Descubrimiento «único en un siglo» del lujo y poder de la élite de Pompeya

Hallan las mayores termas privadas de la ciudad romana sepultada por la erupción del Vesubio

El gran complejo termal se encuentra junto a un gran salón de banquetes que el dueño de la domus utilizaba con fines electorales o de influencia

Descubren huellas de una dramática huida del Vesubio anterior a la catástrofe de Pompeya

Detalle del peristilo del Frigidarium descubierto en una domus de Pompeya Parque Arqueológico de Pompeya

Pompeya continúa asombrando. El Parque Arqueológico informa sobre un descubrimiento que califica como «único en un siglo»: el mayor complejo de baños privados jamás hallado en la antigua ciudad romana, destruida por el Vesubio en el 79 d.C.

La nueva domus situada en las ... excavaciones de la zona de Regio IX, insula 10, lleva ofreciendo revelaciones continuas durante dos años. Primero fue el llamado «salón negro», un fastuoso espacio de banquetes (triclinio) con paredes decoradas con vivos colores. Ahora, las excavaciones sacan a la luz las termas anexas: estancias con baños de diferentes temperaturas, extraordinarios frescos, un vestuario de intensos tonos rojos y un patio porticado que deja intuir el prodigioso estatus económico y social de quien fue su dueño.

Son extraordinarias las dimensiones de este complejo termal, ubicado al lado del salón para banquetes. En el vestuario (apodyterium), con paredes pintadas de un intenso color rojo y con un elegante piso de mosaico, se ubican bancos de piedra que, según los arqueólogos, permitirían acomodar hasta 20 o 30 personas.

El vestuario o apodyterium, con capacidad para hasta 30 personas Parque Arqueológico de Pompeya

A un costado se despliegan las salas clásicas de la arquitectura balnearia romana: calidarium (espacio caliente con aire circulante bajo el suelo y en las paredes), tepidarium (sala templada para aclimatar el cuerpo) y un frigidarium (sala fría) con una impresionante piscina a la que se accede bajo la sombra de un peristilo, es decir, el patio rodeado de columnas en torno al cual se disponían las estancias de las domus. Esta piscina, de más de un metro de profundidad, podía albergar cómodamente a un nutrido grupo de bañistas que, en los meses de calor, podían descansar con los pies en el agua, charlar y disfrutar de una copa de vino.

El director Gabriel Zuchtriegel subraya que se trata de un lujo al alcance de muy pocos. Apenas se conocen unas pocas domus pompeyanas que incorporasen termas de semejante envergadura, como las Praedia de Giulia Felice, la Casa del Laberinto o la Villa de Diómedes, pero el conjunto actual podría superar incluso la amplitud de esos referentes.

El 'efecto Pompeya'

«Cuando uno entra en estos baños, tiene la sensación de que sus ocupantes se marcharon hace apenas un instante», ha comentado el director del Parque Arqueológico. Es lo que él mismo denomina el 'efecto Pompeya': Es la impresión de toparse con un escenario donde el tiempo se detuvo: suelos en mosaico sin apenas daños, paredes vívidamente pintadas e incluso enseres y restos de personas que narran, de la forma más cruda, el instante final de aquellas vidas.

Durante las excavaciones en esta gran residencia se han localizado, además, dos esqueletos: los de una mujer de entre 35 y 50 años y un joven de aproximadamente 19 o 20. Se habrían refugiado en una habitación pequeña, posiblemente con la esperanza de escapar de la devastadora erupción del 79 d.C. Sin embargo, lo que les sobrevino fue un flujo piroclástico, una especie de 'tsunami' de gases volcánicos y cenizas que les impidió huir.

El frigidarium o sala fría del complejo termal Parque Arqueológico de Pompeya

La restauradora Ludovica Alesse alude al dramatismo de encontrarse con estos restos, que nos hablan con crudeza de la tragedia colectiva que sepultó a la ciudad. Con el esqueleto de la mujer se han encontrado joyas y monedas. Alesse enfatiza que «este es un lugar dramático», donde cada nuevo descubrimiento transporta a un momento de angustia: la ciudad entera pereció asfixiada o sepultada mientras realizaba sus actividades cotidianas. Esa inmediatez es la que confiere a Pompeya un valor arqueológico excepcional, pero también un halo trágico que se filtra en cada pasadizo, en cada mosaico y en cada columna.

El comunicado oficial del Parque Arqueológico de Pompeya destaca, además de la grandeza del conjunto termal, su directa vinculación con un enorme salón de banquetes. La disposición arquitectónica -termas a un paso del triclinio- sugiere que estos espacios tenían un rol determinante en la puesta en escena social y política de la casa.

En tiempos de la Roma imperial, los banquetes no eran simples comidas privadas; se convertían en actos con gran repercusión pública, donde el anfitrión buscaba alianzas, favores y, a menudo, votos electorales. Aquí resuena la evocación o comparación con el 'Satyricon' de Petronio y la figura de Trimalción, el liberto adinerado que ofrecía auténticas orgías gastronómicas tras haber relajado cuerpo y mente en un baño.

