Baviera, el único estado alemán que bloquea la devolución de arte robado por los nazis
Uno de los casos más notables es el cuadro 'Madame Soler' de Pablo Picasso, que sigue en la Pinacoteca de Arte Moderno de Múnich a pesar de las demandas de los herederos
Polémica en Alemania por la creación de un nuevo tribunal para la devolución del arte expoliado por los nazis

El proceso de estudio y devolución de las obras de arte del expolio nazi, que se puso en marcha tras el hallazgo de la colección Gurlitt, avanza en todos los Bundesländer alemanes menos en uno. Varios abogados habían venido mostrando su insatisfacción por el ... atasco de los procesos ubicados en Baviera y documentos internos filtrados al periódico 'Süddeutsche Zeitung' sugieren indiferencia por parte de las autoridades culturales y retrasos intencionados. El director general de las Colecciones de Pintura de Baviera, Bernhard Maaz, está en el centro del escándalo.
Entre los documentos publicados hasta ahora figura un memorándum de varias páginas de los dos adjuntos al director general, escrito en 2022 y que aparentemente nunca se envió. En una lista de cuadros de las Colecciones Estatales de Pintura, en la que 200 obras estaban marcadas en rojo (una designación que representa el arte saqueado en la práctica habitual de la herramienta MuseumPlus en todo el país) sólo ha sido considerada como un «indicio de sospecha» en Baviera, por lo que no se han activado los protocolos de devolución.
Fuentes del Ministerio de Cultura de Berlín confirman que la marca roja significa «el conocimiento y la convicción de los responsables de que se trata claramente arte saqueado» y que «es necesaria una restitución inmediata».
El ministro regional de Cultura, Markus Blume, ha ofrecido una pobre explicación ante el parlamento regional, que se ha ocupado del asunto, y se ha aferrado a que, según la Fundación Alemana de Arte Perdido, la clasificación de Múnich está permitida. Esto exoneraría a algunas de las obras del pertinente examen, pero sigue habiendo una mayor necesidad de aclaración para otras 97.
«No soy un investigador de procedencia. En todo mi Ministerio hay una sola dama que puede llamarse así», intentó excusarse por la falta de personal cualificado y refiriéndose con anticuada cortesía a Andrea Bambi, la jefa del departamento de investigación de procedencias de las Colecciones Estatales de Pintura, que tiene dos empleados, uno de los cuales trabaja a tiempo parcial. Dos personas y media se encargan de procesar 5.300 casos sospechosos, ha denunciado 'Süeddeutsche' en un reportaje que tituló 'Alerta roja'.
La polémica ha reabierto en Alemania el debate sobre si deben ser los museos, partes interesadas, los responsables de la investigación y decisión sobre restituciones. Es el caso de la Bayerische Staatsgemäldesammlungen (Colección Estatal de Pinturas de Baviera), que depende únicamente de funcionarios públicos subordinados a la dirección de los museos.
Falta de interés
En los casos de restitución, el director general presentará recomendaciones al ministro, único responsable. Y el historial de procesos en Baviera muestra una evidente falta de interés: desde un llamado «control inicial», hace cinco años, de un total de 6.000 obras en cuestión, sólo una sexta parte ha sido sido examinada más detalladamente y además se ha omitido una priorización, de manera que, en lugar de abordar los casos más claros, los escasos recursos se han dedicado a otros más problemáticos. Abogados y herederos se quejan además de que las obras cuestionadas se ocultan o pasan a exposiciones secundarias, para evitar su exposición y disminuir así el interés público y periodístico.
La Colección Estatal de Pintura de Baviera identificó en 2022 más de 1.200 obras sospechosas, cuya procedencia debe ser revisada para determinar si fueron saqueadas. Uno de los casos más notables es el cuadro 'Madame Soler' de Pablo Picasso, que sigue en la Pinacoteca de Arte Moderno de Múnich, a pesar de las demandas de los herederos de Paul von Mendelssohn-Bartholdy, un banquero judío alemán propietario de la obra antes de la Segunda Guerra Mundial, que afirman que fue vendida bajo coacción durante el régimen nazi. Las Colecciones Estatales de Pintura de Baviera se resisten a entregarla y argumentan que adquirieron la obra legítimamente en 1964.
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