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Marcas blancas y cestas más pequeñas: así ha cambiado la inflación el consumo de los españoles

La forma de comprar ha dado un vuelco con los precios en el súper: sube la marca blanca y baja el tamaño de las cestas

El campo se defiende del alza de precios: «Las ayudas del Gobierno no disminuyen nuestros costes»

El Gobierno cita a los supermercados para analizar el impacto de la rebaja del IVA

El interior de un supermercado Eroski EP
Nerea San Esteban

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La subida de preciosen el supermercado ha revolucionado la forma de consumir de los españoles. Con la intención de gastar lo menos posible en cada compra, las cestas han ido cambiando por completo, tanto en forma como en contenido.

La forma que tienen es, de hecho, cada vez más pequeña. Los supermercados han detectado que quien entra a sus tiendas sale con menos artículos, haciendo una compra más selectiva y consciente. Como explican los expertos de Kantar en un informe reciente, el objetivo de los consumidores con esta estrategia es «controlar el gasto». Los artículos elegidos para formar parte de esta nueva cesta no solo son menos, sino que también son diferentes.

De esta forma, el consumidor se fija más en el precio y en los detalles de los lineales. Según la última encuesta de la citada consultora, el 49,5% de los españoles visita diferentes tiendas «para encontrar los mejores precios», haciéndolo un 3,9% más en 2022 que en 2021. Son más, hasta un 62,7% los que siempre comparan precios entre diferentes marcas antes de elegir una, creciendo estos consumidores un 5,1% en el último año. Además, el 48,9% (un 3% más) tiende a tener en cuenta varias marcas de los estantes antes de hacer su elección.

Un 50% de la alimentación es marca blanca

Una de las categorías beneficiadas por este cambio ha sido la marca de distribuidor o marca propia, más conocida como marca blanca.

Su presencia en los hogares españoles se ha multiplicado con fuerza en los últimos años: si en 2020 suponía el 37,2% de las cestas de gran consumo (alimentación, perfumería y droguería), en 2022 llegó hasta el 41,4%, un porcentaje que supera el 50% si hablamos solo de alimentación.

Ese interés por controlar el gasto en las compras también se está reflejando en otra tendencia, la de priorizar la compra de alimentos congelados y envasados frente a la compra de alimentos frescos; en particular al pescado y la carne.

Como recoge NielsenIQ, el consumo de frescos se está viendo penalizado por la mayor adquisición de producto congelado o envasado, de precio más económico. Para muestra, un botón: en 2022, la fruta aumentó su precio durante un 15,8%; en ese periodo, su evolución en volumen reflejó una caída del 5,5%. En el caso del pescado, su precio se incrementó cerca de un 6%, y su evolución en volumen cayó un 9,1%. El consumo de verdura por su parte cayó en valor un 3%, mientras su precio se incrementó un 9,9%. Todos estos datos demuestran una tendencia clara, insisten los expertos: el aumento de los precios de los frescos ha supuesto que su nivel de compra baje en todos los formatos comerciales, desde supermercados hasta hipermercados pasando por pequeñas tiendas de alimentación.

El peso de la marca blanca

En porcentaje sobre el total de productos

de gran consumo: alimentación, droguería y perfumería

Marca

blanca

Resto

2020

37,2%

62,8%

61,7%

38,3%

2021

58,6%

41,4%

2022

Fuente: Kantar / ABC

El peso de la marca blanca

En porcentaje sobre el total de productos

de gran consumo: alimentación,

droguería y perfumería

Marca

blanca

Resto

2020

37,2%

62,8%

61,7%

38,3%

2021

58,6%

41,4%

2022

Fuente: Kantar / ABC

De hecho, estas cifras son algunas de las que ha estado manejando el Gobierno para decidir qué medidas pone en marcha para tratar de paliar los efectos de la inflación en la cesta de la compra. La elegida para entrar en vigor el pasado enero fue la rebaja del IVA, una medida en la que, pese a la caída evidente del consumo, no están incluidos alimentos como la carne y el pescado.

No en vano, reconocía el Ministerio de Agricultura en una reunión reciente con toda la cadena alimentaria, es evidente que «se acude menos veces a hacer la compra y el tique de cada una de ellas es menor». Además, asume el equipo de Luis Planas, «a pesar de que no se aprecian variaciones significativas en las grandes familias de alimentos que se compran, se nota una mayor presencia de productos básicos, como pan, arroz, pastas o legumbres, y una reducción en productos más caros, como carnes, pescados, frutas y verduras o aceite».

De hecho según las últimas estimaciones del sector pesquero, las ventas de sus productos en sus distintas presentaciones se ha contraído un 20% en nuestro país en los dos primeros meses del año frente a igual periodo del año anterior, algo que achacan precisamente a no haber sido incluidos en esta lista de alimentos básicos afectados por la rebaja.

La información que maneja el sector apunta a que estos cambios en el consumo seguirán manteniéndose en las próximas semanas, toda vez que el IPC de alimentación no dé un respiro. En febrero, los alimentos subieron un 16,6%, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

«Los incrementos de precios de los alimentos sobre los mismos meses del año 2022 siguen siendo importantes, y en la misma línea en las once primeras semanas del año», asume Kantar.

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