Las startups bracean en un océano de incertidumbre tras su año más complicado
La euforia inversora se ha topado con la subida de tipos y la realidad de algunas valoraciones infladas, pero los expertos ven signos de reactivación en el horizonte
Los emprendedores que prefieren traspasar fronteras a ser profetas en su tierra

Es una ley física. Todo lo que sube, tarde o temprano, baja. Y es lo que está ocurriendo este año con la financiación a las startups europeas. Tras un periodo de euforia inversora que alcanzó niveles récord en 2021, con 100.000 millones de dólares recaudados, este año las empresas emergentes de base tecnológica del Viejo Continente han encontrado mayores dificultades para levantar capital, tal y como pone de manifiesto el informe State of European Tech 2023 de la firma de capital riesgo Atomico, que prevé que el curso se cierre con una caída del 45% del volumen captado, quedándose en los 45.000 millones de dólares frente a los 82.000 millones del ejercicio anterior.
Que el ecosistema ha cambiado de marcha es un hecho, pero también hay que aclarar que, si se compara la cifra de este año con la de 2020, antes de que se produjera la fiebre inversora a causa de la pandemia, el crecimiento es del 18%. Mientras, en Estados Unidos los 120.000 millones de dólares previstos en financiación para 2023 suponen un descenso del 1% con respecto a 2020. En el caso de China y el resto del mundo, se espera que la caída de este año comparada con 2020 sea de un 7% y un 8%, respectivamente.
Adiós a las valoraciones infladas y al dinero fácil. La coyuntura macroeconómica, marcada por la subida de los tipos de interés, ha enfriado el apetito de los fondos y ha sumido al mercado global en una fase de ajuste.
«En el último año se ha producido una vuelta a la realidad. Hasta 2022, se financiaban empresas que perdían mucho dinero y levantaban dinero para perder todavía más. Esa época se ha acabado», asegura Ramón Blanco, CEO de Bewater Funds, que advierte de que asistimos a una situación más racional, «en la cual los inversores buscan un horizonte de rentabilidad cercano». A nivel global, el cambio en la política monetaria de los bancos centrales hace que «el inversor pueda acceder a un 4% de rentabilidad neta sin riesgo, lo que complica que se ponga a invertir en activos que sí lo tienen». En lo que respecta al sector tecnológico, el año que dejamos atrás ha habido una fuerte corrección en las valoraciones y el mercado de Oferta Pública de Venta (IPO) se ha frenado en seco, lo que explica la menor inversión registrada.
«No hay salidas a bolsa porque las últimas están perdiendo dinero y porque las valoraciones de las empresas de tecnología están muy deprimidas, lo cual hace que toda la cadena de valor anterior tenga presión a la baja en las valoraciones. Cuando esto ocurre, en general los inversores no tienen ganas de invertir», expone. El experto recuerda que de 2020 a 2022 muchos fondos de capital riesgo fueron capaces de levantar dinero, lo cual provocó una inflación de las valoraciones que ahora ha tocado a su fin.
Dificultades
Uno de los batacazos más sonados ha sido el de WeWork, la firma estadounidense de 'coworking' que en su última ronda, de 2019, llegó a valorarse en 47.000 millones de dólares y que en noviembre se declaró en suspensión de pagos. No ha sido la única. Olive AI, centrada en servicios de salud, también anunció el cierre. Y la turca Getir, que ya se retiró de España, Italia, Francia y Portugal, comunicó en verano su nuevo plan de reestructuración, que incluía 2.500 despidos.
Tras un tiempo de valoraciones disparadas, los 'startuperos' se mueven ahora en un entorno de incertidumbre. Según el informe de Atomico, el 80% de los emprendedores afirma que les resulta más difícil levantar capital y que han tenido que ajustar sus expectativas para las rondas de financiación.
Francisco Navas, managing director de Venture Capital de Arcano, apunta uno de los desencadenantes. «En 2020 y 2021, los tipos de interés estaban por los suelos, se buscaba rentabilidad, y hubo muchos actores financieros, que no eran los típicos fondos, que se metieron en venture capital en rondas más tardías. Viendo cómo estaba el ambiente, han replegado velas y ha habido un vacío de capital», comienza por subrayar. En esas etapas, los ajustes a la baja en las valoraciones han llegado hasta el 50%, mientras que en la fase semilla «se han mantenido constantes o incluso han repuntado».
