Stephen King en el país de las pesadillas: de viaje por el tenebroso reino del mago del terror
Con el 50 aniversario de 'Carrie' a la vuelta de la esquina, Bev Vincent publica en España un completo atlas sobre la via y obra del autor estadounidense
Stephen King, el gran confinado
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El pequeño Stephen, el que perdía la cabeza por los cadáveres radiactivos, los gangs de motoristas hechos trizas y las 'poelículas' (de Edgar Allan Poe, claro) de Roger Corman, ya lo tenía claro. «Desde muy niño, siempre quise que me asustaran», ha repetido en ... innumerables ocasiones Stephen Edwin King (Portland, Maine, 1947), el Elvis de la novela fantástica, el Charles Dickens del terror literario. Y no sólo eso. Después de ver lo que el miedo era capaz de hacerle; después de descubrir que monstruos, vampiros, demonios y fantasmas eran en realidad mucho más que monstruos, vampiros, demonios y fantasmas, fue él quien se entregó en cuerpo y alma al noble arte de poner los pelos de punta.
A emboscar a los lectores por las esquinas de Castle Rock, arrojarlos a los dominios de Pennywise (ya sabes: tú también flotarás), y encerrarlos en la habitación 217 del Hotel Overlook. A hurgar en miedos universales, ya sea el apocalipsis, la orfandad o el desajuste adolescente, y transformarlos en terroríficos y fantásticos best sellers. «Creo que estas historias existen porque a veces necesitamos crear monstruos y espíritus irreales que representan todo aquello que tememos en nuestra vida real», diría el autor de 'El resplandor' si le preguntasen.
«King creó un mercado emergente para la ficción de terror cuando no lo había, y lo hizo casi por sí solo. En parte, fue cuestión de estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. Los lectores que habían sufrido los horrores de 'La semilla del diablo' y 'El exorcista' querían más. Y King se lo dio», destaca ahora el escritor y crítico literario Bev Vincent en las primeras páginas de 'Stephen King. Una gran celebración de la vida y la obra del gran maestro del terror' (Libros Cúpula), algo así como el mapamundi definitivo del monarca del escalofrío y la pesadilla.
«El futuro te espera»
En el botín, material tan variado como el telegrama del editor Bill Thompson que le cambió la vida en 1974 («Bingo. 'Carrie' es oficialmente un libro de Doubleday. 2.500 dólares a cuenta de los derechos. Llama para que te dé detalles gloriosos. El futuro te espera»); la cubierta de la primera edición de 'Apocalipsis' con una ilustración inspirada en 'Duelo a garrotazos', de Goya; fotografías del depósito de agua de Bangor en el que murió ahogado un niño en 1940 y que prendió una de las muchas mechas de 'It'; cartografías de Derry y Castle Rock; páginas de los manuscritos de 'Misery' y 'Cujo'; fotografías de King acariciando un gatito junto, ay, una làpida; imágenes de los rodajes de 'La milla verde' y 'Creepshow'... Un perverso y aterrador atlas ilustrado hecho de fotos, documentos de la colección personal de King y apuntes biográficos que, señala Vincent, «captura muchos de los hechos que han servido de inspiración para sus obras y usa sus novelas como una lente a través de la cual podemos observar su vida».

Porque, al fin y al cabo, casi todo en la vida y obra de King está encadenado. ¿Un ejemplo? Con los 2.500 dólares que recibió como adelanto por 'Carrie' pudo jubilar su viejo Buick y comprarse un Ford Pinto, coche que aparecería años más tarde en 'Cujo' (1981), el libro que King apenas recuerda haber escrito ya que en aquella época pasaba borracho la mayor parte del tiempo. ¿Más? En algún momento de 1974 conoció a un camarero llamado Grady en un hotel desierto de Colorado, en 1978 enterró a Smucky, el gato de su hija Naomi, en un camposanto en el que algún niño había colocado un letrero en el que podía leerse Cementerio de Animales... «Lo que yo propongo no es más que una intrusión de lo extraordinario en la vida ordinaria y en cómo la afrontamos. En toda vida llegas a un punto en el que tienes que lidiar con algo que es inexplicable para ti», dejó dicho a modo de resolución un autor para quien su trabajo es algo así como «una grieta en el espejo». «Si miras mis libros desde 'Carrie' en adelante, lo que verás es una observación de la vida ordinaria de la clase media estadounidense tal como se vivía en el momento en el que se escribió ese libro».
Los 75 de King, los 50 de 'Carrie'
Por esa grieta se cuela ahora Vincent con un libro editado en Estados Unidos en 2022, coincidiendo con el 75 aniversario de King, y que llega España justo a tiempo de celebrar otra fecha a subrayar en, perdón, rojo sangre: el medio siglo de 'Carrie' (1974) y los cincuenta años de King como autor publicado. Antes, es cierto, estuvieron las innumerables cartas de rechazo, la columna 'King's Garbage Truck' en el 'Maine Campus', los relatos para 'Startling Mistery' y 'Comics Review', y las 150.000 palabras de la aún inédita 'Sword In The Darkness', pero fue 'Carrie', con esas primeras páginas que su esposa Tabitha rescató de la basura, lo que le convenció de que podía ganarse la vida escribiendo. «Los ingresos de la edición de bolsillo finalmente permitieron a King dejar su trabajo y dedicarse a escribir a tiempo completo», recuerda Vincent.
