Vuelta a españa
Evenepoel saca el látigo en la tercera semana
etapa 18
Victoria del líder en el Alto del Piornal y ataques sin premio de Enric Mas
Clasificaciones de la Vuelta a España

En el Alto del Piornal, una lengua de asfalto en la montaña de Extremadura que bordea algunas de las regiones más bellas de España (Monfragüe, Gredos, la Vera), Remco Evenepoel hunde la cabeza en el manillar, se arquea en una pose aerodinámica, acelera en el puerto y despeja dudas en la tercera semana. Es una centella en la victoria. El líder de la Vuelta castiga así a Enric Mas, el español que lo desafía, que ataca y mira, que no quiere rendirse, pero que no lo suelta. Un hermoso duelo en el corazón de La Vera que ratifica el espíritu de la nueva ola que domina el ciclismo. No dejan ni las raspas, no perdonan una. La diplomacia y sabiduría de Induráin, que vivía y dejaba vivir, es una enseñanza del pasado que no cuadra con esta generación alucinante y posesiva.
Carlos Rodríguez hace un Roglic cerca de Trujillo. Caída en grupo que lo transporta al dolor y a las vivencias inevitables del ciclismo. Unas horas después su imagen es pavorosa. El maillot convertido en un andrajo, el brazo izquierdo vendado en modo escayola, rosetones de sangre en la espalda y un reventón rojo en la pierna izquierda. Un cuadro para el granadino de 22 años, quien se agarra al manillar y a su voluntad para completar la etapa y perder el menor tiempo, 1 min:20 seg en la meta.
El día es una odisea por la determinación del UAE y su director, Josean Matxín, al que no le gusta frenar, sino acelerar. El portugués Almeida, sexto a seis minutos, se lanza a romper la carrera, ganar la etapa o dar un vuelco. Todo le vale al equipo de los Emiratos.
Se forma una fuga multitudinaria, 41 ciclistas, un tercio del pelotón, a los que persigue el luso. El viaje por las zonas altas de Cáceres, en las faldas de Gredos, adquiere el frenesí de lo impredecible porque el grupo de los mejores se queda en veinte y envenenado al impulso de Astana, que defiende la quinta posición de 'Supermán' López.
Por las enrevesadas y estrechas carreteras extremeñas surge una oportunidad de aislar a Evenepoel. Su equipo va con la lengua fuera, sin auxiliares en los momentos de la verdad. Pero el tren se vuelve anodino, tira Astana, pero no lo hace Movistar con muchos elementos en el grupo y en la escapada.
Movistar tiene otros planes, como luego se aprecia. Y nunca coinciden con el riesgo extremo, esos arranques de todo o nada. Es un equipo educado en la calma y la paciencia de la siembra a largo plazo. El que resiste, gana, como espíritu de vida.
Almeida no hace camino, pese a la ayuda de Oliveira y Marc Soler. La etapa ha cerrado las vías por ese lado y quedan otras cuestiones en el aire. La victoria de etapa y la actitud de Enric Mas. A la primera pregunta responden Gesink y Carapaz con pulmones, aunque no suficientes. A la segunda, replica Mas a su manera.
El mallorquín ataca varias veces, prueba al líder, se exige dar un paso más. No cede Evenepoel, el puerto tendido le va de perlas. Enric Mas, que es un ciclista de regularidad y no de hachazos, es templado en los derrotes: coge un bidón de agua en ese momento, mira para atrás, pide relevos. No es un ciclista de meter la cabeza, apretar los dientes y humillar al enemigo.
Se retrasan unos metros Ayuso y 'Supermán', se queda el doliente Carlos Rodríguez y arranca como un bisonte Evenepoel para pregonar su ambición, derrotar a Enric Mas y dejar frío al personal.
Madrid está más cerca para él. «La Vuelta no ha terminado, es otra victoria que me da más confianza a mí y al equipo -dice el líder-. Sin Roglic es más fácil, es mejor perseguir a uno que a dos. Mi objetivo es ganar en Madrid, no quiero pensar en otra cosa que no sea eso».
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