fútbol | liga de naciones
De Cruyff a Koeman: Países Bajos, la eterna subcampeona
Se mide a España en busca de la Final Four de la Liga de Naciones con Ronald Koeman al mando
El equipo neerlandés, que ha perdido tres finales del Mundial, sufre el síndrome Poulidor de los segundones
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Hace mejor tiempo en los Países Bajos que en España, sol y cielo claro en Róterdam, y la estampa habitual en cualquier ciudad de este país. Miles de usuarios de la bicicleta dan vida y color a la localidad que alberga esta noche (20.45 ... horas, La 1) los cuartos de final de la Nations League entre la selección española y el equipo holandés.
Siempre la moderna disquisición entre neerlandeses y holandeses que, en lo que al fútbol se refiere, tiene otra serie de preceptos que inciden en la vocación perdedora del conjunto naranja. Una tendencia en grandes acontecimientos que espera evitar Ronald Koeman, el seleccionador local.
A la selección holandesa le persiguen los recuerdos. 'Fútbol total' se llegó a denominar el estilo de juego que impuso Johan Cruyff y su séquito en los años setenta. Era la hegemonía virtuosa de la 'naranja mecánica' que llevó al cielo a un país de 17 millones de habitantes que había estado ausente de las grandes citas mundialistas por las secuelas que dejó en su población la Segunda Guerra Mundial.
Una idea ornamental y colectiva se abrió paso en el Mundial de 1974 en Alemania, resuelto a favor de los anfitriones y en contra de la selección que comandaba por Johan Cruyff. Desde entonces el fútbol y su selección es un distintivo de este país, como las bicicletas, los carriles bici, los tulipanes o los molinos en la campiña.
Cuenta la leyenda, medio en broma, que las tres cruces de la bandera de Amsterdan se deben a las tres finales del Mundial perdidas por su selección. El equipo neerlandés es el que más veces cayó en el último partido (tres) sin haber ganado ningún título. Alemania cedió cuatro veces en finales, pero también ha levantado en cuatro ocasiones la Copa del Mundo.
Por este motivo la famosa frase del exjugador inglés Gary Lineker puede adaptarse a los Países Bajos. «El fútbol es un juego que inventaron los ingleses, juegan once contra once y siempre gana Alemania», dijo. En este caso podría reinventarse con el «... once contra once y siempre se queda Holanda a las puertas».
El nivel de España
Koeman quiere invertir el pronóstico de la eliminatoria, que concede más posibilidades a España. «Claro que España es un rival que a veces te empuja hacia atrás. Pero también está claro que cuando pierden el balón, hay mucho espacio». El técnico quiere que su equipo salga del ostracismo, aunque en la última Eurocopa disputó las semifinales ante Inglaterra. «Eso es algo que se habla con los jugadores. Se trata de los momentos en los que defiendes, pero también de los momentos en los que hay espacios para salir».
Holanda ocupa, desde hace una década, un puesto entre las diez mejores selecciones del mundo, según la clasificación que elabora la FIFA. Y también ahora, después de múltiples renovaciones y procesos estéticos con sus entrenadores de referencia, Van Gaal, Frank Rijkaard, Van Basten, Guus Hiddink, Frank de Boer y Koeman.
Son apellidos que han hecho historia en la nación de los tulipanes. Durante los años ochenta y noventa, tres futbolistas holandeses agruparon el talento en un equipo italiano. Eran Van Basten Gullit y Rijkaard en el Milán de Arrigo Sacchi. La tradición se prolongó con la impronta futbolística que impuso Van Gaal con figuras siempre procedentes del Ajax, los De Boer o Kluivert, todos ellos emigrantes al Barcelona.
El apelativo de la 'naranja mecánica' nunca le ha abandonado a esta concepción colectiva del juego que supone un distintivo, una personalidad muy marcada, reflejo de una idiosincrasia de país.
Holanda perdió su primera final en el Mundial de Alemania 74 (2-1) y la siguiente, en Argentina ante los anfitriones con Mario Kempes a la cabeza y ya sin Cruyff, ausente por motivos aún inexplicados. 3-1 ganó Argentina y desde entonces a Holanda se la conoce como la eterna subcampeona, versión futbolística del francés Raymond Poulidor, eterno segundo en el Tour frente a todos los campeones de la época, Anquetil o Merckx.
Frenkie de Jong
Por eso a De Jong, el jugador del Barça, le preguntan en la rueda de prensa por qué su selección no ha ganado a un país de primer nivel desde 2019. «¿Bélgica no es una selección top?», replica. «Entiendo lo que quieres decir. Claro que queremos ganarles a los mejores países, pero no se juega contra ellos en todos los periodos internacionales. Esperemos demostrar en estos dos partidos que podemos ganar a un equipo grande como España».
El último Mundial que perdieron los Países Bajos fue el delirio de España, Iniesta de mi vida, la parada de Casillas a Robben, la patada en el pecho del otro De Jong a Xabi Alonso y la fiesta de un país que nunca había celebrado algo tan grande en el fútbol. «A la tercera será la vencida», decían los holandeses antes de aquel partido en Sudáfrica. Palabras que contrarrestó Joachim Low, el técnico alemán que había sido eliminado por el equipo de Del Bosque. «España será campeona del mundo».
La actual selección neerlandesa mantiene aquella tradición reconocible, aunque sus futbolistas ya no son estrellas mundiales, sino potentes jugadores de equipo con suerte dispar en la trayectoria. Memphis Depay, poco contenido para tanta propaganda mediática; Frenkie De Jong, cinco años en el Barcelona sin dar el gran salto; Van Dijk, líder de la defensa del Liverpool; Gravenberch y Gakpo, peones del mismo club.
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