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Alarma en la Guardia Civil por la captación de jóvenes y menores para Daesh

La última operación desmantela «la mayor estructura« de radicalización detectada en España

Medio centenar de chavales, muchos menores de 18 años, eran aleccionados en un grupo privado de la red

Las entradas y registros en las viviendas de los dos detenidos se produjeron el miércoles Guardia civil
Isabel Vega

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Salim y Hugo no tenían aún edad para conducir cuando los servicios de Información de la Guardia Civil les pusieron en el punto de mira. Ambos de nacionalidad española y el segundo, converso reciente, andaban haciendo pintadas alabando a Daesh. Al pasar la lupa, vieron algo más. Ese jalear en público, acompañado de mensajes abiertos en redes sociales, se traducía en un trajín de nuevas relaciones. Chavales incluso más jóvenes que ellos, acababan en un grupo privado en la red consumiendo material terrorista del que hace mella, del que transforma a uno en lo que a priori, no es.

«No es una operación más donde son detenidos dos tipos. Esta operación viene a evidenciar una tendencia bastante preocupante que vemos tanto en nuestras propias investigaciones como en otros países: es alarmante el número de menores que estamos encontrando en procesos de radicalización yihadista», explica una fuente de la Guardia Civil.

Habían montado lo que los investigadores califican como «la mayor estructura yihadista conocida en España en el ámbito de la captación de jóvenes y de menores de edad». Era un proceso de vocación masiva y sistematizado: Más de medio centenar de chavales, preseleccionados antes en foros de internet y otros espacios, estaban en ese grupo privado sometidos a un bombardeo ideológico que los dos propios detenidos impulsaban.

Cuentan los investigadores que se encargaban de buscar contenidos yihadistas y traducirlos al castellano. Hasta ese punto era el esfuerzo. El perfil, chicos de menos de 18 o con la mayoría de edad recién cumplida, no necesariamente practicantes del Islam y que se habían acercado por «curiosidad» o con «interés» por conocer más sobre esta religión. Sobre el papel, son más de cincuenta tipos sometidos a radicalización de manera descontrolada y extremadamente difícil de detectar.

Empezaron a captar cuando aún eran menores

De hecho, ellos ni siquiera tenían edad para conducir cuando la investigación les puso la lupa encima. Iba a ser un asunto de juzgado de menores pero las pesquisas se han prolongado casi un año, tiempo durante el que han rebasado los 18 años. En noviembre de 2022 abrió diligencias el Juzgado Central 6 de la Audiencia Nacional, cuando los agentes llevaban ya varios meses analizando las conductas y el entorno de Hugo y Salim.

La Guardia Civil, que ha identificado y localizado a buena parte de los integrantes de ese grupo, los trata a priori como víctimas de adoctrinamiento y con apoyo de agentes especializados en menores, ha estado recabando testimonios, practicando exploraciones y entrevistando a los padres para tratar de discernir hasta qué punto en cada caso, la captación estaba dando sus frutos: hay una línea muy fina entre quien está siendo radicalizado y quien ya ha asumido como propias las ideas y los objetivos que durante meses, le han venido inculcando. Ahí está el riesgo.

De Cullera y Benavente a toda España

Y en eso, los padres no siempre son conscientes, pues en el caso de los menores es más difícil detectar una conducta de radicalización yihadista, cuenta otra fuente policial. Algunos se culpan por no haber imaginado que esas horas de móvil y de ordenador no eran para jugar sino para consumir propaganda terrorista.

Los investigadores dan por hecho que Salim y Hugo promovían la radicalización de otros jóvenes tras haber dado su propio salto. Ambos habían jurado ya lealtad a Daesh, como reveló ABC, y, estando uno en Cullera (Valencia) y otro en Benavente (Zamora), actuaban de manera «concertada y coordinada» en la red, pescando perfiles especialmente proclives a asumir sus postulados en diferentes plataformas. Hay víctimas de diez provincias españolas.

Ellos, de momento, se quedan en una prisión en Madrid a disposición de la Audiencia Nacional. La magistrada María Tardón, en funciones de guardia, acordó el viernes enviarles a preventiva al apreciar un elevado y evidente riesgo de fuga y de obstrucción a la investigación. Dos días antes, los servicios de Información de la Guardia Civil practicaron entradas y registros en sus domicilios. El análisis de los dispositivos será crucial para localizar a más receptores de sus postulados, ya sean víctimas o convencidos del yihadismo.

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