Baloncesto
Miguel Méndez: «No podemos ganar a Estados Unidos»
Juegos Olímpicos de París 2024
El seleccionador de baloncesto femenino, realista, recalca el «alto nivel» de su equipo pero reconoce que las norteamericanas son «inabordables»
Las mujeres abanderan el sueño olímpico español en París

Miguel Méndez (Vigo, 58 años) disputa sus primeros Juegos Olímpicos como entrenador nacional del equipo de baloncesto femenino. El gallego ha demostrado desde 2021 que su selección está preparada para competir al más alto nivel. Habiendo logrado la plata en el Europeo, Méndez ... está muy satisfecho por lo mostrado durante la preparación, y se presenta a la charla con ABC con tono tranquilo, claro y realista con el que advierte de un camino de «alta exigencia». Con «la lógica» muy presente, explica su método de trabajo, expectativas y alguna que otra peculiaridad sobre sus gustos deportivos.
—Son sus primeros Juegos Olímpicos, ¿está nervioso?
—Si cómo nervioso entendemos ese gusanillo que nos entra en cada partido, sí. El día que no lo tengamos me retiraré. Este es uno de los mayores eventos deportivos del mundo y, obviamente, impone. Además, la trascendencia de vivir unos Juegos para un deporte femenino como el nuestro impone todavía más. Es un acontecimiento de primer nivel y las chicas no están acostumbradas a ello.
—¿Influye la presión mediática en el vestuario?
—Sí, pero lo llevamos bien. Es una oportunidad de mostrarle al mundo lo que hacen las deportistas profesionales y me parece fantástico tener a los medios pendientes del deporte femenino. Trabajan mucho durante el año para ejercer su profesión y que eso se conozca está bien. Te impone más, aunque también gusta.
—¿Cómo se gestiona la convivencia en una concentración tan larga?
—En general estamos acostumbrados. Hemos pasado por Vigo, pasaremos por Charleroi, iremos luego a Segovia… Nos tenemos bien vistos. Al final las jugadoras se terminan conociendo. No todas han estado el verano pasado en el Europeo, pero sí hay un grupo de 20-25 jugadoras que manejamos. Por supuesto hay una relación profesional pero también nacen relaciones afectivas después de muchos años que ayudan a pasar estos momentos de mucho volumen de entrenamiento.
—¿Cómo llevan las bajas de Laura Quevedo, Silvia Domínguez y Raquel Carrera?
—Bueno, sí llevamos mal la baja de Quevedo. También, la ausencia de Raquel Carrera o la de Cristina Domínguez afectan, pero lo vivimos como parte de nuestro trabajo. Las lesiones forman parte de nuestro mundo. Echamos de menos su parte afectiva porque son jugadoras importantes para el grupo. Pero bueno, el duelo está pasado, estarán otras y lo importante es que el equipo sea muy competitivo. Es difícil destacar a una de ellas por encima del resto. Algo parecido pasa en la selección española de fútbol.
—¿Cómo hace para unir a jóvenes y veteranas?
—Es un proceso natural. Laura Gil tuvo antes 17 años como los tiene ahora Awa Fam, y estaba aquí. En ese momento las veteranas la ayudaron. Yo creo que las jóvenes tienen un camino que no se debe adelantar. Tienen que pasar por su momento. Awa Fam es una jugadora que ha tenido muy pocos minutos pero el próximo año podrá presentarse en condiciones ante el mundo. Irá a jugar Euroliga y va a debutar en la máxima división española después de haberlo hecho en Valencia como júnior. Hay unos pasos a dar, una formación que ha de ser continua y natural. En los últimos 10 años está pasando que entran jugadoras jóvenes que cambian su rol de una manera natural.
—Llega al vestuario y el equipo mejora en resultados, ¿Qué ha cambiado?
—Discrepo un poco. El equipo no se ha derrumbado nunca. Esta generación ha competido siempre y nunca ha sido una debacle y en el Europeo luchamos al máximo nivel. Competimos sin la nacionalizada y hubo jugadoras que dieron un paso adelante. Gracias a ello conseguimos otra vez una medalla. Lo único que puede haber cambiado son las formas. Cuando cambia la persona que dirige cambian las formas de hacer las cosas. Pero el anterior cuerpo técnico era un equipo de máximo nivel, que consiguió los mejores logros que se han conseguido en la historia de la selección española. Sin embargo los finales llegan y es difícil que haya divorcios amistosos. Suelen ser momentos dramáticos.
—¿Es paternal con las jugadoras?
—Paternal en absoluto. Creo que es de las peores cosas que se pueden ser y es uno de los errores que se cometen en el deporte femenino. Tranquilo tampoco soy, tengo muy claro lo que quiero. Este es un estado de máxima exigencia. No se consiguen logros deportivos si no hay una alta exigencia, esto es deporte de élite.
—En cuanto a nuestros rivales de la primera fase, ¿cómo los ve?
—No veo un partido fácil en los Juegos Olímpicos (China, Puerto Rico y Serbia serán las rivales en la fase de grupos), dejando a Estados Unidos en el primer puesto con todas sus estrellas. A partir de ahí, todos tienen un nivel muy parejo. Cualquier equipo puede pasar de ronda.
—¿Podemos ganar?
—Yo creo que a Estados Unidos no. Los partidos hay que jugarlos, pero no es como en el fútbol, que un equipo de tercera división en Copa del Rey puede eliminar al mejor equipo de Europa. Es una de las razones por la que el fútbol es tan impredecible. En el resto de los deportes no. Veo difícil que el corredor de 100 metros número 300 del mundo vaya a ganar la medalla de oro o que el tenista número 250 del mundo gane Wimbledon. La lógica tiene un gran peso. Y Estados Unidos en baloncesto femenino, cuando van todas las estrellas, es inabordable para los demás equipos.
—¿Cree que ilusiona esta selección?
—Este equipo si algo tiene es ilusión. Creo que tenemos una mezcla de jugadoras expertas que muestran el camino a un grupo joven. Cazorla, Conde, Araújo… son deportistas ya con experiencia, en Euroliga y en la selección. Después vienen por detrás una serie de jugadoras que también ilusionan mucho y que, dando los pasos adecuados, el futuro es halagüeño en el sentido de mantener el nivel. Eso es lo más difícil, no hacer cambios en el equipo. El grupo transmite ilusión y tenemos baloncesto de alto nivel en España para rato.
—¿Qué mensajes les da el míster a sus jugadoras de cara a los partidos?
—Los mensajes son muy diferentes. Hay algunos que son personales. Van en la línea de acercarnos a nuestro nivel competitivo, independientemente de contra quien juguemos y de los planes que haya para ese partido. Ayudarnos y perdonar los errores propios y del resto. Hay encuentros que sacaremos por talento y calidad, y otros que son de pico y pala. Incluso los que se juegan mal hay que sacarlos, es la clave de los equipos campeones. La capacidad de adaptación es fundamental.
—Por último, y quiero que se moje, ¿cuál es su pronóstico?
—El primer pronóstico que hago es tratar de competir en París. Lille es una ciudad maravillosa, pero queremos ir a competir. Ese es el objetivo. Luis de la Fuente dice que no hay ningún equipo superior a España y recibe tortas por todos lados. No sé si vendrán por decir que Estados Unidos es superior a nosotros. Mojarse más que eso es difícil. Saltamos al campo siempre a ganar.
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