ciclismo / vuelta a españa
Evenepoel, el futuro está aquí
ganador con 22 años
Criado en el fútbol, el prodigio belga cumple en la Vuelta las grandes expectativas que generó
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Clasificaciones de la Vuelta a España

En la cima de Navacerrada la pregunta vuela con sentido hacia Remco Evenepoel, quien ya ha llorado un rato, ha vaciado la tensión y se siente el vencedor de la Vuelta 2022. «¿Te ves como ciclista para carreras de tres semanas?», se le pregunta. La réplica del fenómeno belga es tajante, mirada fija en el periodista, mentón alto. «¿Y por qué no», responde dejando un incómodo hueco de silencio. Evenepoel ha levantado en España su pieza más valiosa, una conquista que refrenda su estatus como integrante destacado de una generación de ciclistas jóvenes, carismáticos y alucinantes que han llegado para dominar el ciclismo, Pogacar, Van Aert, Van der Poel, Bernal... El futuro está aquí.
Hace tres veranos, en la Clásica de San Sebastián cuando Evenepoel tenía 19 años, una jauría de veteranos con escamas (el campeón olímpico en Río Van Avermaet, el campeón del mundo Alejandro Valverde) persiguió al joven belga por carreteras zigzagueantes. No hubo manera de capturar al pequeño príncipe. Su victoria, más que el triunfo de la insolencia, fue la proclamación de un cambio de orden que tendría continuidad con la victoria de Pogacar en el Tour 2020. El ciclismo se puso a los pies de esta generación del talento y la ambición.
«Recuerdo cuando lo vi por primera vez -rememora Josean Matxín, el director del Emirates y antiguo captador de promesas en el Quick Step, el equipo de Evenepoel-. Venía del fútbol y solo había disputado cuatro carreras. En la Vuelta a Vizcaya de juveniles, le dije haz esto, mira lo otro, cuidado con aquello. Y ganó la etapa. Era el más joven de los concursantes. Y eso solo lo puede hacer gente con motor, talento y carácter. Al día siguiente se le firmó un contrato de cinco años en Quick Step».
Evenepoel, cuyo padre Patrick fue ciclista sin mucho éxito, procede del fútbol. Un querubín de pelo largo y rubio que se decantó por el deporte rey. Con cinco años entró en las categorías inferiores del Anderlecht e hizo carrera como centrocampista defensivo, buenos pulmones y velocidad de movimientos según los periódicos belgas.
Con 13 años disfrutó de una beca Erasmus en Eindhoven y se alistó en el equipo de la ciudad, el PSV. Siempre en voz de los ojeadores por su despliegue físico, regresó al Anderlecht, donde se impulsó hacia la selección juvenil de su país. Hizo incluso una pretemporada con el primer equipo del Anderlecht, pero tuvo dudas respecto a su futuro y el club le dio la baja.
Su devoción por la bicicleta, el pasado de su padre, siempre prevaleció. Y progresó a la velocidad de la luz, campeón del mundo júnior en ruta y contrarreloj, incontestable en su paso al mundo profesional, dos Clásicas de San Sebastián, una Lieja, y varias vueltas de una semana hasta completar un palmarés colosal: 35 triunfos, 22 años.
Un grave accidente al despeñarse en el descenso del Sormano en el Giro de Lombardía no ha frenado su ímpetu. Sigue igual, voraz, alucinante. «Emergió en el profesionalismo haciendo cosas de grandísimo corredor, y a poca gente hemos visto arrancar con esa fortaleza a 40 kilómetros de meta, Pogacar, Van Aert y él. Ha mejorado en la gran montaña y la regularidad que ha mostrado en la Vuelta era el test que le faltaba. Estando bien es capaz de subir con los mejores. Y la gran diferencia la marca en las cronos», lo juzga para ABC Eusebio Unzué, gerente del Movistar.
A Evenepoel, que conoció el pasado sábado a su ídolo Alberto Contador en Navacerrada, no se le ve un techo. Sus rivales asumen aquella frase de Mikel Landa: «Hay que aprovechar antes de que cojan experiencia porque en los próximos años va a ser imposible ganar algo». Chente García Acosta, director del Movistar, analiza en ABC la irrupción del belga. «Hace tiempo que cambió todo con los jóvenes. Todo ahora es muy precoz, en juveniles ya piensan en profesionales y en el World Tour. Ha cambiado la velocidad. Son los tiempos, antes se pasaba más tarde a profesionales, pero ahora se preparan mucho antes desde críos».
Evenepoel recoge así la tradición belga en el ciclismo representada en Eddy Merckx, a quien no le gusta que le comparen. Desde 1977 (el velocista Freddy Maertens) no ganaba la Vuelta un belga. «En mi país no somos escaladores -dice Evenepoel-, sino contrarrelojistas. Pero ahora se presta mucha atención a los jóvenes para que escalen mejor. Yo tengo que tomar ahora una decisión, dedicarme a las clásicas o a las grandes vueltas o tal vez partir la temporada en dos para abarcar ambas. ¿El Tour? No pienso en eso ahora».
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