Lo importante de una buena gobernanza es la aplicación

Ha cambiado la sensibilidad de los inversores, que están empezando a orientarse a empresas que generan impactos positivos en el entorno social y ambiental

Como empresario, por experiencia directa, respeto mucho a los líderes empresariales que tienen responsabilidad en la gestión de la empresa . Y admiro, aún más, a los emprendedores que arriesgan de su bolsillo.

Mi convicción es que, sin la aportación privada y de las empresas , sería ... imposible tener el bienestar que hemos tenido y que, aunque con mayores problemas, todavía seguimos teniendo.

En estos últimos 10 años, la gobernanza empresarial ha evolucionado mucho gracias a las leyes, a las recomendaciones de los órganos de control, a los impulsos de los inversores pero, también, gracias al auge de una nueva conciencia empresarial que reconoce que, para que el negocio sea sostenible, el mismo tiene que basarse en principios que deben impactar positivamente en la sociedad.

De aquí la gran evolución no solo en la transparencia financiera, sino también en la parte no financiera con todo los principios de ESG (Environmental, Social and Governance); principios que ponen a los accionistas al mismo nivel de todos los 'stakeholders' como los empleados, proveedores, consumidores, ciudadanos, etc.

Esta conciencia no está presente solo en las sociedades cotizadas, también está creciendo en las empresas familiares ya que, al acceder a la financiación, entienden la importancia de tener una buena gobernanza para que los inversores hagan la inversión.

También ha cambiado la sensibilidad de los inversores, que están empezando a orientarse a empresas que generan impactos positivos en el entorno social y ambiental. Normalmente, las empresas excelentes en ESG disfrutan de un múltiplo de valoración mayor y se consideran más rentables.

Uno de los motivos es que los inversores de impacto consideran que las empresas que adoptan estos principios de sostenibilidad tienen un menor riesgo de reputación, riesgo muy aumentado con los nuevos medios interactivos.

Obviamente, todavía falta mucho por hacer.

El Consejo de Administración es la cara jurídica de las empresas y el órgano donde se discuten la estrategia, la gestión y el control. Es evidente que las iniciativas y las decisiones del consejo sobre la gobernanza son determinantes, pero lo importante es que tengan consecuencias operativas en los procesos y actuaciones de toda la empresa .

Está en el Consejo y en sus Comisiones, por tanto, controlar el cumplimiento de todos los principios de gobernanza establecidos. Esto todavía no es evidente, por eso pongo tres ejemplos que considero relevantes.

El primero es el caso de la diversidad, en particular la de género o de la igualdad de oportunidades. Si gracias a la cuota el número de mujeres en los consejos está creciendo, todavía no todas las dinámicas de funcionamiento aseguran una adecuada participación de los distintos talentos.

Hablando de mujeres en puestos directivos y de igualdad retributiva, también estamos bastante lejos de lo enunciado. Muchas empresas no tienen, por ejemplo, un plan de igualdad, aprobado por el Consejo y controlado en su aplicación a través de sus Comisiones, que impacte a toda la empresa .

El segundo tema relevante es la retribución del Consejo y su relación con los resultados empresariales, aspecto que en las juntas generales sigue siendo el tema conflictivo con los inversores.

Una adecuada y proporcionada retribución relacionada a los resultados no puede que ser en el interés de las mismas empresas en cuanto determina un aumento del compromiso y se moldea a los resultados económicos .

El tercero es relativo al siempre importante análisis de riesgos, que muchas veces se queda en un estudio teórico. Analizar los riesgos no es suficiente, es necesario un estudio práctico elaborado por todos los departamentos empresariales interesados para prevenirlos o, en el caso de que ocurrieran, responder adecuadamente .

En síntesis: aunque los buenos principios se están asumiendo, todavía muchas cosas, en la práctica, tienen que mejorar, sea en el consejo de administración o en la empresa en su conjunto .

Un buen gobierno corporativo hace la diferencia a condición de que se lleven a cabo, hasta el fondo, todos los principios de gobernanza declarados .

La ley de sociedades, las recomendaciones del regulador, la 'soft' ley del inversor y la enunciación de parte de las empresas de buenas prácticas son importantes -pero no son suficientes- si no existe coherencia entre la gobernanza explicitada en la 'Memoria Corporativa' y su aplicación concreta .

Hoy, la credibilidad y la reputación de la empresa es muy importante. Todo lo que se decide y se cumple en los Consejos de Administración tiene que tener consecuencias y aplicaciones en la operatividad de las empresas. Cuando no es así, está en riesgo la credibilidad y la reputación de la empresa, con un impacto inmediato negativo en el comportamiento de los inversores y de los consumidores.

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