Matas y Munar, vidas casi paralelas
El expresidente balear ingresará en prisión un año después de que lo hubiera hecho ya la expresidenta del Consell de Mallorca
En las elecciones autonómicas de mayo de 2007, el entonces presidente del Gobierno balear, el popular Jaume Matas (Palma, 1956), se quedó sólo a unos cientos de votos de revalidar la mayoría absoluta con que había contado en la legislatura anterior. Tras dichos comicios, los intentos de Matas para intentar llegar a un pacto de gobernabilidad con la entonces líder de Unió Mallorquina (UM), Maria Antònia Munar, fracasaron por completo.
Munar decidió pactar finalmente con los socialistas y con los econacionalistas del Archipiélago, por lo que el socialista Francesc Antich relevó a Matas al frente del Ejecutivo autonómico. Unos meses después, en el verano de 2007, Matas anunciaba el abandono definitivo de la política y su marcha a Estados Unidos.
Acababa así, de este modo tan inesperado, una trayectoria política que hasta aquel momento había sido considerada como bastante brillante. Matas había sido consejero autonómico de Economía con Gabriel Cañellas a mediados de los años noventa, para pasar a ser luego el presidente del Ejecutivo regional, por vez primera, entre 1996 y 1999. Ello fue posible porque en apenas un año habían dimitido sus dos antecesores en el cargo, el propio Cañellas y luego Cristòfol Soler. Tras los comicios autonómicos de 1999, Matas pasó a la oposición, después de la constitución del llamado primer Pacto de Progreso, que lideró ya Antich. Sin embargo, en 2000 José María Aznar «rescató» a Matas y le nombró ministro de Medio Ambiente, cargo que ocupó hasta que en las elecciones autonómicas de 2003 el PP consiguió la mayoría absoluta en Baleares y él volvió a ser el presidente de la Comunidad.
El segundo Pacto de Progreso, el que inició su andadura en 2007, empezó su gestión mirando con lupa la ejecución de las obras e infraesctruturas llevadas a cabo en la última etapa de Matas como presidente, lo que por ejemplo supuso que se abriera una investigación sobre la construcción del velódromo Palma Arena. En aquel momento era literalmente imposible siquiera intuir, sin embargo, cuánto iba a cambiar no sólo la historia política de Baleares, sino también la del resto de España, a raíz de aquellas primeras y tímidas indagaciones.
En 2009 nacería el denominado « caso Palma Arena », que inicialmente sólo investigaba las causas del sobrecoste en la construcción de este equipamiento deportivo, pero que con el paso de los meses fue volviéndose cada vez más y más complejo. Un lustro después, las diversas derivaciones de esta causa judicial han hecho que en la actualidad se encuentre dividida en una veintena de piezas, entre ellas el «caso Nóos».
El segundo Pacto de Progreso no se vio tampoco libre, a su vez, de investigaciones y de sospechas de corrupción. De hecho, Antich rompió con Munar en febrero de 2010, ante la acumulación de imputaciones judiciales para los dirigentes de UM, incluida la propia Munar. La casi totalidad de indagaciones de la Fiscalía afectaban a la última legislatura en la que la líder nacionalista presidió el Consell de Mallorca, entre 2003 y 2007, con el apoyo del PP de Matas.
En el siguiente mandato, Munar pasó a ser la presidenta del Parlamento regional gracias a los votos de socialistas y de econacionalistas, pero se vio obligada a dimitir del cargo en 2010 al ser juzgada por diversos casos de corrupción. Finalmente, ingresó en prisión en julio de 2013, tras su primera condena judicial en firme, de seis años de cárcel por los delitos de fraude y revelación de secretos en el marco del «caso Can Domenge», en el que se investigaba la supuesta venta irregular de los terrenos del mismo nombre por parte del Consell de Mallorca.
Casi un año después, los caminos de Matas y de Munar volverán ahora a reencontrarse , pero esta vez no para volver a pactar o a gobernar de manera conjunta, sino para pasear o para recordar su pasado político por el mismo patio de la cárcel.
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