Es fútbol y es femenino
Jennifer Hermoso, la jefa
«Así que Jenni se levantó airada y sin más explicaciones, recogió sus bártulos y abandonó la concentración. Ni adiós dijo»
Todo lo que no hay que hacer para ganar
Jennifer Hermoso, celebrando en los vestuarios el pase a la final
Recibió la noticia tumbada en la camilla, en plena cita con los fisioterapeutas de la selección. No le gustó escuchar lo que contaban los médicos (que igual el esguince en la rodilla derecha le iba a impedir jugar), así que Jenni Hermoso se levantó airada ... y sin más explicaciones, recogió sus bártulos y abandonó la concentración. Ni adiós dijo. Eran las semanas previas a la Eurocopa de Inglaterra, junio de 2022, y empezaba a cocinarse el motín de Las Rozas que explotó tres meses después.
Las jugadoras del Barcelona se acababan de proclamar un año más campeonas de todo y sentían que necesitaban un descanso antes de acudir a la llamada de Jorge Vilda para el 'stage' previo al torneo continental. Las azulgranas (Jenni aún era una de ellas) cedieron a regañadientes, se incorporaron a la hora fijada, y las lesiones empezaron a asomar. La de Jenni y también la de Alexia Putellas.
Concluida la Eurocopa, y acumulados más argumentos para el cisma, Jenni Hermoso, la jefa por personalidad, currículum y galones, presidió la mesa en la que, Irene Paredes a su derecha y Patri Guijarro a su izquierda, el plantel trató de explicar en rueda de prensa sus diferencias con el técnico y la Federación. Cuando días después, un grupo de futbolistas enviaron por email su renuncia a la selección, la firma de Jenni no apareció. Si escribió un mensaje posterior de apoyo a sus compañeras, pero sin romper con la jefatura. Volvió de hecho a la selección antes que ninguna de las rebeldes como si nada hubiera ocurrido. Nunca quedó claro cómo sentó su posición entre las amotinadas.
Pero en el Mundial, está otra vez de líder. Juega, une, disfruta, llora, se emociona, lo vive. Si alguien representa la evolución del fútbol femenino español es ella. Empezó a jugar al fútbol en las categorías inferiores del Atlético de Madrid. Ahí, la talentosa Jenni ya se fijaba en las jugadoras del primer equipo: Mar Prieto, María Cabezón, Ana Rossell… En la temporada 2005-2006 formaba parte de la primera plantilla. Y solo tenía 15 años. El equipo lo dirigía María Vargas, actual directora deportiva del Atlético de Madrid.
Considerada como una de las mejores jugadoras del fútbol español, tiene un palmarés nada desdeñable: Champions League con el Fútbol Club Barcelona (2021), siete campeonatos de liga, Fútbol Club Barcelona (2014, 2015, 2020, 2021, 2022), Rayo Vallecano de Madrid (2011) y Club Atlético de Madrid (2019), además de cinco Copas de la Reina (2014, 2016, 2020, 2021, 2022) con el conjunto catalán y una Copa de Francia con el París Saint-Germain Football Club (2018). Además, ha obtenido el galardón a la máxima goleadora del campeonato español en cinco ocasiones. En 2020 se convirtió en la máxima anotadora histórica del Barcelona, tras superar los 123 goles de la madrileña Sonia Bermúdez. En 2021 recibió el Balón de Plata, en una gala en la que el Balón de Oro fue para Alexia Putellas, durante un tiempo mucho más que una buena amiga para Jenni.
Sin olvidar el barrio
Con una Champions, siete ligas y seis copas en su palmarés, jugando en Primera desde 2005 (Atlético, Barça, Paris Saint Germain, Pachucas...), pichichi en cinco ocasiones, goleadora histórica del Barça y de la selección, Balón de Plata 2021, Jenni sigue bajando cuando puede a su Carabanchel natal a jugar en los campos de tierra con su sobrina, firmar autógrafos como una celebridad o dar charlas a las aspirantes a futbolistas de categorías inferiores.
En una ocasión, en uno de los cientos de torneos que se organizan para las chicas, Agustín Sánchez de Molina, presidente del Olímpico de Madrid, un club exclusivamente de fútbol femenino, le pidió como favor si podría acercarse para motivar al equipo, hacerse fotos, ilusionarlas. Jenni respondió con absoluta humildad: «Agustín, encantada. Ojalá las de mi generación hubiéramos tenido referentes femeninos. Es un orgullo para mí hacerlo».
Talento y técnica en estado puro, un 10 con calidad diferencial y gol, menos delantera de área que jugadora de asociarse y elaborar por los alrededores y sobre todo pionera. Fue de las primeras futbolistas españolas en salir al extranjero y de las primeras en rodearse de agentes avezados (como Ana Rossell y René Ramos, hermano de Sergio). Con 33 años, pertenece a todas las generaciones de los últimos 20. A las que empezaron jugando en campos de tierra y plazas de barrios y las que gozan ahora de los cimientos de la profesionalización. Lo ha vivido todo. Un referente mundial que no se olvida de dónde viene ni tampoco a dónde va. La jefa está decidida a ganar el Mundial.