37º CONGRESO AECOC
«El sector de gran consumo también es víctima de la inflación y no su causante»
Ignacio González, presidente de AECOC, avanza las asignaturas pendientes del Gobierno para dinamizar el consumo

Ignacio González, presidente de la asociación empresarial AECOC que agrupa a más de 32.000 empresas del sector de gran consumo, avanza que en el congreso que arrancará el próximo martes en Santiago de Compostela pondrá énfasis en que «el Gobierno escuche a los sectores y module sus posturas, porque tenemos los mismos intereses», pero «asumiendo su responsabilidad y sin acusarnos de la inflación con subterfugios, porque también la sufrimos».
—¿Cómo responde el consumidor a la escalada de precios?
—En nuestro sector el precio siempre ha sido un factor de decisión para elegir marcas o tiendas y ahora lo es más porque el consumidor tiene menos renta disponible. Vemos claramente sustituciones de productos o también de marca de fabricante por marca de distribuidor.
—¿Descuenta caídas importantes en el consumo?
—Venimos de un verano de 'boom' tipo descorche de botella de champán. Ahora vemos reducción de renta disponible y es un riesgo que se va a seguir produciendo. La responsabilidad del Gobierno es ineludible en la reactivación del consumo porque a nosotros solos nos resulta imposible.
—¿Y la cesta de la compra con precio limitado?
—Hay que entender que nuestro sector no es la causa de la inflación, sino una víctima más. Las empresas hacemos planes de reducción de costes, de eficiencia y de ahorro, además de una clara reducción de los márgenes y cuando no alcanza, nos vemos obligados a repercutir los precios al consumidor. La propuesta de cesta topada está en punto muerto, porque no es legal y porque tampoco hay márgenes, máxime en un sector donde la cadena de valor los tiene muy estrechos, entre el 2 y el 3%.
«La responsabilidad del Gobierno es ineludible en la reactivación del consumo, por ejemplo, reduciendo el IVA»
—Los alimentos han subido el 14,4%. ¿Le inquieta?
—Por supuesto. El sector aguanta hasta donde puede. El 90% de nuestros asociados son pymes que tampoco pueden apurar tanto los márgenes con planes de ahorro y eficiencia y atraviesan más dificultades.
—¿Está al límite la contención de costes?
—Si hasta donde las empresas hemos podido los hemos contenido, pero en un sector ultra competitivo y de márgenes tan estrechos, llega un momento en que no se puede aguantar más. Nosotros no queremos escenarios inflacionistas. Pensábamos todos que la inflación iba a ser corta y va a ser más larga.
—Explique por qué el pan ha subido un 15%...
—Hay que hacer pedagogía. Cuando ves que los insumos para fabricar el pan han subido un 43%, te das cuenta de que un productor pequeño, aunque pueda prescindir de costes superfluos, después de acortar márgenes se ve en la obligación de subir un 15% porque si no cierra. Los actuales precios los produce la reducida capacidad de absorción de los aumentos de los insumos.
—¿Por qué el Gobierno no rebaja el IVA de los alimentos básicos?
—No será porque no lo hayamos pedido y vamos a seguir insistiendo en el congreso de Santiago de Compostela. El Gobierno tiene que desarrollar capacidad de escucha. Además, esa rebaja sería temporal y devolvería renta disponible a los consumidores, que mejorarían en confianza. Si se baja el IVA y deflacta el IRPF el ciudadano tendrá más dinero y consumirá más en un círculo virtuoso que estamos convencidos de que funcionaría.
—¿Cómo evoluciona el empleo?
—Aunque no sea motivo de orgullo el paro actual, todos los datos económicos y los diferentes analistas dicen que se va a mantener como está ahora. Todo depende de las medidas de incentivo del consumo que adopte el Gobierno, con lo que se evitaría el cierre de pymes. En Navidad no habrá la alegría de verano, pero el año pasado la hostelería estaba cerrada, por ejemplo, para celebraciones de empresa, y ahora puede mejorar.
«Al panadero le han subido los insumos un 43% y se ve obligado a subir un 15% el precio del pan porque si no cierra»
—¿Cómo afecta el veto europeo a la pesca de arrastre?
—Es pronto para medir los efectos, porque llevamos una semana y todavía no se aprecia en los precios, pero parece previsible que se producirá una menor oferta, lo que comportará un incremento de precios. Otro más en un contexto donde el consumo de pescado ha bajado un 20% entre los españoles desde 2008. Nuestro ministro, que está haciendo un papel importantísimo, ha tildado la información científica en que se basa la Comisión de insuficiente y anticuada. Igual pasa en el caso del plástico, cuando el sector de la pesca vive precisamente del mar y respeta el medio que les da de comer. Las medidas tienen que ser compatibles en velocidad de aplicación con la actividad. De nuevo se produce falta de escucha.
—¿La subida de las cotizaciones a la Seguridad Social ha sido la puntilla al diálogo social?
—Insisto en la asignatura pendiente de la escucha gubernamental. Hay que hacer un ejercicio de humildad política para escuchar a los sectores. Porque esa subida pone en riesgo la contratación, al encarecerla, y el empleo es el único indicador que va bien. Además, si se hace unilateralmente, mucho peor porque no se tiene en cuenta a quienes contratan.
—¿Otra asignatura pendiente es la productividad?
—Estamos igual que en 2016, cuando todos nuestros vecinos europeos la han mejorado. No hacemos grandes cosas para fomentarla, ni desde el lado de la inversión ni de la tecnología y tampoco ayudamos a la clase media trabajadora a través del consumo, porque esto no va de los ricos y muy ricos ni del salario mínimo, va de ayudar a los que tienen que mover la rueda del consumo.
—¿Por qué Portugal toma medidas en el sentido contrario que España, cuando ambos países los gobiernan socialistas?
—Nosotros somos apolíticos. Nuestra posición es meramente económica, y solo buscamos dinamizar el consumo para salir de la crisis, recuperar la confianza, recuperar la inversión de las empresas, tener seguridad jurídica para apostar por el empleo y trabajar la productividad. Eso es lo que seguimos reclamando. Es cierto que en algunos sitios son más sensibles que aquí, pero a nosotros lo que nos interesa es lo que hay que hacer para mejorar la situación económica del país, dinamizando el consumo, que es un enorme elemento de cohesión social.
—¿Las administraciones españolas quieren ir más allá en regulación que la propia UE?
—Esa queja la mantenemos, porque estamos de acuerdo con los fines y llevamos mucho tiempo trabajando en muchos aspectos, como la prevención del desperdicio alimentario o la sostenibilidad. Solo hay que ver el número de toneladas que hemos reducido de envoltorios respecto a la anterior década, pero tratar de ir más rápido y más lejos en este momento pone en peligro la recuperación. Hay que entender el contexto, porque estamos de acuerdo en la discusión de fondo y solo hay que acordar el ritmo.
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