Shakhtar 1 - Barcelona 0
Derrota de un Barça lamentable, que pospone su clasificación
Champions League | Jornada 4
Los de Xavi no supieron revertir el gol de Sikan al final de la primera parte
Xavi: «Estamos en un mal momento, hemos de reconocerlo»
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El Shakhtar tuvo que hacer de Hamburgo su casa el día que Xavi se enfrentaba al reto de que el equipo jugara con algo más de decencia que contra la Real Sociedad, partido infame. Luego todo el mundo lo dirá pero hace meses que ABC explica que Laporta está harto del técnico de Terrassa y que su idea es sustituirlo a la primera de cambio por Rafa Márquez. Aún no tiene valor para tomar una solución tan drástica pero con este presidente siempre es cuestión de tiempo.
Liga de Campeones
Shakhtar 1 - Barcelona 0
- Shakhtar Ryznyk; Gocholeishvili, Bondar, Rakitsky, Matviyenko; Stepanenko (Nazaryna, 72); Zubkov, Kryskiv, Sudakov, Newerton (Shved, 90); Sikan (Kelsy, 62)
- Barcelona Ter Stegen; Cancelo, Araujo, Christensen, Marcos (Balde, 59); Gundogan, Oriol (Pedri, 59), Gavi (Fermín, 81); Rapinha (Lamine Yamal, 59), Lewandowski, Ferran (Joao Félix, 59)
- Goles 1-0, min. 41: Sikan
- Árbitro Irfan Peljto. Amonestó a Araujo y Newerton
El Barça empezó presionando arriba, oliendo la sangre, sacando ventaja de la salida en corto del equipo ucraniano, entre inocente y torpe. La presión uno contra uno tenía la ventaja de tensionar al rival pero también el inconveniente de obligarlo a jugar en largo y quedar más expuesto en las contras. Raphinha sin demasiada luz. Oriol Romeu más acertado. Los de Xavi, como siempre, mejor en el juego intrascendente en la zona media, buena fluidez, que cerca del área, donde no lograba encender la luz. El balón, azulgrana; los ucranianos se defendían como su presidente de una artillería teóricamente superior. En la espalda de Cancelo, y con el beneplácito de Raphinha, Matviyenko pudo marcar de no ser por el providencial blocaje de Ter Stegen. El Shakhtar explotaba con criterio y sin dudas, pero con escasa finura, las flaquezas de la defensa visitante. El Barça era incapaz de conectar con su profundidad.
Poco a poco el Barça fue perdiendo sus virtudes iniciales, el partido decaía de un modo alarmante y el Shakhtar presentaba sus credenciales. Laporta no viajó por la prescripción médica de no volar. No era un atropello como el sábado pero sólo porque el rival no era de la categoría de la Real Sociedad, pero el Barça no tenía oportunidades. Impotencia contra resistencia, metáfora de la guerra.
Como siempre el equipo dependía de que entrara Pedri y generara mecanismos colectivos de una cierta personalidad. Y como casi nunca el esfuerzo de los pequeños tuvo su premio y Sikan de un brillante cabezazo marcó el primero de la noche tras una meritoria jugada de su equipo. Christensen hizo el triste papel de la estatua. Merecida victoria local. Local por decir algo. Lewandowski, sólo siete intervenciones en la primera mitad.
Deprimente juego del Barça. Era y es urgente que Xavi deje de cuidar y privilegiar uno a uno a los jugadores según su estatus y tenga en cuenta los intereses del equipo. Incomprensible tener a Cancelo en el campo y dejarle la banda larga a Marcos Alonso. Las bandas, perdidas. Por dentro, igualmente nada. El colectivo funciona tan mal que no hay soluciones individuales que valgan.
Tras el descanso el Shakhtar pudo marcar el segundo y fue el despertador para que el Barça reaccionara. Más presión, más ritmo, pero el Shakhtar tuvo la segunda y fue clarísima. Christensen defendía como haciendo footing un domingo por la mañana en Central Park. Sólo Ter Stegen mantenía vivo a su equipo. Xavi preparó su revolución y en el minuto 60 la concretó dando entrada a Pedri, Balde, Lamine Yamal y Joao Félix por Oriol Romeu, Raphinha, Ferran Torres y Marcos Alonso. En la era Xavi no se habían visto cuatro cambios, cuatro, de golpe.
El Barcelona entró en su fase de emergencia, más corazón que cabeza. Pedri intentaba encontrar lo que faltaba al conjunto y Joao Félix se precipitaba intentando resolver el partido por su cuenta. El Shakhtar dimitió del riesgo de salir con el balón jugado y con los balones en largo de su portero generó su tercera ocasión, las tres más peligrosas que lo que hasta el momento habían hecho los de Xavi. Gran mediocridad visitante pese a los cambios. Laporta, postrado en Barcelona, acumulaba resentimiento contra su entrenador.
Fermín entró por Gavi. El Barça no fue capaz en todo el partido de crear ni una sola oportunidad clara de gol pese a que el balón fue totalmente suyo durante toda la segunda parte. Lamentable actuación del equipo de Xavi, hoy muy por debajo de lo que se requiere para considerarse de la élite europea.
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