Dinero embalsado
En cualquier caso, asegura que «muchas compañías levantaron capital de manera abundante en 2021, lo que significa que han disfrutado de unas posiciones de caja cómodas y no han tenido que volver al mercado a levantar más capital ni en 2022 ni en 2023». Ante un entorno de volatilidad, «los fondos de venture capital han decidido estar parados para ver qué pasaba», pero Navas aclara que a diferencia de la burbuja de las puntocom, ahora sí hay liquidez embalsada esperando el momento óptimo: «Nunca ha habido tanto capital disponible para desplegar».
Luis Garay, partner de Samaipata, sostiene que en la primera mitad de año detectaron «menos volumen de empresas de calidad que estaban saliendo al mercado» porque intentaban aguantar la tormenta, mientras que después del verano se reactiva todo bastante. «Puede ser debido a que se estaban quedando sin capital y tenían que volver a salir al mercado o también al optimismo entre los inversores por las perspectivas de 2024, con previsibles bajadas de los tipos», dice.
Y es que para los propios fondos es más difícil levantar capital en un entorno de tipos altos. «Los inversores que invierten en fondos suelen distribuir su portfolio entre distintos activos y cuando suben las tasas de interés, algunos como la deuda, que hace un par de años no eran nada interesantes, ahora toman un peso mayor en el portfolio», justifica.
En este escenario, la mentalidad de los inversores a la hora de tomar sus decisiones cambia. «Se ha pasado del crecimiento a toda costa a buscar un crecimiento sostenible gracias a ser eficientes con el capital», resume. Dicho de otro modo, «si hace años posicionarse y crecer muy rápido costara lo que costara podía ser una estrategia ganadora, en momentos como este se recalibra todo el sistema y los inversores buscan fundadores que gasten lo imprescindible y maximicen cada euro que consumen».
Las startups en fases tempranas han acusado menos las caídas de valoración acaecidas en 2023
Andrés Echecopar, managing partner del venture capital de Bcombinator, pone el foco en que, sin tener en cuenta los ejercicios 2021 y 2022, el mercado en Europa ha crecido y califica lo sucedido en 2023 como «una vuelta a la normalidad», después de «valoraciones muy lejos de la realidad de caja». A su juicio, lo peor se ha vivido desde finales del 2022 hasta el tercer trimestre del 2023 y es optimista a futuro. «Creo que va a seguir creciendo el ecosistema tanto en Europa como en España y que las añadas 2024 y 2025 a nivel de inversión van a ser de retornos muy por encima de la media. Históricamente, los dos años después de una vuelta a la realidad, son mucho mejores», indica.
Ramón Blanco, de Bewater Funds, pronostica que 2024 será muy parecido a 2023, «quizá ligeramente mejor porque a partir de la segunda mitad de año se espera que empiecen a bajar los tipos de interés. Con esta circunstancia, posiblemente se reactive el mercado de salidas a bolsa y si esto ocurre, posiblemente haya de nuevo inversores dispuestos a invertir en startups».
Por su parte, Francisco Navas (Arcano Partners) defiende que se dan los ingredientes para que en 2024 se consiga una recuperación. «Empieza a haber una ventana de oportunidad desde el punto de vista de salidas a bolsa, especialmente en el segundo semestre, lo que va a proporcionar liquidez; hay mucho capital por desplegar y empieza a haber una presión por desplegarlo… pinta un escenario más optimista que el vivido en 2023», afirma.
Vertical ganadora: IA
De todos los segmentos, los expertos consultados coinciden en que el gran triunfador ha sido (y repetirá en 2024) la inteligencia artificial. «No ha seguido la misma lógica de reducción de valoraciones que otras verticales», señala Luis Garay, de Samaipata. Esta semana, la startup francesa Mistral AI, rival de ChatGPT en Europa, ha cerrado una ronda de 385 millones de euros, lo que según Bloomberg la valoraría en unos 2.000 millones de dólares.
Tras un 'alto en el camino', los fondos de venture capital comienzan a recuperar posiciones para revitalizar el ecosistema de startups en 2024.
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