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Peñíscola: diez planes para exprimir el verano en la Costa del Azahar

En la playa. De noche. Con deportes náuticos. En los senderos naturales. Aún es (buen) tiempo de sol y costa en Castellón

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Si te gusta mojarte

La Comunidad Valenciana ha sido el destino favorito de muchos turistas que han visto en el mar Mediterráneo el lugar perfecto para sus vacaciones. Aunque la costa Blanca y la de Valencia están salpicadas de lugares donde poder pasar unos días de relax, en la costa del Azahar también encontramos localizaciones llenas de encanto que son capaces de cumplir las expectativas del visitante, sea cual sea su perfil. Peníscola es una de estas joyas castellonenses.

Este municipio ubicado en la comarca del Bajo Maestrazgo cuenta con una marcada tradición de turismo familiar. Pero más allá del modelo clásico de sol, playa y chiringuito, perfeccionado con el paso de los años, Peníscola ha ampliado su oferta para atraer a un abanico más amplio de público. Actividades naúticas diferentes, un animado ambiente nocturno, clases magistrales de historia… Seas como seas, hay una Peñíscola para ti.

Del trabajo conjunto entre este municipio y el vecino Benicarló surgió la Estación Naútica Peníscola-Benicarló. Creada en el año 2008, sus instalaciones, ubicadas en el puerto pesquero de Peñíscola, ofrecen a todo el que esté interesado un catálogo amplio de actividades en el que se combinan ofertas propias o por medio de empresas asociadas. Sus mejores bazas son que sus propuestas se adaptan a todas las edades y que tienen un precio asequible.

Desde un bautismo de buceo de la mano de Barracuda, un centro de actividades subacuáticas de Alcossebre, hasta experiencias novedosas como el paddlesurf o el subpilates. Los precios son realmente reducidos, así que si siempre deseaste navegar en un barco de vela, aprovecha la ocasión y aprende las nociones básicas en una primera toma de contacto. Se trata del mejor trampolín para disfrutar del mar desde dentro, no solo desde la toalla en la arena.

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Si te van las competiciones

Como todo enclave marítimo que se precie, la relación de Peñíscola con los deportes «pasados por agua» es algo intrínseco a sus habitantes. Si eres un apasionado de las regatas, tienes una cita con la Mandarina’s Cup. Se trata de un evento anual con el que se pone el broche de oro a la Fiesta del Mar, dos semanas intensas en las que público de todas las edades tiene la oportunidad de entrar en contacto con actividades náuticas a precios populares.

Año tras año, este evento se va asentando a pesar del difícil entorno económico que estamos viviendo. Aunque todavía está lejos de las grandes regatas que tienen lugar en nuestro país, esta cita tiene como principal ventaja que los participantes mantienen una relación muy cordial entre ellos. No dudes en sacar el espíritu marinero que hay en ti y forma parte de este encuentro rodeado de un ambiente distendido, casi familiar.

Si buscas el «todo incluido»

Aunque no son patrimonio exclusivo de Peníscola, los hoteles con pensión completa abundan por doquier. El aspecto exterior de estos alojamientos costeros no es tan colosal como el de otras localidades de la región, y precisamente, en esto radica su encanto, dado que su aspecto es más cálido y entrañable. Tanto solteros como parejas jóvenes, así como familias con niños o personas de la tercera edad tienen cabida en ellos.

Los establecimientos hoteleros de cierto nivel ofrecen un bufé en el que se tiene en cuenta a niños, mayores y personas con intolerancias. Además, las actividades de ocio incluyen actuaciones musicales, espectáculos de magia y clases con monitor. Uno de los ejemplos es el Gran Hotel Peníscola, que si bien no es un hotel de lujo, presenta una excelente relación calidad-precio. Si tienes oportunidad, alójate en una habitación con vistas al mar.

Si quieres desconectar y relajarte

Pasar unos días en la playa tomando el sol recarga las pilas y da fuerzas para retomar la rutina diaria con otro humor. No obstante, si esto te sabe a poco, en Peñiscola hay excelentes spas donde el ruido de las burbujas te invita a hacer una pausa de lo más relajante. Para eliminar tensiones, nada mejor que una piscina terapéutica con chorros a presión que te ayudarán a olvidarte de las molestas contracturas.

Otro de los servicios extra que no puede faltar es el masaje. En las cabinas de tratamiento un especialista pondrá tu espalda como nueva. Para experimentar estas sensaciones tan reparadoras, te damos dos pistas. La primera está en Penñiscola y se trata del spa del hotel Ágora. La segunda se sitúa en el puerto marítimo de Benicarló, donde te estarán esperando las instalaciones del spa Club de Mar.

