GOLF

Campeones saliendo del hoyo del alcohol

Tres de los golfistas ganadores en 2024 han superado el problema del alcoholismo y retomado sus vidas cotidianas. El 'green' como escapatoria y refugio de segundas oportunidades

Rafa Nadal, campeón amateur de golf de Baleares

John Daly, Ángel Cabrera, Grayson Murray, Chris Kirk y Thorbjorno Olesen, campeones que tuvieron problemas con el alcohol ABC

El alcoholismo es un problema que se lleva a muchas familias por delante. Es un drama que afecta a todos los sectores sociales y el deporte no es ajeno a él, aunque la percepción social que se tiene de este asunto ha ido cambiando con el paso de los años.

Antiguamente el consumo de alcohol estaba bien visto socialmente y no estaba contraindicado para llegar a lo más alto. Los casos de George Best o James Hunt, bebedores confesos, no les impidió llegar a ser números uno mundiales del fútbol o la Fórmula 1. Sin embargo, hoy en día la botella está reñida con el alto rendimiento a todos los niveles, tanto en lo que se refiere a los atletas en el ejercicio de su profesión como a su relación con los demás. Y, en función del país en el que se esté, se toman más o menos en serio su rehabilitación.

«No creo que en Estados Unidos se beba más que en Europa -indica Gonzalo Fernández-Castaño, jugador del PGA Tour durante seis temporadas- lo que ocurre es que quien cae en ese problema tiene menos problemas en reconocerlo públicamante y en afrontarlo«. El hecho de que los dos primeros ganadores de 2024 en el Circuito Americano, Chris Kirk y Grayson Murray, hayan vuelto a lo más alto después de pasar por este infierno habla por las claras del efecto beatífico que tiene el golf para volver a revivir después de haber caído en el pozo.

«La vida de los golfistas de elite les sitúa en una posición complicada a poco que no tengan una vida muy estructurada -comenta Vicente Ibáñez, psiquiatra de la unidad de salud mental del Hospital de Almería- ya que pasan muchas horas solos, alejados de sus familias, y en entornos como los clubes o los hoteles en los que tienen a su alcance las bebidas que quieran».

Y eso que con la cantidad de horas que le dedican al deporte, hay quien ve difícil compaginar su actividad con esa adicción. Así lo sugiere Santi Luna, un veterano del Circuito Europeo que ahora compite en el Legends Tour de veteranos. «En mi época es verdad que nos juntábamos por las noches y te tomabas una copa, pero era algo más social, de amigos. Yo no recuerdo haber visto a nadie que bebiera solo en los bares. Lo que se me hace difícil de imaginar es cómo un golfista actual puede sacar tiempo para emborracharse, con la cantidad de horas que le dedican a los viajes, los entrenamientos y la competicion». En cualquier caso, el problema no es ajeno al PGA Tour.

El caso más famoso fue el de John Daly, ganador del Open USA y al que su afición a la bebida le llevó a dilapidar su fortuna y a tener una vida familiar desastrosa. Ha tenido cuatro mujeres y con su actual pareja parece haber alcanzado esa estabilidad emocional que le faltó cuando maltrató a sus hijos cuando estaba ebrio. Después de pasar por diversos centros de rehabilitación y por Alcohólicos Anónimos, ahora planta su autocaravana cada año a las afueras del Augusta National para vender sus llamativas camisetas y hacerse fotos con sus seguidores, que son legión en todo el planeta.

Empinar el codo

Otro con un US Open y además con una chaqueta verde, el argentino Ángel Cabrera, ha vivido una historia similar. En su caso con el agravante de que su gusto por empinar el codo le hizo perder el norte y pegar a su esposa, con la consecuencia de pasar dos años en la cárcel. Hoy, seis meses después de salir del presidio, reaparece en un torneo en el Hassan II de Marruecos, valedero para el Champions Tour estadounidense. En esta competición se preparará para la cita de Augusta de abril, a la que tiene acceso de por vida como antiguo ganador.

El tercer ganador de 2024 que también tuvo problemas con la bebida, y que podrá resarcirse en el Masters, es Thorbjorn Olesen. Al danés le cambió la vida en 2019 después de ganar cinco veces en el Circuito Europeo y de debutar en la Ryder Cup. Fue arrestado al llegar a Londres por montar un escándalo en un vuelo transatlántico al abusar de una azafata y orinar en el pasillo, después de mezclar unas pastillas con alcohol. Fue inhabilitado y, después de dos años de juicios y de disculpas, no fue imputado. En 2021 recuperó su vida deportiva y desde entonces ha sumado tres títulos más, el último el mes pasado en los Emiratos.

«Para superar el problema hay que querer hacerlo y contar con el apoyo de los más cercanos», dice el doctor Ibáñez. El golf no abandona a nadie.

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