Día del PIlar

El guardia andaluz que portó la última bandera española que salió de Guinea

El capitán retirado ha sido reconocido por la Comandancia de Málaga este 12 de Octubre en la festividad de la Virgen del Pilar

Rafael Jiménez Alarcón con la placa entregada por la Comandancia de Málaga en reconocimiento a sus años de servicio J.J.M.

J. J. Madueño

Rincón de la Victoria

El 5 de abril de 1969 se certificó, por parte de los observadores de Naciones Unidas, que se había llevado a cabo la evacuación total de las fuerzas españolas de Guinea. Era fin del protectorado africano, la luz verde para que un nuevo país buscara su futuro. Uno de los últimos en salir de allí fue el capitán Rafael Jiménez Alarcón (Málaga, 1932). El entonces cabo primero llevaba consigo uno de los tesoros más preciados de la patria en su retirada: la última bandera de España que salió del protectorado tras la independencia.

El capitán asegura que ya le «falla la memoria». A sus 91 años se ha convertido en el veterano más longevo de la Comandancia de Málaga. Este 12 de Octubre, el Jiménez Alarcón, apoyado en un bastón y con una gorra para protegerse del sol, ha sido reconocido por su trayectoria en Rincón de la Victoria. En los actos por el Día del Pilar ha recibido una placa que recuerda sus casi cuatro décadas de servicio.

Estuvo 14 años de remplazos en Guinea. «Cuando salió el último español que voluntariamente quiso irse, luego nos marchamos nosotros», señala Jiménez Alarcón, quien explica como con su compañía fue llevado a una ensenada en un lateral del puerto para poder embarcar en condiciones de seguridad. «Después de todo no hubo violencia ni nada, pero hubo que andar con mucha precaución. Nos embarcamos en un lugar a parte, no dentro del puerto, para poder salir sin problemas del allí», afirma este guardia civil.

Desde ahí, guardando la última bandera de España que partía del protectorado como misión, se embarcó en una travesía que las crónicas de la época dicen que duró 25 días. «Fue larga, pero no teníamos prisa», bromea el capitán, antes de recordar que pararon en Canarias y luego en Cádiz. «Yo venía con la bandera. La última que quedó allí», recuerda emocionado, mientras relata como al llegar al puerto andaluz un periodista le hizo una foto junto a un teniente con la enseña nacional. «La tengo guardada», reconoce.

Capitán al jubilarse

Antes de Guinea había estado en Barcelona y en la frontera con Francia, hasta ser cabo primero. Luego se fue a Valencia. Después del Levante vinieron sus años de servicio en el protectorado Africano. Al regresar con todas las tropas españolas destacadas allí fue comandante de puesto en Alcaucín. Hasta que ascendió a sargento en Rincón de la Victoria y se marchó al delta del Ebro.

Volvió a Gaucín y después a El Morche, antes de pasar a la sección de reserva de la Comandancia de Málaga. Ahí se volvió a apuntar a la academia y salió como teniente con destino a Coín, pero en 1981 varios jóvenes fueron torturados y asesinados en Roquetas de Mar en caso Almería.

Aquello conllevó una reestructuración del Cuerpo en este lugar y fue destinado allí como ayudante del teniente coronel. Es donde se licenció en la Guardia Civil. Tres días después de su jubilación el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó su ascenso a capitán de la Guardia Civil.

En el acto del 12 de Octubre en el que ha sido homenajeado ha estado acompañado por su familia más cercana: su hermano y sus sobrinos. «Soy soltero», asegura Jiménez Alarcón, mientras explica que nadie de los suyos ha que querido seguir sus paso en la Guardia Civil.

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