Fueron cuatro los jóvenes que denunciaron a Chamizo por las agresiones sexuales que él niega
El TSJA confirma que el ex Defensor del Pueblo quedó en libertad sin medidas cautelares tras negarse a prestar declaraciones
El ex Defensor del Pueblo Andaluz José Chamizo, detenido por presunta agresión sexual
El TSJA ha confirmado que el que fuera Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, quedó en libertad sin medidas cautelares tras prestar declaración el pasado miércoles en el juzgado de instrucción número 5 de Sevilla, donde está siendo investigado por presuntos delitos de agresión sexual qué el mismo ha negado a este periódico.
Desde el TSJA se ha asegurado que tras ser detenido después de ser denunciado por presuntos delitos de agresión sexual, pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número 5 de Sevilla, que investiga la causa y que acordó su puesta en libertad provisional sin medidas cautelares.
Durante su comparecencia en sede judicial, se acogió a su derecho constitucional a no declarar. Según el TSJA, serían cuatro las víctimas de los supuestos hechos pero ninguno de ellos es menor de edad.
Sin embargo el propio Chamizo que prestó declaración primero en la policía y luego compareció en el juzgado ha negado todas las acusaciones y asegura que todo se debe a una vendetta de un ex alto cargo de Sevilla Acoge, la ong que él mismo dirigió.
Chamizo aseguró que tiene la conciencia «muy tranquila» porque todo es falso y está basado en un montaje puesto en marcha por un exdirectivo de la citada ONG.
Según la versión del que fuera Defensor del Pueblo Andaluz, todo empezó por las rencillas que surgieron con otro de los miembros de Sevilla Acoge, S.C., que «quería ser presidente» de la citada entidad. Sin embargo, como no lo consiguió, comenzó a hacerse amigo de varias de las mediadoras que trabajaban allí y a convencer a algunos de los chicos a los que ayudaban para que lanzaran acusaciones contra él.
Al parecer se trataba de jóvenes marroquíes, de unos 20 años, que se dedicaban a actividades no muy recomendables. Algunos de ellos vivían de «trapicheos» y otros de ejercer la prostitución. «Es fácil convencer a esos chicos para que te acusen», asegura el sacerdote que insiste en que ninguno de ellos son de fiar. «No son unos angelitos», dijo negando, en cualquier caso, las acusaciones que han formulado contra él. Según Chamizo, el instigador de la denuncia pudo convencer a estos jóvenes prometiéndoles papeles y gestiones a cambio de que le acusaran de «intentar abrazarlos».
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