Ayuso ajusta cuentas con Casado, pero no quiebra la unidad del PP con Feijóo
Pide expulsar a los responsables del espionaje y se pregunta cuantas Rita Barberá necesita el partido
Casado replica a la presidenta madrileña y niega las acusaciones contra la dirección nacional

El Partido Popular intenta cerrar las heridas cuanto antes, abrir una nueva etapa con Alberto Núñez Feijóo como presidente nacional y volver a dedicarse a la tarea de hacer oposición al Gobierno de Sánchez. La Junta Directiva Nacional, máximo órgano interno entre congresos, se reunió ayer en un hotel madrileño con el ánimo colectivo de mirar hacia delante ... , sin reabrir la guerra interna que ha desangrado el partido y con un mensaje cerrado de unidad. Pero la tensión sigue viva. Han sido días muy duros en el partido por el choque frontal y el cruce de acusaciones entre la dirección nacional e Isabel Díaz Ayuso , y la presidenta de la Comunidad de Madrid aprovechó ayer para hacer su ajuste de cuentas ante el presidente saliente, cara a cara.
Pablo Casad o es ahora mismo un político hundido y conmocionado por los acontecimientos que se han vivido en el PP desde la noche del miércoles 16 de febrero, cuando estalló en su partido una guerra civil sin precedentes, que desembocó la semana pasada en la dimisión del secretario general, Teodoro García Egea , y la convocatoria forzosa de un congreso extraordinario , que finalmente será los días 1 y 2 de abril en Sevilla, con un primer Comité Ejecutivo Nacional el día 3. Casado, prácticamente sin apoyos en la dirección nacional, en el Grupo parlamentario y en los territorios, ya anunció que no se presentaría a la reelección.
Los dirigentes del PP que forman parte de la Junta Directiva, órgano con más de 400 miembros, llegaron al hotel, en una de las torres de la Castellana en Madrid, en general con ánimo constructivo. La mayoría de los barones lanzaron mensajes de unidad y de conciliación, con un solo nombre en boca de todos: Alberto Núñez Feijóo . Es la hora del presidente de la Xunta de Galicia, que parte con un apoyo unánime entre los principales cargos del partido.
Antes de la Junta Directiva se reunió el Comité Ejecutivo Nacional, del que forman parte los barones. Ahí se hicieron oficiales las dimisiones de Teodoro García Egea y del portavoz nacional, José Luis Martínez-Almeida , así como de otros cargos de la estructura del partido, como es el caso de Belén Hoyo. Además, se confirmó el nombramiento de Concepción Gamarra como coordinadora general del PP hasta el congreso, con funciones asumidas de secretaria general y presidenta de hecho, y el de Esteban González Pons , como presidente de la comisión organizadora del congreso extraordinario. También ayer, el Comité de Derechos y Garantías comunicó oficialmente a Ayuso el archivo del expediente informativo que se le abrió por la supuesta comisión que recibió su hermano por un contrato sanitario en la pandemia. El Comité considera «suficientes en este momento» las explicaciones ofrecidas por Ayuso.
Después, en la Junta Directiva, Pablo Casado pronunció su último discurso ante los cargos de su partido. Lo llevó escrito, algo raro en el presidente del PP, del que todos destacan sus habilidades oratorias. Pero no era el momento de improvisar. Llevó sus mensajes muy medidos para lamentar el espectáculo de los últimos días, reprochar lo 'injusto' del trato que había recibido y expresar su plena lealtad a Feijóo a partir de ese momento. Solo fueron 11 minutos y los populares despidieron al que ha sido su jefe de filas desde julio de 2018 con un aplauso puestos de pie.
El deseo de Casado
A partir de ese momento todos podían pedir la palabra. Uno de los grandes protagonistas, Feijóo, había decidido no hacerlo al considerar que ayer era el día de Casado. Desde hoy, el gallego acaparará todo el protagonismo, pero las formas son fundamentales para él. Eso y el respeto a un hombre como Casado, derrotado ante sus propios compañeros, que ahora solo pretende dejar el puesto que logró en primarias sin salir por la puerta de atrás. Con la cabeza alta, pese a todo. Feijóo le concedió ese último deseo y en la madrugada del pasado jueves ambos sellaron en Génova esa especie de pacto de caballeros para hacer un relevo honroso y pacífico.
