Berlusconi se teme lo peor en las elecciones de Milán

Los italianos han vivido una de las elecciones locales más vulgares y confusas de su historia republicana, porque ha primado la demagogia, incluso el juego sucio, dejando oscurecidos los problemas reales de los ciudadanos . Seis millones de italianos han sido llamados este domingo y hoy a las urnas, en la segunda vuelta de las elecciones municipales y administrativas, para elegir a seis presidentes de provincia y 88 alcaldes. Las citas cruciales se juegan en Milán y Nápoles .

Los sondeos pronostican un mal resultado para Berlusconi y su partido, especialmente en Milán, en unos comicios que él mismo presentó como un plebiscito. «Il Cavaliere» ha aparecido nervioso y aislado en los últimos días de campaña, recurriendo con frecuencia al insulto: «Solo quien carece de cerebro —afirmó— puede votar a la izquierda» . Desconcertante e insólita fue la actuación de Berlusconi en la cumbre del G8 en Deauville, donde abordó a Barack Obama, para explicarle —ante el apuro de Angela Merkel y Nikolas Sarkozy— que «Italia está sufriendo una dictadura de los jueces comunistas». «Il Cavaliere» describió a la justicia italiana como «patológica», y a los periodistas que asistían a su rueda de prensa los culpó de «amplificar» las noticias de sus procesos y los reprendió severamente: «¡Avergonzaos!», exclamó.

El espectáculo del primer ministro italiano en Deauville indignó a la oposición. «Berlusconi ha transformado la tribuna mundial del G-8 en escenario para sus mítines electorales . Humilla la dignidad de nuestras instituciones y ridiculiza el papel internacional de Italia», afirmó la presidenta del Partido Democrático, Rosy Bindi. El ridículo de Berlusconi sentó mal incluso en sus propias filas, y en protesta una subsecretaria, Daniela Melchiorre, ex magistrada, presentó su dimisión por «las increíbles manifestaciones hechas a Obama, deslegitimando la justicia italiana».