Sevilla - Celta
Volvió el bochorno a Nervión (1-2)
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Los de Quique tiran los tres puntos ante el cuadro vigués, en un duelo en el que el técnico madrileño desconcertó con sus cambios
Sevilla FC - Celta, en directo: previa, alineaciones, minuto a minuto del partido de LaLiga EA Sports 2023-2024
Vuelve el circo a Nervión. El Sevilla FC mostró una imagen bochornosa ante el Celta, sobre todo, en el tramo final. Los pitos y cánticos contra la directiva volvieron a resonar en el Sánchez-Pizjuán tras ver cómo el equipo regresaba a una versión ... mucho más gris y preocupante, a nueve partidos del final de la temporada. Tres puntos que se marchan de la capital hispalense para recaer sobre un rival directo, que le dio una lección de cómo afrontar los duelos cuando estás en la cuerda floja. Así, el Sevilla, lejos de despegar, vuelve a caer en una inercia muy preocupante, en un choque en el que se vio superado en casi todo momento y en el que hasta Isaac tuvo su peor día desde que viste la camiseta del primer equipo.
Y eso que la jornada lo tenía todo para que Nervión fuera una fiesta. Un domingo de pregón canónico. La primavera en su máxima expresión y la parroquia sevillista llena hasta la bandera. La comunión entre afición y equipo es una de las armas preferidas de Quique Sánchez Flores, consciente de que el trauma no se ha curado y que el aliento de los suyos es vital. Hacerse fuerte en casa es el salvoconducto del cuadro sevillista, pero parece que dentro del equipo aún no se han enterado. La afición cumplió, pero aquellos que deben defender el escudo estuvieron muy lejos de hacerle honores, incluyendo al entrenador.
Y es que un Celta herido, con un entrenador como Rafa Benítez recién destituido, llegó al Sánchez-Pizjuán con ganas de comerse el mundo y el Sevilla se lo puso en bandeja. El primer susto llegó a los tres minutos del inicio, una pérdida de Gudelj dentro del área propició el primer remate del Celta, que se marchó por la izquierda de Nyland. No fue una acción aislada, el equipo sevillista entró al duelo muy impreciso, sin mantener el control del balón y con unas transiciones muy atropellas. Todo esto lo aprovechó el nuevo Celta del flamante Claudio Giráldez, que debutaba en Primera División. Una prueba de altura para el entrenador, que fue a por todas en uno de los estadios históricamente más complicados de LaLiga, al menos sobre el papel.
Los gallegos mostraron muchas ganas de llegar pronto a portería, aprovechando los espacios y pasillos que su rival le ofrecía. Sin embargo, una vez más, Nyland marcó un papel transcendental en el devenir del partido, al menos durante la primera mitad. Tras diez minutos de dominio gallego, el primer acercamiento de los de Quique llegó en una contra de Óliver Torres, que se metió en el área rival, buscó el pase a Isaac Romero, pero estuvo demasiado forzado y la defensa interceptó al lebrijano. Una jugada que derivó en un saque de esquina, que En-Nesyri remató con la cabeza y el balón se marchó por encima de la portería por poco.
Esta acción inyectó sangre al conjunto local y comenzó a tomar las riendas pasado el primer cuarto de hora del partido. Tanto fue así, que En-Nesyri se enfundó el traje de director de orquesta y se marcó una de esas jugadas que gustan ver repetidas. Un robo cerca del área celtista, el delantero sevillista le ganó la partida a Unai Núñez, pisó área y batió a Guaita con una definición impecable. Se trata del quinto gol del marroquí en siete partidos, y pudieron ser más, puesto que poco después aprovechó su gran zancada para plantarse frente a la portería de Guaita, pero Carlos Domínguez lo derribó dentro del área en una acción en la que se pidió la pena máxima. Estas acciones fueron espejismos, puesto que el Sevilla no llegó a tener el control el duelo en ningún momento. El Celta no se vino abajo con el tanto en contra y peleó cada balón suelto y, en los instantes finales de la primera mitad, una gran intervención de Nyland evitó que Larsen empatara antes del descanso.
La segunda mitad arrancó con una acción de mucho peligro orquestada por Ocampos e Isaac. Un pase del argentino al lebrijano, que se plantó frente a Guaita, pero que el meta supo cómo interceptar. Parecía que el Sevilla había vuelto más metido, pero conforme pasaban los minutos, el fuelle parecía agotarse. La conexión entre En-Nesyri e Isaac tuvo menos cobertura que en partidos anteriores y costaba finalizar. La renta era mínima y el conjunto de Giráldez, aunque menos incisivo, seguía sacando petróleo de cada pérdida sevillista. Rondaba el minuto 51 cuando Aspas, con un remate sutil al primer palo, hizo que el balón se paseara por la portería. Primer aviso, el segundo llegó de las botas de Hugo Álvarez, que hizo intervenir a Nyland en dos tiempos.
Tras unos minutos que recordaron mucho a la primera mitad, el Sevilla recuperó ritmo. Isaac le robó el balón a Unai Núñez dentro del área y estuvo a punto de marcar. Poco después, hubo una doble ocasión para los locales. Primero, un disparo de Isaac que bloqueó Guaita y, después, un rechace que le llegó a Ocampos, pero su disparo se marchó fuera. Fue entonces cuando Quique empezó a mover piezas y el duelo se enrareció. Sacó del campo a En-Nesyri y Ocampos, una decisión que enfureció al marroquí, que llegó a enfrentarse al técnico en el mismo banquillo. Una imagen muy preocupante con la que el Sevilla empezó a perder todo lo que había ganado.
El equipo se echó atrás y falló todas las contras, por lo que vino lo inevitable en el minuto 70. Un trallazo de Carles Pérez desde fuera del área igualó el marcador en Nervión, en una acción en la que Nyland pudo hacer algo más. Tanto fue el cántaro a la fuente y tanto perdonó el Sevilla de cara a portería, que parecía inevitable el empate. No obstante, todo podía seguir yendo a peor. Volvió a mover el banquillo Quique, que decidió sacar a Gudelj y Óliver por Pedrosa y, para sorpresa de todos, Jordán, que recibió una fuerte pitada. Una decisión impopular que coronó la mala tarde del técnico madrileño, que tuvo en su mano cambiarle la cara al partido y lo hizo para mal.
Tras esto, llegó el segundo tanto del Celta. Larsen remató casi de espuela un centro de Bamba y remontó el duelo en siete minutos. Una acción en la que quedó retratado Kike Salas que, al igual que el día del Almería, no estuvo muy fino. El Sevilla ya se borró del mapa tras esta acción, cedió el control del balón y mostró cero pundonor. Sólo se animó el asunto tras una acción de Lukebakio, que fue derribado dentro del área por Starfelt, en la que Hernández Maeso señaló penalti, pero que tras la revisión del VAR quedó en nada. Otro palo más que el conjunto local no supo gestionar y que miraba con desesperación el crono para correr hacia las duchas con la lengua fuera y la cabeza baja. Poco más se propuso sobre el tapete del Sánchez-Pizjuán, en el parecía que el tiempo había retrocedido al mes de enero.
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