Cómo entrenar la fortaleza mental para afrontar situaciones que nos ponen al límite
La clave está en es ser conscientes de lo que pensamos acerca de lo que nos sucede y aprender a enfrentarnos de cierta manera a carencias y movilizar los recursos propios

En ocasiones necesitamos de una gran fortaleza mental para afrontar situaciones que nos ponen al límite y nos cuesta mantener la calma. Y es que cada uno de nosotros tenemos una historia familiar que nos inculca unos patrones de comportamiento y afrontamiento. Además, la ... educación que recibimos marca un estilo de conducta y de interpretación de la realidad distintos para cada persona.
Entonces, ¿puede todo el mundo conseguir esa fortaleza mental?
Regina Insa, psicóloga, terapeuta Gestalt y coach en Mundo Psicólogos , explica que la fortaleza mental es la capacidad del ser humano de tomar las riendas de la situación y, pase lo que pase, encaminar el pensamiento, actitud y conducta a conseguir lo que se ha propuesto de la mejor manera posible.
«Es la capacidad de mantener la calma en una situación complicada o desfavorable y de permanecer fuerte y saludable después de que algo negativo, difícil o desafiante suceda», añade la psicóloga.
Insa la asocia también con la fuerza de voluntad cuando la vinculamos con la capacidad de persistir a procesos complicados (por ejemplo, estudiar una oposición o sobrellevar con actitud positiva el tratamiento de un cáncer), de iniciarlos (comenzar con la práctica de una disciplina deportiva o artística) o para evitar conductas o pensamientos que se consideran negativos o no recomendables (respeto a la norma, alejarse de vicios y hábitos insanos sin dudar).
Tener fortaleza mental permite –manifiesta Insa– tener un propósito y conseguirlo pese a las dificultades que surjan. «La persona fuerte mentalmente tiene la capacidad de distanciarse de las emociones que surgen; deja de lado las excusas, las distracciones y la evitación y sigue el camino hacia su objetivo; es capaz de observar cuándo y qué le aleja de él y lo reconduce para volver a su plan».
Laura Palomares, directora de Avance Psicólogos , indica que la fortaleza mental depende de varios factores y cada persona puede presentar unos distintos. «Todo ello tiene que ver con la resiliencia y con haber aprendido a identificar y gestionar las emociones, así como a detectar nuestras limitaciones sin exigirnos ser fuertes siempre, ya que esto puede generar mucho desgaste y bloqueo».
«Cuando dejamos de escuchar y atender nuestras necesidades y damos prioridad al rendimiento por encima de todo lo demás, o a la opinión de otros sin reflexionar lo que verdaderamente necesitamos nosotros, las fuerzas pueden flaquear», subraya Palomares. Además, cuando se da un desequilibrio entre los tiempos de vida personal y de trabajo u obligaciones, también nos hacemos más vulnerables y podemos llegar a agotarnos.
¿Todos podemos llegar a ser fuertes mentalmente?
«Por supuesto que la fortaleza mental está al alcance de todas las personas: se puede crear, desarrollar, aprender con entrenamiento y algunas técnicas como las cognitivas», apunta Insa. La clave de la fortaleza mental está en es ser conscientes de lo que pensamos acerca de lo que nos sucede y aprender a enfrentarnos de cierta manera a carencias y movilizar los recursos propios.
Para poder desarrollar la fortaleza emocional –continúa la psicóloga– hay que saber encajar el efecto que las emociones tienen sobre nosotros y canalizarlas de un modo constructivo, por lo que se puede desarrollar y perfeccionar. «Corrientes como el estoicismo defienden que la felicidad depende de uno mismo : somos más fuertes cuando tenemos más que ganar que perder».
Séneca recomendaba la exposición puntual a la carencia , a tener ausencia de algo, a aquello que nos da miedo que pase o tengamos miedo a perder para así tener informaciónsobre esa situación temida: «Tomar conciencia de los propios recursos, de forma que ya nos estaríamos preparando y, en caso de suceder, sentiríamos una menor intensidad o un impacto más leve», señala Insa.
Palomares recuerda que saber poner límites a los demás en los momentos en los que es necesario, pedir ayuda y delegar moderando la autoexigencia, aprender a detectar nuestros pensamientos cuando están siendo excesivamente negativos y catastrofistas para ajustarlos a la realidad y hacerlos constructivos, conseguir convivir con la incertidumbre, ser conscientes de hasta dónde podemos tener control real sobre lo que nos rodea y soltar lo que no depende de nosotros, buscar momentos de soledad y descanso combinados y en equilibrio con la vida social... son algunas de las recomendaciones que debemos tener en cuenta.
Pero, sobre todo, esta psicóloga insiste en que debemos aprender a relacionarnos con nuestros seres queridos , con momentos de conexión y escucha activa, generando un vínculo de seguridad y atención plena. «Aunque el tiempo sea más escaso de lo que nos gustaría, es posiblemente lo que más puede hacer por conservar nuestra salud mental y fortaleza».
Ser mentalmente fuerte son todo ventajas, pues podrás sobrellevar casi cualquier tipo de situación y salir bien parado. «La fortaleza mental está muy relacionada con la autoestima y el autoconcepto . Quien es fuerte mentalmente confía en sus posibilidades porque las sabe ver, conoce sus límites y los acepta», expone Insa.
«Se trata también de aceptar que los intentos fallidos nos acercan al objetivo al aportar experiencia y aprendizaje», expresa la psicóloga. Y recuerda que el éxito es parte del esfuerzo, valorándolo objetivamente y evitando tanto victimismos como interpretaciones narcisistas.
Si ves que el bloqueo lleva manteniéndose mucho tiempo, siempre es bueno acudir a un profesional de la psicología que te guíe.
«Tratar de no anticiparnos a los acontecimientos, atendiendo al presente y bajar el ritmo y el exceso de información que nos llega a diario para poder escuchar lo que necesitamos es fundamental», apunta Palomares.
También es importante –expresa la psicóloga– aprender a identificar nuestras emociones y no negarlas , ellas siempre nos darán la pista de lo que estamos necesitando para mantener el equilibrio.
Por último, Palomares insiste en dar importancia al autocuidado, 'reajustar' las relaciones en las que detectemos que no damos lo mismo que recibimos y mantener hábitos saludables de ejercicio físico y alimentación, pues nos ayudará a sentirnos en equilibrio.
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