Dos ventajas demasiado fugaces y todo por decidir en Portugal (2-2)

Demostró el Vitoria los motivos por los que acabó segundo en la fase de liga de la Conference, un equipo serio y competitivo. No es un rival sencillo. El Betis lo comprobó y aunque tuvo fases de mucho dominio y llegadas, no supo frenar tanta movilidad arriba. Bakambu también tuvo un remate al poste y hubo más ocasiones para lamentar, como otra del propio congoleño botando. Dabanovic, el árbitro, también tuvo su cuota de protagonismo con una actuación desconcertante, por decir algo.

El Betis esperaba más de sí mismo en una noche así pero tendrá que buscarse la vida en Guimaraes para confirmar que quiere llegar lejos en la Conference. Superar a rivales así es su obligación si la meta es Breslavia. El Vitoria no es poca cosa y los de Pellegrini han de ser más de lo que mostraron hoy para avanzar de ronda.

Cuando suena el himno de MassiveMusic acaba de caer un chaparrón y vendrán más. Va a ser un partido pasado por agua pero el ánimo estaba alto. Muchos portugueses en la grada que obligaban al Villamarín a reaccionar, más allá del impulso propio. Antony le pide al cielo, de rodillas, la mejor fortuna en este partido. Parecería que estuviera clamando por la lluvia, pero no. Los jugadores se aplauden entre ellos, motivándose. Es un día especial. El Vitoria sale gustoso con el balón, apuntando una movilidad que va a ser su sello. El Betis quiere también la pelota pero, como es habitual, le cuesta coger temperatura. El que empieza con actitud desesperante es Dabanovic, el colegiado. En Europa siempre pasa igual. A ver cómo es el montenegrino de turno que toca. En España ya nos conocemos todos. Pues este es permisivo a su manera. Se le olvidaron las tarjetas en el vestuario y su criterio es insólito. Robar balón debe significar falta en su país.

Isco se multiplica dándole soluciones a sus compañeros porque cada balón tiene su achique. Es una guerra de guerrillas. El Vitoria tiene extremos muy abiertos que obligan a los laterales béticos a estar demasiado pendientes de ellos, por ahí entran los carrileros lusos para generar una superioridad que recuerda a la del Celtic de Postecoglou en 2022, que generó sorpresa hasta que los de Pellegrini pillaron el truco. El primer tiro a puerta bético es de Cardoso, flojo. Jesús hace un eslalon de los suyos para decir que está aquí. Si Bakambu hubiera controlado bien... Natan marca en fuera de juego tras un córner cuando Altimira llegaba justo detrás pero habilitado. El tanto es anulado no sin emoción del VAR y con el estadio apretando.

Esta fase es de dominio bético pero también hay un susto visitante porque Emboló vuelve loco a Perraud. El francés se rehace con un buen centro a Bakambu que remaba de cabeza centrado y despeja Varela a lo Courtois, con una mano abajo y reflejos. Isco se desespera con el árbitro, que no ve que los jugadores del Vitoria quieren arrancarle la camiseta como señal de admiración pero eso es falta. Bartra tiene que salir mucho de su zona buscando compensar la superioridad de la que disfruta el Vitoria con sus interiores, con Altimira y Cardoso mirando más arriba o corriendo detrás de los dorsales. Jesús lidera un contragolpe que acaba en las manos del portero y Antony intenta su tiro pero se escurre. El descanso tiene al marcador intacto, a la gente ya mojada y a los béticos haciendo cábalas sobre qué solución hay para este reto que propone un buen equipo como el Vitoria, que ya no hay tanta alegría como cuando en el sorteo se regateó al Chelsea. No va a ser fácil.

Isco y Antony se abrazan nada más saltar al césped para iniciar la segunda parte. Y se iban a volver a abrazar tres minutos después con una jugada en la que Perraud centra fuerte y acaba remachando el balón desde cerca Bakambu para poner el 1-0. «Dale, dale Betis alé. Vamos, balompié». Pero la alegría dura poco, protestan los béticos que el balón había salido por la banda que Dabanovic no aprecia y la jugada continúa para que Joao Mendes dispare desde la frontal y bata a Fran Vieites. Tras revisarlo el VAR no se anula y se fija el 1-1 en el electrónico.

Aitor ve la primera amarilla del partido. Los extremos béticos empiezan a saber frenar a los laterales rivales, aunque sea con el cuerpo. La grada es un diálogo entre los casi 2.000 portugueses de negro y la animación verdiblanca. El duelo se asienta en amenazas inconclusas, sin claridad por ningún lado. Un centro al segundo palo de Perraud casi deja el gol del año. La baja Isco espectacular y la pone a Bakambu, que remata de tacón y con Varela batido el esférico da en el poste. Le vuelve al congoleño, que la estrella en el cuerpo del portero y acaba en córner. El Betis pisa una marcha más. Natan gana duelos atrás e Isco lo mueve todo arriba. Antony cae en el área y las protestas suben de tono. Va a entrar Fornals por Altimira. Dabanovic perdona una y otra amarilla al Vitoria. Perraud entra solo y se escurre tras pase de Fornals después de las filigranas de Jesús. El Betis merece el gol.

Se repite la jugada del gol con un disparo visitante desde la frontal con toda la defensa bética deprimida y eso enoja al personal, que avisa de ese error repetido. Debe darle otra marcha más al partido el Betis. Fernando aconseja a Pellegrini. Es el minuto 70. Fornals está unos pasos más adelantado que Isco, que trata de darle vuelo a la salida de pelota. El partido está largo, no acaba de definirse ahora. Una combinación entre Bakambu y Antony se queda en el último central por muy poco. El Betis nota el desgaste físico pero le da para una jugada trenzada directa y espectacular. Salida de Bartra con pared con Johnny. El catalán lanza a Aitor en carrera y éste pone un pase magnífico atrás, académico de extremo, para que Isco llegue desde atrás y ponga el 2-1 raso y medido. Locura en el Villamarín.

La siguiente jugada es un gran pase de Isco y control estupendo de Bakambu con el pecho para salir en carrera y disparar algo cuando tenía la pelota para fusilar. No se lo explica el congoleño. Pero el Villamarín le anima cuando sale sustituido por Chimy Ávila. Pero la ventaja vuelve a durarle un suspiro a los béticos. Oliveira se revuelve en el área y dispara ajustado para que Vieites se estire de forma insuficiente. El 2-2 es un jarro de agua fría tremendo. El Betis piensa en los 180 minutos de la eliminatoria y no hace nada a lo loco. El Vitoria disfruta tocando y amenaza incluso disparando desde lejos viendo que Vieites no tiene su día una vez más, que vuelve a haber debate ahí. El partido se diluye sin que los verdiblancos tengan presencia de verdad en el área rival, noqueados por el empate inesperado y dándole vueltas a la cabeza por desperdiciar dos ventajas. El duelo acabó así, dejándolo todo para la vuelta y con sensación de decepción por desaprovechar las dos ventajas que tuvo.