Retos y promesas de Urtasun en Cultura, un ministerio al servicio de las cuotas de Sánchez
El portavoz de Sumar, antitaurino confeso, espera impulsar una ley de Derechos Culturales y reformar el Inaem
Ernest Urtasun, un antitaurino de la izquierda exquisita para reemplazar a Iceta

Sin quererlo, Luis Mateo Díez puso la puntilla a la gestión cultural del PSOE el día que ganó el premio más importante de las letras en español. «Me ha llamado este señor ministro que no sé ni quién es para decirme que un jurado ... solvente había decidido concederme el Cervantes...». Ese señor ministro era Miquel Iceta, el cuarto en los cinco años de gobierno socialista, pero también el que más tiempo ha durado en Plaza del Rey con Pedro Sánchez, casi dos años y medio. Ni por esas le salió al premio Cervantes el nombre de Iceta, que llegó a Cultura a disgusto, ha dedicado más tiempo a hablar de Cataluña que de museos y deja ahora su cargo para que su jefe pueda cumplir con otra cuota.
Y esta vez el beneficiario es Sumar, con otro paracaidista, el barcelonés Ernest Urtasun. El PSOE hizo campaña presumiendo de que había recuperado el rango ministerial para Cultura, tras las dudas mostradas por el PP antes de las elecciones, y se afianza en La Moncloa entregándole la cartera al partido que lidera Yolanda Díaz. Antes Sánchez le confió Cultura a Máximo Huerta, una cara popular que duró unos días y, tras estabilizar la situación con José Guirao, volvió a jugar a los equilibrios de baronías: Uribes por el PSOE de Madrid, hoy cómodamente instalado como embajador de España en la Unesco, y luego Iceta, para cumplir con el cupo del PSC.
Urtasun, de la cuota de Sumar, llega igual que Iceta, sin experiencia alguna en la gestión cultural. Eurodiputado desde 2014, cuando dejó aparcada su carrera diplomática con una excedencia, Urtasun ha liderado ICV, se ha movido con habilidad en las confluencias de izquierdas de Ada Colau y este mismo año se ha convertido en mano derecha de Yolanda Díaz tras ser nombrado portavoz de Sumar. En todos estos años, defiende haber trabajado para «derrotar a la Troika, democratizar la Unión Europea, defender el derecho a decidir del pueblo catalán, recuperar con toda la fuerza la agenda ambiental y la lucha a favor de los derechos de las mujeres». Habla francés e inglés y de él se dice que es dialogante y comunicativo.
Para conocerle inquietudes culturales hay que recurrir a una serie de columnas que publicó en la web de 'Rockdelux' entre diciembre de 2020 y noviembre de 2021. El ahora ministro se reivindicaba como 'coinessuer', o como mínimo aficionado premium, de la música jamaicana; se rendía al poderío de Queralt Lahoz; y evocaba las tardes de juventud escuchando jazz en JazzSí Club. Pistas para conocer mejor a un político cuyo nombramiento ya ha provocado no pocas suspicacias en uno de los sectores que de él dependen: el de la tauromaquia. Antitaurino confeso, Urtasun no sólo lideró en Europa una campaña para acabar con las subvenciones a las actividades taurinas, sino que llegó a decir que la tauromaquia no debe ser nunca considerada cultura.
Urtasun deberá completar el Estatuto del Artista, que el anterior ministro dejó a medias
Iceta, muy criticado en la legislatura anterior en las plazas de toros, no llegó a tanto. Sí, dejó fueras las actividades taurinas del bono cultural, pero cuando el Tribunal Supremo sentenció que los toros son cultura enseguida se la envainó, por mucho que desde Podemos le presionaran para que no lo hiciera. Nada se dice de los toros en el apartado dedicado a la cultura en el acuerdo de gobierno firmado entre PSOE y Sumar, que sí recoge algunos proyectos que Iceta dejó a medias: la ley para las enseñanzas artísticas superiores o la ley para la Oficina Española de Derechos de Autor y Conexos. Podemos y sus círculos, recordemos, nunca se han destacado por defender la propiedad intelectual; al contrario. Urtasun deberá completar también el Estatuto del Artista, que el anterior ministro dejó a medias pese a sus esfuerzos por vender que lo había terminado, y retomar la ley del Cine.
Con todo, la medida con más peso probablemente sea una nueva ley de Derechos Culturales, una iniciativa que ya se ha implementado en regiones como Navarra o Canarias, con la que el Gobierno quiere «garantizar el derecho a la cultura de todas las personas y en todos los territorios». En su programa electoral, Sumar se comprometió a acompañar esta iniciativa de «un proyecto económico que garantice su implementación». Dinero, el gran déficit de un ministerio infradotado año tras año. Sumar pretendía garantizar un horizonte del 1 por ciento en los Presupuestos anuales, pero esta medida no ha pasado el corte del acuerdo de coalición.
Urtasun heredará también el bono cultural joven, la medida estrella de Sánchez y ejecutada de aquella manera por Iceta. Si habrá cambios en esta subvención de 400 euros para los jóvenes de 18 años está por ver, porque Sumar pretendía extenderlo a toda la población entre 16 y 30 años. Demasiado para un ministerio que estos años ha tenido problemas hasta para dotar de personal a sus distintos departamentos: durante meses ha tenido salas de museos estatales cerrados por no tener vigilantes suficientes y el Inaem se las ha visto y deseado para repartir los fondos europeos entre el sector del teatro y la danza. La reforma de este organismo es otro de los retos que deberá abordar Urtasun. Desde su creación, en los años ochenta, ningún ministro ha sido capaz de meterle mano para modernizarlo, como ha prometido Yolanda Díaz.
En la lista de la compra del ministro Urtasun hay, además, la promesa de garantizar la dotación del fondo de protección a la cinematografía, el desarrollo de un plan de infraestructuras digitales públicas y el impulso de programas culturales en las zonas rurales, «especialmente el refuerzo al fomento de la lectura, la programación de artes escénicas mediante proyectos y producciones de sitios pequeños para que puedan girar por sus zonas colindantes e incluso por el territorio». El nuevo equipo del ministerio espera promover también programas para ampliar la presencia del arte y la creatividad en la educación. Esto y la defensa de la libertad de expresión. El tema de la descolonización, con la petición de los diputados de Sumar de entregar el Tesoro de Quimbaya a Colombia, será otra línea de actuación.
MÁS INFORMACIÓN
Muchos retos para un partido que la legislatura pasada supo ganarse el favor del sector, agradecido por la contribución del Ministerio de Trabajo al desarrollo del Estatuto del Artista, pero que ahora tiene la misión de convertir la foto con Almodóvar, en una gestión eficaz. En un ministerio con tantas competencias desperdigadas y medios tan escasos, es mucho decir.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete