales aliados parlamentarios. Un camino que se abrió hace un lustro, cuando la abstención de sus diputados, unida a la de ERC, que también se producía por primera vez, facilitó su primera investidura en enero de 2020.
Durante esa legislatura, la pasada, Bildu, que por primera vez tuvo grupo propio en la Cámara Baja, terminó votando a favor de todos los proyectos de Presupuestos, incluido el vigente de 2023 que está prorrogado, y participó decisivamente en varias de las leyes impulsadas por el Gobierno de coalición del PSOE con Unidas Podemos.
Así ocurrió con la ley de vivienda en 2023, que incluso Moncloa permitió a este partido presentar tras el acuerdo alcanzado. No ocurrió lo mismo en otros proyectos como la reforma laboral, en los que Sánchez se apoyó en otras formaciones antagónicas como Ciudadanos (CS), ante el rechazo al proyecto de sus socios de izquierdas.
La relación del Gobierno con Bildu ha ido ganando en confianza y cercanía durante todo este tiempo. Así lo evidenció el hecho de que después de las elecciones generales de julio de 2023 fuera el primer partido que confirmó sin reservas ni matiz alguno su apoyo a la investidura de Sánchez, que finalmente se hizo realidad en noviembre de aquel año tras obtener el apoyo de Junts per Catalunya a cambio de la amnistía para Carles Puigdemont y el resto de cabecillas del golpe secesionista de 2017.
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