'Stephen King. Una gran celebración de la vida y la obra del gran maestro del terror'

- Autor: Bev Vincent
Atrás quedaban las penurias económicas, las más de 1.500 páginas tecleadas con furia en el cuartucho de la caldera de una caravana, y los poco más de 6.000 dólares anuales que ganaba dando clases en la Academia Hampden en Maine. En pocos años pasó de trabajar en una lavandería industrial y casarse con un traje prestado que le venía demasiado grande a recibir un anticipo de 250.000 dólares por su segunda novela, 'El misterio de Salem' s Lot' (1975). En el horizonte, una producción febril, un ritmo de trabajo endiablado (recién editado, el libro de Vincent ya necesitaría una actualización para incluir la reciente y deliciosamente espeluznante 'Holly' y la inminente colección de relatos 'You Like It Darker) y unos números de auténtico escándalo. Sesenta novelas, doscientos cuentos, una veintena de guiones y ensayos, medio centenar de adaptaciones al cine y la televisión, cerca de 500 millones de ejemplares vendidos…
El escritor 'mascota'
Y, también a la vuelta la esquina, los nubarrones sobre 'It' (1986), 'Misery' (1987) y 'Los Tommyknockers' (1987). El alcohol, la droga y una dieta que se puede resumir en el contenido de la bolsa de basura que su esposa vació sobre la alfombra de su despacho cuando le dijo que o se rehabilitaba o se iba de casa. A saber: latas de cerveza, colillas, cocaína en ampollas de gramo y en bolsas de plástico, cucharas para la coca manchadas de mocos y sangre, Valium, Xanax, botellas de jarabe para la tos Robitussin y NyQuil antigripal, botellas de elixir bucal…
«Las revisiones de 'It' fueron realizadas en un estado de aturdimiento propiciado por el alcohol y las drogas al final de los largos días de rodaje de 'La rebelión de las máquinas', que King escribió y dirigió», constata Vincent. «En primavera y verano de 1986 escribí 'Tommyknockers' y a menudo escribía hasta la medianoche, con el corazón latiendo a 130 pulsaciones por minuto y bolas de algodón metidas en la nariz para frenar la sangre de tanta cocaína», recordaría el propio King en 'Mientras escribo'.
Sus demonios, después de todo, eran los mismos que habían consumido a Jack Torrance en 'El resplandor'; los que movían la mano homicida y demente de Annie Wilkes, la fan carcelera de 'Misery'. «Estos últimos años King ha hablado abiertamente de Annie como una metáfora de la cocaína y de él mismo como el escritor mascota: 'Sabía sobre qué estaba escribiendo, nunca hubo ninguna duda. Annie era mi problema con la droga, y ella era mi fan número uno. Dios, nunca quería marcharse'».
En carne viva
Con presencia más o menos testimonial de todos esos otros Stephen King que devoran partidos de los Red Sox, rasgan la guitarra en los Rock Bottom Remainders, firman columnas culturales en 'Entertainment Weekly' y se embarcan en proyectos como 'Ghost Brothers of Darkland County', musical ideado a medias con John Mellencamp, no se olvida Vincent del accidente de 1999, el brutal atropello que casi envía al escritor al otro barrio. Al volante, un tipo llamado Bryan Smith que había dejado de prestar atención a la carretera para mantener a su rottweiler alejado de una nevera con carne cruda.
«Se me ocurre que casi me mata un personaje que podría haber salido en una de mis novelas. Es casi gracioso», diría más tarde el escritor. En su momento, sin embargo, la cosa no fue precisamente cómica. «Su rodilla estaba partida por la mitad y su cadera fracturada por dos sitios. Su columna vertebral se astilló en ocho lugares y acabó con cuatro costillas rotas. Por encima de la clavícula lo tenía todo en carne viva, y necesitó 20 o 30 puntos de sutura para cerrar una laceración en el cuero cabelludo», evoca Vincent.
Meses después, King compró por mil quinientos dólares la furgoneta que le había atropellado y la destrozó con un mazo. Y, viva el humor y el horror, en cuanto volvió a escribir, tomó prestado el nombre del perro de Smith para colarlo en el relato 'Montando en la bala' y publicó una novela titulada 'Buick 8: un coche perverso' (2002) en la que un agente estatal muere atropellado por un conductor borracho que intenta cazar una cerveza de una nevera que tenía a sus pies. La escena, aclaró más tarde, la había escrito meses antes de su accidente, lo que tampoco es que resulte demasiado tranquilizador. «No creas que no me he dado cuenta de la coincidencia de haber escrito sobre horripilantes percances vehiculares justo antes de sufrir el mío propio, pero he intentado no darle demasiadas vueltas», dijo King, Mejor así, sí.
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