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ABC MADRID 27-10-2001 página 43
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ABC SÁBADO 27- 10- 2001 RELIGIÓN 43 Pedro Arrupe, hoy más profeta lo largo de todo este año diversos grupos de jesuítas y de laicos cercanos a la espiritualidad de Ignacio de Loyola, vienen celebrando el décimo aniversario de la muerte de Pedro Arrupe. Acaba de salir, además, una excelente publicación, coordinada por Norberto Alcover, que recoge muy ricas vivencias de personas que se encontraron con el Padre Arrupe. Volver a recordar por ello su figura es hacernos conscientes no sólo de oscuridades nuestras sino de la luz y el calor que Pedro Arrupe ofreció a los jesuítas y a la Iglesia. Tal vez Pedro Arrupe ha sido el jesuíta más conocido y estimado del siglo XX. Su itinerario, que arranca en un marco familiar acomodado y tradicional, sigue un recorrido de sobresaltos múltiples. En sus años de estudios como joven jesuíta recorre continentes (Europa, América, Asia) aprende idiomas y es testigo, a veces muy directo, de sangrientas confrontaciones. Nos referimos a la Segunda Guerra mundial y su yo viví la bomba atómica el periodo de Arrupe joven sacerdote misionero en el Japón. A lo largo de esos años la persona de Arrupe va creciendo en una hondura que no establece im aislamiento sino que, al contrario, como se mostrará después en la época romana, hace posible una más profunda comunicación. De ello quedan numerosos testimonios. Monseñor Weakland, ExGeneral de los benedictinos y actual arzobispo de Müwaukee considera su amistad con Pedro Arrupe como una de las gracias más significativas en su vida Se acercaba Arrupe a sus interlocutores sin interponer A Arrupe, en los conflictos con la Santa Sede (Pablo VI, 1974 Juan Pablo II, 1981) tuvo siempre un comportamiento admirablemente ejemplar de respeto y obediencia al Papa la barrera de su cargo o el peso de su responsabilidad, haciéndoles sentir con sencillez y calor sinceros que aquello no era una audiencia concedida sino un encuentro amistoso. La figura de un papa negro recluido en Roma fue sustituida por un general viajero que se encontraba a lo largo del mundo con los jesuítas jóvenes y viejos, científicos, misioneros rurales o párrocos de suburbios. Pero su calor, su sencillez, una cierta ingenuidad con unas gotas de picardía, la fuerza de su pensamiento, de sus convicciones y de su conducta hacían de Pedro Arrupe no un administrador cansino sino un entusiasta líder religioso. Todo ello propició, sobre todo en su época de General de la Compañía de Jesús (1965- 1981) un nuevo estilo de gobierno hecho no a base de ordenancismo o de silencios obsequiosos sino encarnado eñ una fidelidad creativa. Y en ese gobierno en una época tumultuosa, tanto en la sociedad como en la Iglesia, hizo un puente entre lo esencial del pasado donde echamos los cimientos y la oriUa incierta del futuro que debemos roturar. Otro Ex- General de una Congregación religiosa comentaba que de Arrupe le impresionaba su talla espiritual y humana (muy por encima- -decía- -del conjunto) su humildad para reconocer sus errores y su espíritu profético para vislumbrar los retos del futuro. Por eso nos han quedado no pocas palabras animosas y exigentes de Arrupe para tareas urgentes de la Iglesia de hoy: la adaptación de la vida religiosa, el apostolado en una época de poca fe y mucha injusticia, la preocupación por las personas que aparcamos en las cunetas de nuestras sociedades (refugiados, emigrantes, enfermos de sida) la necesidad de una inculturación real, que no acomodación desvaída, de la fe a los diversos mundos. En los periódicos de Occidente se le comenzaba a llamar profeta de nuestro tiempo porque pronunciaba con fuerza el nombre de Dios en Amsterdam o denunciaba el racismo en Washington o respaldaba el compromiso social de los jesuítas de Centroamérica. Todo esto tiene su costo y no se realiza gratis. Algunos, dentro y fuera de la Compañía de Jesús, se preguntaban si Arrupe, además de encender ilusiones y abrir nuevos campos de trabajo, sabía gobernar a jesuítas. Con la Santa Sede hubo momentos serios no de choque frontal y desobediente pero sí de desencuentro que impuso a la Compañía dolorosos sacrificios. A poco que se conozca a los hombres, sin excluir a las jerarquías, y sus actuaciones en la historia esta mención no tiene por qué encender escándalos. Ignacio de Loyola tuvo dificultades no pequeñas con el Cardenal Caraffa, luego Paulo IV, Gregorio XIII impuso (semirrespetando la libertad de los electores) como IV General de los jesuítas al Padre Mercuriano, para interrumpir la españolizacíón del cargo y Clemente XIV, por no citar más casos, acabó suprimiendo la Compañía. Pero Arrupe en los conflictos con la Santa Sede (Pablo VI, 1974 y Juan Pablo II, 1981) tuvo siempre un comportamiento admirablemente ejemplar de respeto y obediencia al Papa. Llegamos así al secreto íntimo de Arrupe, a la fuente de donde brotaba su modo de ser y actuar: la profunda unión con Dios y la entrega apasionada a Jesús de Nazaret, Señor Resucitado. Si se tiene ocasión de leer algimas de las oraciones que Arrupe compuso en diversos momentos de su vida, se llega a entrever, aunque sea muy de lejos, cómo vivía el Padre Arrupe la presencia de Dios. A los jesuítas de Boston les decía: Cuando entrasteis en la Compañía, lo primero de todo para vosotros fue Dios. Si en la ciudad secular margináis a Dios, se os caerá todo, como un cuerpo sin corazón Y las últimas palabras de Arrupe, en agosto de 1980, antes de sufrir el derrame cerebral, fueron: Rezar más y más, y además siempre. Puede que éste sea mi canto de cisne para la Compañía De hombres así no andamos especia; lmente sobrados. Dios nos los concede de cuando en cuando. Se comprende por ello que muchos de nosotros no queramos de ninguna manera arrinconar su figura ni liquidar su herencia. Juan GARCÍA PÉREZ, SJ. %7 ttítí i 1 Tí T Ir- 5- i -Í 3, í 4 te! -1 á í bit? S: í íiríí M- i H r, 3i i tr, xt V 7. ¡abierta todo el año! Date un respiro. Acércate en cualquier estación del año, Soria te espera con los brazos abiertos. Podrás disfrutar de miles de rincones y parajes naturales de gran belleza, de nuestra historia reflejada en multitud de obras de arte de todas las épocas, de la rica gastronomía, de las pequeñas grandes cosas de la vida... íAn. Ni Patronato Provincia! de Turismo de Soria, 975 220 511, E- maÜ: turismo dipsoria. com, V ebiwww. sorianitelaimaginas. com

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