ABC MADRID 27-10-2001 página 42
- EdiciónABC, MADRID
- Página42
- Fecha de publicación27/10/2001
- ID0002309444
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42 RELIGIÓN SÁBADO 27- 10- 2001 ABC La Compañía de Jesús celebra el Año Amipe en memoria de su figura clave en el siglo XX Considerado un adelantado de su tiempo, llevó a los jesuítas a una nueva espiritualidad El 5 de febrero de 1991 fallecía en Roma el padre Pedro Arrupe, quien durante 18 años estuvo al frente de la Compañía de Jesús. Ahora, diez años después de su muerte, los jesuítas celebran con exposiciones, conferencias y libros el Año Arrupe en memoria de quien supo conducir a esta congregación, durante los años posteriores al Concilio Vaticano II, hacia una nueva espiritualidad. MADRID. Jesús Bastante oy un pobre hombre que procura estropear lo menos posible la obra de Dios De este modo se definía el padre Pedro Arrupe, quien desde 1965 y hasta 1983 fuera General de la Compañía de Jesús. Este jesuíta vasco, nacido en Bilbao en 1907, supo dejar su huella por todos los rincones del mundo que visitó a lo largo de su vida. Arrupe ingresó en la congregación en 1927, ordenándose sacerdote en 1936. Ahora, cuando se cumplen diez años de su fallecimiento, la figura del padre Arrupe emerge con fuerza. Prueba de ello es la celebración mundial del Año Arrupe que, según explica Ignacio García Velasco, secretario provincial de los jesuítas en España, busca la renovación espiritual de la Compañía, al estilo de lo que significó la vida de Arrupe para la experiencia jesuítica Diu- ante estos meses, se vienen celebrando diversos actos- -homenajes, charlas, conferencias, exposiciones, publicaciones de libros biográficos y de memorias- -en muchas ciudades. PROBLEMAS DE HOY Para García Velasco, el padre Arrupe ha sido una figura señera en la Compañía. Ha logrado transformar la visión preconcüíar a la espiritualídad que supuso el Concilio Vaticano II, convirtiéndose en un personaje importantísimo en el siglo XX No podemos responder a los problemas de hoy con soluciones de ayer explicaba Arrupe, cuando desde algunos sectores de la Ciu- ia se le acusaba de tolerar un excesivo progresismo entre los jóvenes jesuítas durante los años 60 y 70, quienes propugnaban ideas como un mayor compremiso social y político con los países en vías de desarrollo y que, en algunos casos, derivaron más tarde en la denominada Teología de la Liberación. Lejos de envejecer, las ideas y propuestas de Arrupe responden más que nunca a la problemática actual y a los desafíos del nuevo milenio subraya Pedro Miguel Lamet, uno de los mayores conocedores de la vida S El Padre Arrupe, en una visita que le hizo el Papa Juan Pablo II a su residencia del General de los jesuítas y autor de Arrupe, un profeta para el siglo XXI (Temas de Hoy) Arrupe no se resignaba a que la Iglesia y los jesuítas se refugiaran en los cuarteles de invierno y, con un concepto inmovilista de la ortodoxia, abandonaran la plaza del diálogo con el mundo y la cultura contemporáneos Arrupe fue un adelantado a su tiempo en multitud de facetas, entre las que destacan el compromiso y la denuncia de la situación del Tercer Mimdo, así como la lucha por la justícía. Dicho compromiso exigía para el jesuíta una acción en ima multitud de campos, político, social y económico. La opinión pública debe ser movilizada, rotas las barreras del prejuicio o la indiferencia, presíona- dos los políticos y los legisladores para actuar Esas ideas fueron el germen de lo que hoy son las ONG, el volimtariado o el movimiento a favor de condonar la deuda externa. En su día, el propio cardenal Tarancón dijo de Arrupe que era un profeta, era excepcíonalmente carismático, intuía el futuro. Y por eso iba delante de muchos que no acertaban a seguirle, porque no podían seguir su paso; y por eso no es sólo un hombre de su tiempo, sino un hombre que pretendía preparar a sus compañeros para el futuro Cuando en 1983- -dos años después de sufrir una trombosis cerebral, de la que nunca se recuperó totalmente- Arrupe presentó su renuncia al frente de la Compañía de Jesús, dejó escrito un mensaje que todavía hoy es leído por jesuítas de todo el mundo y que supuso su testamento espiritual. En su despedida, el padre Arrupe pedía a la congregación que estén a la disposición del Señor. Que Dios siempre sea el centro, que le escuchemos, que busquemos constantemente qué podemos hacer en su mayor servicio A los jóvenes, el jesuíta les pedía que busquen la presencia de Dios, que es la mejor preparación para el futuro A los más veteranos, les pido que no se gasten, y pongan el centro del equilibrio de sus vidas no en el trabajo, sino en Dios. Manténganse atentos a tantas necesidades del mundo. Piensen en los mUIones de hombres que ignoran a Dios HACIA UNA FUTURA BEATIFICACIÓN JeSUÍtaS e n GI m u n d O África América Latina Meridional América Latina Septentrional A I HAsia Mendional Asia Oriental Eurooa Central Europa Meridional Europa Occidental Europa Oriental Estados Unidos ¡D 479 I 811 7 927 J 1.425 (Número de jesuítas responsables o implicados en obras de la Compañía) 7 820 7 309 71.177 7896 7467 71.825 TOTAL: 8.657 Cuentan los que conocieron al padre Arrupe que, durante una de sus catequesis en Japón, vio cómo un nativo le escuchaba sin decir palabra. ¿Qué opina usted de mis explicaciones? preguntó el jesuíta. No puedo opinar porque no he oído nada- -contestó el otro- Soy completamente sordo. Pero me basta con mirarle a los ojos. Usted no miente. Lo que usted cree, eso creo yo Coincidiendo con el décimo aniversario de la muerte de Arrupe, varias provincias jesuíticas de todo el mundo han pedido ya a la Congregación General de la Compañía de Jesús que dé los pasos necesarios para solicitar la apertura del proceso de beatificación.