Baloncesto
Caitlin Clark: la sensación del baloncesto de EE.UU. es una mujer
La escolta del equipo universitario de Iowa cautiva al país con un juego imposible que supera los números de Magic, Jordan o Bird
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En la noche del viernes al sábado, los ojos de los aficionados al baloncesto no estarán puestos en los equipos de la NBA, a pesar de que muchos se juegan su pase a los 'playoffs'. La sensación es una mujer de la liga universitaria: ... Caitlin Clark, líder de las Hawkeyes de la Universidad de Iowa, que juegan las semifinales de la Final Four frente a las actuales campeonas, la Universidad de Carolina del Sur.
Clark levantó las cejas de medio país en un partido el año pasado contra la Universidad de Michigan, uno de los pesos pesados del deporte universitario de EE.UU.
Clark es mucho más que una jugadora excepcional. Es alguien que ha cambiado la dinámica del baloncesto. Su equipo perdió aquel partido, pero ella anotó 46 puntos, 25 de ellos en el último cuarto. Muchos de esos tiros fueron triples imposibles, a ocho metros de la canasta, en transición, con apenas un par de segundos de posesión. Uno de ellos fue desde casi el círculo central, pisando la 'M' del logo del rival, uno de los más famosos del deporte en EE.UU. El vídeo se hizo viral y Clark se convirtió en una estrella,
No fue flor de un día. Clark ha liderado la estadística de triples en dos de las tres temporadas que ha jugado en la liga universitaria. Este año, se ha convertido en la primera jugadora en acabar la temporada con más de 900 puntos y más de 300 asistencias, algo que tampoco ha logrado nadie en la liga masculina. Con ella, las audiencias del baloncesto femenino universitario se han disparado.
Clark juega a tumba abierta. Se levanta para el tiro en posiciones que la mayoría solo hace a la desesperada, cuando se agota la posesión. Ella, con un rostro impasible, lo hace de forma rutinaria. Ha cambiado el paradigma de cómo se ataca y de cómo se defiende, como ha hecho en los últimos años Steph Curry con los Golden State Warriors de la NBA: mete tantos triples desde ocho y nueve metros que ya ni los colocan en la selección de las mejores jugadas.
El estilo de Clark es eléctrico. «No creo que pudiera jugar a baloncesto de otra manera, de verdad», ha dicho en una entrevista reciente con 'The Washington Post'. «Lo hago todo rápido. Conduzco rápido. Acabo los deberes de clase rápido».
También es ruda, no esquiva el conflicto. Creció compitiendo con hermanos que le hacían la vida imposible, dentro y fuera de la cancha. Pero ella volvía a por más. Eran una familia convencional de Des Moines, la principal ciudad de Iowa, fanáticos del deporte en el Medio Oeste. En un partido de baloncesto, Clark lanzó a su hermano mayor de cabeza contra un muro. Todavía tiene la cicatriz. Esa misma actitud muestra en la cancha. Implacable, con un punto altanero, no se corta ante las provocaciones. «Vas quince puntos por debajo», le dijo a un rival que le había dicho algo en el último partido de 'playoffs', en el que consiguió meter a Iowa en la Final Four, lo que no ocurría desde 1993.
En esa ocasión, consiguió un 'triple doble' con más de 40 puntos -41 puntos, diez rebotes, 12 asistencias-, algo que ni las grandes estrellas del baloncesto, como Earvin 'Magic' Johnson, Michael Jordan o Larry Bird, consiguieron en su etapa universitaria. Esta noche, tendrá que volver a hacer realidad su baloncesto imposible.
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