Si eres un animal nocturno

Cuando cae la noche, la arteria principal de Peníscola, la avenida Papa Luna, se convierte en el perfecto punto de encuentro para los que se mueven a sus anchas entre las luces de neón. Seremos testigos de una colorida y variada zona de pubs que atrae al visitante con focos de colores y música pegadiza. La noche puede empezar tomando un elaborado cóctel en una terraza para pasar después a la pista de baile.

Entre los numerosos espacios frecuentados por los noctámbulos, destaca el Mandarina Club. Situado en un piso superior, su terraza chill out proporciona unas vistas nocturnas increíbles del castillo templario del municipio. Sus fiestas temáticas son memorables, así como su personal y sus habituales. Si quieres rodearte de gente guapa que sabe divertirse al ritmo del mejor house, éste es tu sitio.

Si buscas monumentos con historia

El icono de Peníscola es, sin duda, su castillo templario. Construido por esta orden militar cristiana entre 1294 y 1307, es la última fortificación que se construyó antes de que estos caballeros fueran declarados herejes. Esta majestuosa construcción también es conocida por haber acogido a uno de sus más célebres y controvertidos habitantes: el Papa Luna, una figura situada en la encrucijada del Cisma de Occidente.

Además de los restos bien conservados de muralla medieval, hay una segunda línea de defensa levantada durante el reinado de Felipe II desde cuyos baluartes se defendió el lugar de los ataques de piratas berberiscos. En 1890, el municipio fue desmantelado militarmente, cediendo sus armas al arsenal de Cartagena. La oficina de turismo de la ciudad propone visitas guiadas gratuitas de lunes a viernes a las 20 horas.

Si te gustan las ciudades con carácter

La ciudad antigua de Peñíscola es un entramado de cuestas flanqueadas de casas blancas y tiendas de recuerdos. Tras cruzar el portal de San Pere, un paseo por sus empinadas calles empedradas nos devolverá por arte de magia a la época en la que los lugareños resistían las acometidas impetuosas de los invasores. Pronto llegaremos al fortín del Bonete, que posteriormente se usó como matadero municipal durante mucho tiempo.

Para escuchar al mar cantar, nada mejor que echar un vistazo al bufador, un túnel natural producto de la erosión de la roca por cuya salida al exterior llegan hasta nuestro oídos la voz del Mediterráneo. En los días en los que las olas rompen con fuerza, el agua sale despedida por el agujero, lo que resulta todo un espectáculo. Antes de volver a la zona moderna de la ciudad, hay que visitar el museo del Mar (gratuito) y acercarse al faro.

Si añoras el contacto con la naturaleza

El parque de la sierra de Irta tiene 15 kilómetros de fachada litoral- Michael Förster

El Parque Natural de la sierra de Irta es el escondite perfecto para el visitante que desee perderse en medio de un paraje de singular belleza. Su punto más alto es el pico Campanelles, que ronda los 570 metros de altura. Por otro lado, sus 15 kilómetros de fachada litoral han permanecido ajenos a la fiebre de la construcción que sembró la costa de urbanizaciones. Sus senderos señalizados son estupendos para realizar rutas a pie, a caballo o en bici.

Entre las sorpresas que nos depara el recorrido por esta maravillosa zona están los acantilados, que proporcionan unas magníficas vistas panorámicas. Si solo podemos elegir uno, la recomendación es acercarse al que alberga la torre Badum, un edificio musulmán que servía otrora de puesto de vigilancia. Otro de los monumentos que hay que visitar a lo largo del trayecto es la ermita de San Antonio.

Si eres amante de la buena mesa

La tradición marinera de esta localidad brinda excelentes pescados de los que se nutre la gastronomía local. La brisa del mar es el complemento perfecto para una cena en pleno paseo marítimo. Los restaurantes cuentan con un menú en el que predomina el pescado. Algunos de los platos que no te puedes perder son el rape con ajo y pimentón, el suquet de pescado o las deliciosas cañadillas, sin olvidar la omnipresente paella.

En el capítulo de los postres, nuestras papilas gustativas se fundirán con la dulzura de la pulpa de calabaza con miel y requesón, ingrediente este último que también sirve para elaborar un exquisito pastel con almendras. Para disfrutar con los cinco sentidos de la mesa peñiscolana, las jornadas gastronómicas constituyen una cita ineludible para el viajero, que será recibido de buen grado en la lonja.

Si solo quieres broncearte

Para los que tengan modestas intenciones y se conformen con disfrutar de los rayos del sol desde su tumbona, seguro que este municipio cumple al 100% sus expectativas. La playa Norte es el reclamo por antonomasia del turista que busca el bronceado y el chapuzón. Su longitud alcanza los 5.000 metros, mientras que la anchura de la franja de arena es de unos 44 metros de media.

Además de estar dotada de sombrillas y hamacas de alquiler, los niños disfrutarán de lo lindo gracias a variadas instalaciones infantiles. