Junta y comité no logran un acuerdo y se mantiene la huelga para el 22 de marzo en Sierra Nevada
Ambas partes se comprometen a «seguir negociando» para buscar una solución «que satisfaga a todos» pero no fijan fecha para un nuevo encuentro
La Junta fija servicios mínimos los siete días de la huelga convocada en la estación de Sierra Nevada
No ha habido acuerdo. La reunión mantenida este lunes 17 de marzo en Sevilla entre el comité de huelga de Cetursa Remontes y la Junta de Andalucía no ha servido para desconvocar las jornadas de huelga fijadas para lo que queda de temporada de esquí en Sierra Nevada, la más inminente la de este sábado 22 de marzo.
El encuentro se ha desarrollado en la sede de la Consejería de Fomento y por parte del comité de huelga han acudido representantes del sindicato Comisiones Obreras, por ser el mayoritario y el que negoció con la administración andaluza el convenio de 2024. Poco después de las cinco de la tarde, su portavoz, Miguel Ángel Vargas, ha anunciado que no hay acuerdo y que se sigue «trabajando para lograr un acuerdo».
«No ha habido avances, seguimos intentando encontrar una solución que pueda satisfacer a los trabajadores y a la empresa, pero no hemos llegado a un acuerdo», ha dicho el sindicalista, que ha añadido que, en consecuencia, no se desconvocan las jornadas de huelga y movilizaciones previstas. Tampoco hay fecha para una nueva reunión entre las partes. «Esperamos que sea pronto», ha indicado.
Comisiones Obreras se ha comprometido a trasladar los detalles de la reunión al comité de huelga que posteriormente debe convocar asamblea de trabajadores de Cetursa, que deberá valorar la desconvocatoria o no de las movilizaciones. El sindicato, mayoritario en el comité de empresa, mantiene su disposición a seguir negociando y reunirse las veces que sea necesario.
Desde la Junta de Andalucía, la conclusión es prácticamente idéntica. «Seguimos trabajando para llegar a un punto de encuentro y poder desconvocar la huelga», han manifestado, sin hacer ningún otro tipo de valoración.
El calendario de los sindicatos mantiene las convocatorias de huelga para los sábados 22 y 29 de marzo y 12 y 19 de abril, así como un paro parcial que también impediría la apertura de la estación para el viernes 4 de abril. No obstante, la actividad no se va a paralizar porque la Junta de Andalucía ha fijado servicios mínimos.
Transporte público esencial
El pasado 5 de marzo, la Dirección General de Trabajo, Seguridad y Salud Laboral, dependiente de la Consejería de Empleo, acordó que los hubiera con el argumento de que Pradollano, epicentro de la estación invernal, y Borreguiles, situado más arriba, a 2.700 metros de altitud y punto de partida de numerosas pistas, pertenecen al mismo núcleo poblacional, Monachil, y por tanto debe garantizarse el transporte entre ambos puntos.
En consecuencia, los tres remontes que unen Pradollano con Borreguiles tienen la consideración de servicio público regular de transporte de viajeros, no tienen alternativas y por tanto deben usarse. Son el Telesilla Parador y los telecabinas Al- Andalus y Pradollano-Borreguiles y previsiblemente estarán en funcionamiento.
Es una medida que en su momento aplaudieron los empresarios de la zona, que aunque dijeron que eso era «una tirita» que no solucionaba del todo el problema, por lo menos se evitaría «una situación catastrófica», como la calificó Ordoño Vázquez, presidente del colectivo.
La primera jornada de huelga fue el sábado 1 de marzo y paralizó la estación de esquí. El comité de huelga aseguró que el seguimiento fue del cien por cien de los trabajadores. Después empezaron las negociaciones y se logró una tregua que permitió la apertura el sábado 8 de marzo –que finalmente no se produjo, pero por culpa del mal tiempo- y el viernes 14.
El estupendo funcionamiento de Sierra Nevada en este último fin de semana, en el que han acudido unas 26.500 personas, permite augurar un final de temporada brillante, sobre todo teniendo en cuenta que en algunas pistas el espesor se acerca a los tres metros de nieve. La sombra de la huelga amenaza con truncar las esperanzas de muchas personas que viven de unos servicios que suponen más del 2% del Producto Interior Bruto de Granada.
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