Pero en la sala había otras 400 personas y una de ellas, Ayuso, ya había avisado de que quería hablar. La tarde anterior había estado preparando su discurso. Y así fue. La presidenta madrileña fue la primera en tomar la palabra, subió al atril y lanzó un mensaje cargado de ataques y reproches contra la dirección saliente.
Ayuso pidió expulsar del PP a los que formaron parte de la campaña contra ella porque no cree «en las heridas cerradas en falso». No citó a Casado ni a García Egea, pero tampoco hizo falta. «Sí que pido que todo el que haya formado parte de esta campaña sea puesto de inmediato en la calle», advirtió. Además, reiteró sus críticas por el 'espionaje' a sus familiares y las consecuencias que había tenido que sufrir en los últimos días por los «hechos gravísimos» que se han vivido en su partido. Por eso, pidió «investigar y expulsar a los autores» de esa 'campaña' contra ella para que el partido vuelva a ganar «la confianza de la opinión pública».
«Ojalá se hubiera investigado con tanto detalle a Pedro Sánchez y a otros gobiernos de la izquierda como a miembros del partido, a la Comunidad o a mi familia», reprochó ante los miembros de la Junta Directiva. Su relato fue así: «El 4 de mayo lo teníamos todo. Una izquierda contra las cuerdas, desacreditada, despojada de los efectos de su propia propaganda, pero, sobre todo, un centro derecha ilusionado, convencido y fuerte. Pero da la sensación de que algunos pensaron más en protegerse por si llegaban momentos como este que en ser la verdadera alternativa a Sánchez».
«Lo que no sé es cuántas Ritas Barberá quiere dejar este partido más en la cuneta y cómo pretender el respeto de los ciudadanos cuando no lo tenemos ni con los nuestros», soltó la presidenta autonómica.
«No tocaba»
Fuentes de la Junta Directiva señalaron que hubo «pocos aplausos» a Ayuso . Su discurso no gustó a muchos dentro del PP, que lo consideraron «poco elegante». «No tocaba, hoy ha perdido puntos dentro del partido», señalaron fuentes parlamentarias del partido. Sin embargo, Ayuso tuvo una defensa fundamental. Al término de la reunión, se preguntó a Feijóo sobre las críticas de Ayuso: «Ha dicho lo que pensaba y está en su derecho». Quedó claro que en el nuevo PP no hay ningún ánimo ni ganas de más peleas entre los que se quedan. También Esteban González Pons fue así de nítido horas después: «La dirección del PP confía absolutamente, del todo, en la honorabilidad de Isabel Díaz Ayuso».
Cuando acabó la intervención de Ayuso, Casado volvió a tomar la palabra en la Junta Directiva para responderle. Una vez más, negó que desde la dirección nacional se ordenase ningún tipo de espionaje o investigación a Ayuso o a sus familiares. El presidente del partido subrayó que si hubiera tenido conocimiento, lo habría impedido de forma inmediata.
La exportavoz del PP en el Congreso Cayetana Álvarez de Toledo fue la siguiente en intervenir. Primero expresó su afecto, apoyo y solidaridad a Ayuso: «Ha sufrido lo que tantos de nuestros compañeros sufrieron antes a manos de la peor izquierda: filtraciones, calumnias, juicios paralelos». Y reclamó una ponencia ideológica en el congreso extraordinario para definir «con claridad» la posición estratégica e ideológica del partido. Por la tarde, el presidente del comité organizador rechazó la idea de activar esa ponencia ideológica por la urgencia de los plazos y emplazó a un futuro congreso ordinario para hacerlo.
El presidente del PP extremeño, José Antonio Monago , habló en tono conciliador y de unidad, sin hacer sangre por lo ocurrido. En la misma línea se pronunció el presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez , y el presidente murciano, Fernando López Miras , desveló ante los medios que no había tomado la palabra al sentirse representado por Monago. El turno de intervenciones se cerró con Carlos Izquierdo , quien apoyó a Ayuso, y con Ignacio Cosidó , con otro mensaje de unidad. Todos ellos, eso sí, coincidieron en situar a Feijóo como próximo líder . El cierre de filas del partido en ese punto es prácticamente total.
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