Si trasladamos esa imagen literaria a la vida real de Pompeya, puede que no andemos muy desencaminados: el dueño de esta domus apostaba por el esplendor helenizante, con frescos de atletas (símbolo de la cultura griega) y escenas mitológicas, transformando la casa en un auténtico foro de intercambio social donde se combinaban la erudición, el ocio y la propaganda personal. «Todo esto se concebía para ofrecer un espectáculo en cuyo centro estaba el propio dueño de la casa», explica Zuchtriegel. Frescos inspirados en la Guerra de Troya y otras temáticas heroicas adornaban las paredes, mientras el peristilo y su gran estanque evocaban un ambiente casi palaciego. Era la forma de impresionar, seducir y, en definitiva, perpetuar la reputación y la influencia.

Un personaje influyente

En el Parque Arqueológico se apunta a la posible identificación del dueño de la nueva domus: Aulo Rustio Vero, un personaje influyente en la vida pública de Pompeya. Sus conexiones con la política local y la relevancia de su nombre en inscripciones y grafitis hallados en los alrededores dan pie a la hipótesis de que fuese el propietario o, al menos, uno de los principales usuarios del inmueble. No sería descabellado, pues solo alguien de la élite más adinerada podía costear un conjunto termal de semejante calibre, con estancias climatizadas y un frigidarium que emula los espacios de las termas públicas de la ciudad. El mantenimiento diario de tales instalaciones, incluido el abastecimiento de agua y la infraestructura de calefacción subterránea (hipocausto), exigía una enorme inversión de recursos.

Dentro de la domus, se han encontrado diversos estilos pictóricos que abarcan desde el II hasta el IV Estilo de la pintura pompeyana. El llamado 'oecus corintio' -gran sala rodeada por más de doce columnas- presenta megalografías o pinturas de gran formato. Algunas de ellas representan naturalezas muertas con piezas de caza y pesca, como una especie de 'menú pictórico' para deleitar a los comensales durante los banquetes.

Destaca también la presencia de motivos atléticos en las columnas del frigidarium, que refuerzan la atmósfera helénica. El objetivo parece claro: proyectar una imagen de 'cultura griega' y erudición, tan valorada en la Roma antigua. Lo mismo cabe decir del 'salón negro', una sala de banquetes con paredes oscuras y ornamentos dorados o blancos que transmiten un aire de solemnidad y refinamiento.

Todo indica que saldrán a la luz más restos arqueológicos en esta nueva domus: estatuillas, cerámicas de uso doméstico y tal vez inscripciones que confirmen la identidad del propietario. En palabras de Zuchtriegel, «el público, agradecido y fascinado, habría aplaudido con sincera admiración el espectáculo orquestado por el dueño de la casa y, tras una noche en este escenario, lo habría recordado durante mucho tiempo». Las investigaciones en el sector continuarán para desenterrar por completo las columnas del peristilo y estudiar en detalle las decoraciones del oecus corintio

Más allá del lujo y el dramatismo de los hallazgos, la dimensión técnica de la excavación también es destacada por el Parque Arqueológico de Pompeya. El equipo dirigido por la arqueóloga Anna Onesti ha puesto en práctica soluciones innovadoras para mantener los elementos arquitectónicos más frágiles. Se ha utilizado una estructura de soporte transitoria a fin de estabilizar las columnas y la estructura horizontal que descansa sobre ellas, permitiendo así que paredes y capiteles permanezcan en su lugar original. De este modo, una vez concluida la excavación, se abre la posibilidad de llevar a cabo futuros proyectos de restauración con los fragmentos en su posición auténtica.

Un microuniverso

Las intervenciones en la insula 10 de la zona de Pompeya denominada Regio IX no se limitan a la nueva domus. Según el Parque Arqueológico, este gran proyecto de investigación es la intervención más extensa en Pompeya en al menos una generación, y abarca también la exploración de una lavandería, una panadería y otras dependencias.

En su conjunto, la manzana conforma un pequeño microuniverso de la vida cotidiana en la ciudad: desde la dimensión doméstica y de ocio (la gran domus con sus termas) hasta la actividad comercial y laboral (el horno, la pila de lavar, etc.). Algunos indicios epigráficos apuntan a la posibilidad de que todo perteneciera a una misma familia que gestionaba tanto los negocios como las actividades de representación social en un único espacio. Ello demostraría, una vez más, la imbricación profunda entre vida pública y privada en la antigua Roma, donde era habitual que los ciudadanos de mayor prestigio combinaran su faceta de benefactor con la de empresario y líder político.

En definitiva, casi dos milenios después de que el Vesubio sepultara la ciudad bajo cenizas y roca volcánica, las excavaciones arqueológicas siguen desenterrando indicios de un mundo extraordinariamente refinado y complejo. Los equipos que trabajan en el Parque Arqueológico destacan que el estudio de Pompeya ofrece, como ha puesto de relieve esta nueva domus, no solo conocimiento arqueológico, sino también una reflexión sobre las formas en que las sociedades construyen su prestigio, practican la hospitalidad y tejen alianzas políticas.

Mucho queda aún por descubrir en Pompeya. Según estimaciones oficiales, alrededor de un tercio de la antigua ciudad permanece sin excavar, un 30% de su superficie total, sepultada todavía bajo la roca volcánica y la ceniza del Vesubio. Hay trabajo de excavación e investigación para varias generaciones.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Sobre el autor Ángel Gómez Fuentes

Corresponsal en Roma.

Ver comentarios