Conor McGregor, de fontanero a campeón mundial y candidato a las elecciones de Irlanda
La superestrella de las artes marciales mixtas se proclamó campeón en dos divisiones de la UFC. Ahora, Donald Trump y la inmigración le han empujado a la política
Trump impulsa a Conor McGregor: el luchador anuncia que se presentará a las elecciones en Irlanda para «salvar» el país

La noticia les trincó a los irlandeses ya metiéndose en la cama. La superestrella de las artes marciales mixtas (MMA), Conor McGregor, anunciaba que se postularía a dirigir el país en las próximas elecciones de Irlanda. Un comunicado que llegó apenas tres días después de mantener una extensa conversación con Donald Trump en la Casa Blanca. La decisión es vuestra y es fácil. Vótame como tu presidente y salvaremos Irlanda juntos», escribió The Notorious (su apodo de batalla) en sus redes sociales. Con este anuncio, el que fuera campeón en dos divisiones de la UFC, la mayor liga de MMA, cierra el círculo: estuvo un tiempo viviendo de las ayudas del Estado mientras forjaba su carrera como luchador y ahora quiere devolverle su ayuda asumiendo su dirección.
Aunque la principal urgencia que ha empujado a McGregor a dar un paso así ha sido el asunto de la inmigración, que asegura que está descontrolada en su tierra natal. De hecho, su motivo principal de este 'sprint' hacia la Presidencia es adherirse al Pacto Migratorio de la Unión Europea antes del 12 de junio de 2026 para «salvar Irlanda». El deportista, que no da puntada sin hilo pese a lo excéntrico de su personalidad, se ha servido de una imagen con uno de sus hijos frente a su jet privado y con una gorra al estilo Trump con la frase 'Make Irland Great Again' para exponer sus principales objetivos si consigue llegar a ser el primer ministro de Irlanda.
McGregor ya había sugerido en el pasado que podría intentar presentarse a las elecciones, sin embargo, se enfrentaría a un gran obstáculo para conseguir que su nombre figurara en la papeleta, ya que un candidato debe ser propuesto por al menos 20 de los 234 miembros de las cámaras baja y alta del Parlamento o por cuatro de los 31 consejos locales del país. Muy pocos políticos irlandeses electos comparten las firmes opiniones antiinmigrantes de McGregor y muchos le criticaron públicamente tras el caso civil del pasado noviembre.
El luchador irlandés de artes marciales mixtas aprovechó su visita en Estados Unidos para criticar las políticas de inmigración, lo que provocó recibir una reprimenda del primer ministro del país, Micheál Martin, que condenó sus comentarios y le recriminó su actitud porque no representaba ninguna posición política: «Los comentarios de Conor McGregor son erróneos y no reflejan el espíritu ni las opiniones del pueblo de Irlanda», dijo en las redes sociales Martin, cuyo gobierno de coalición fue reelegido el pasado noviembre.
«Entre hoy y el 12 de junio de 2026 varias políticas legislativas deberán ser aprobadas por ambas Cámaras y luego firmadas por el presidente. Las próximas elecciones presidenciales deben tener lugar el 11 de noviembre de 2025. ¿Quién más se enfrentará al Gobierno y se opondrá a este proyecto de ley? Cualquier otro candidato presidencial que intenten proponer no les ofrecerá resistencia. ¡Yo lo haré!», expuso McGregor en su comunicado. Además, ha alegado que someterá el proyecto de ley sobre el Pacto Migratorio a un referéndum. Sin duda, quiere revolucionar la política irlandesa y, a priori, apoyos no le faltarán, debido a la imagen de superestrella deportiva que se forjó en su país gracias a las artes marciales mixtas.
De fontanero a la lista Forbes
Para comprender el tamaño de lo que supone McGregor, hay que aplicarle le contexto de su carrera profesional. A modo de titular, The Notorious pasó, en apenas una década, de ser un humilde fontanero que vivía de las ayudas del Estado en Irlanda a liderar la lista Forbes como el deportista mejor pagado del mundo, por delante de Leo Messi o Cristiano Ronaldo. Todo ello gracias a la conquista de dos títulos mundiales de la UFC, en el peso pluma y ligero, y la proliferación de sus diversos negocios, especialmente el del güisqui Proper Twelve, una marca que llegó a vender por 130 millones de euros.
Lo cierto es que las artes marciales mixtas son, desde el inicio de este siglo, el deporte que más crecimiento ha experimentado, especialmente en los últimos años. Gran parte de culpa la tuvo el luchador irlandés, convertido en un fenómeno social gracias a su capacidad para noquear a sus rivales y a su inagotable carisma, arrastrando a un país que se desvivía por él. Durante el periodo de doce meses que finalizó en mayo de 2021, McGregor ganó la friolera de 180 millones de dólares.
Y eso que, tradicionalmente, la familia de McGregor nunca había sido de grandes lujos. La necesidad de dinero apremiaba. Por ello, el luchador irlandés dejó los estudios y comenzó a aprender el oficio de su padre: la fontanería. Estuvo años trabajando duramente, arreglando las tuberías, las bajantes o la faena que tocara ese día. Pero él, en su interior, sabía que sus derroteros debían de ser otros. Siguió entrenando. Pelea tras pelea. Con convicción. «Mi sueño siempre fue ser el campeón del mundo de las artes marciales mixtas», decía en alguna ocasión. En el anonimato se estaba forjando una estrella, mientras malvivía con el apoyo económico de su novia por entonces y actual mujer, Dee Devlin, y las ayudas que recibía del Estado irlandés.
A los 20 años debutó profesionalmente en MMA contra un compatriota suyo, Gary Morris, al que noqueó en el segundo asalto. Comenzaba la aventura hacia la cima y ya no había forma de desistir en el intento. Así se sucedieron los combates uno tras otro, llegando a proclamarse campeón en dos divisiones diferentes de Cage Warriors, la liga británica por excelencia. Y así fue como llegó a la UFC, donde gracias a su capacidad para hablar y venderse y, por supuesto, para aplastar con sus manos a sus rivales, logró hacerse con los títulos del peso pluma y del peso ligero de forma simultánea.
Ya en esa etapa en UFC, los ceros de sus cuentas corrientes se dispararon. Cientos de patrocinadores salieron al paso de la superestrella irlandesa. Lejos quedaron aquellos momentos de penurias donde no le llegaban las cuentas para llevar seriamente una nutrición propia de los deportistas de élite. Además, para aprovechar su imagen en ascenso, McGregor creó junto a su manager, Audie Attar, su propia marca de güisqui, vendida por cientos de millones de dólares. Lo cierto es que, desde que conquistara el último título de la UFC en 2016, su voracidad deportiva fue desapareciendo, sustituida por una vida de lujos y excesos.
En 2018 llegaría la que todavía es la pelea que más pagos por visión (PPV) vendió en la historia de las MMA, el enfrentamiento contra Khabib Nurmagomedov, en el que cayó derrotado. Luego llegaría, en 2020, un pequeño brote verde, al vencer a Donald Cerrone en el primer asalto. Pero esa sería su última victoria hasta nuestros días. En 2021, perdió en dos ocasiones ante Dustin Poirier, lesionándose de gravedad al fracturarse la pierna. Y no volvió a pelear. Cerca estuvo de hacerlo el año pasado, pero una lesión volvió a alejarle del octágono. Mientras tanto, los titulares eran por otros motivos, mucho menos decorosos.
Polémicas y juicios por violación
A finales del pasado año, la estrella mundial de las artes marciales mixtas (MMA) fue condenado por un tribunal civil de Dublín a pagar casi 250.000 euros [260.000 dólares] en concepto de daños y perjuicios a una mujer que le acusó de una violación en 2018. McGregor, de 36 años, fue acusado por Nikita Hand de «haberla violado y golpeado brutalmente» en una habitación de hotel de Dublín. El deportista afirmó que la relación existió, pero «fue consensuada».
Este mismo año, fue acusado de agresión sexual durante un partido de la NBA, en una demanda civil presentada contra el irlandés en un tribunal de Estados Unidos. El incidente ocurrió, siempre según la versión de la demandante, en 2023, y ha dado como resultado una acusación penal contra McGregor, que la fiscalía del estado de Florida se negó a continuar. En su relato, la mujer, cuyo nombre no se ha hecho público, alega que McGregor la agredió sexualmente en los baños del Kaseya Center de los Miami Heat, en junio de 2023.
Pero los jaleos extradeportivos que ha tenido McGregor no podrían contarse con los dedos de sus dos manos. Por ejemplo, el irlandés volvió a ser protagonista de un reprochable episodio lejos del octágono en 2019. The Notorious fue captado en un vídeo agrediendo a un señor mayor dentro de un bar. ¿El motivo? El hombre se habría negado en dos ocasiones a beber el güisqui que el excampeón de la UFC le había ofrecido. Sin duda, McGregor cambió el juego de las artes marciales mixtas, permitiendo que trascendieran barreras y se convirtieran en un negocio muy próspero cuando él pisaba el octágono, pero fue un luchador que no supo gestionar la presión que suponía ser un ejemplo para muchos otros deportistas.
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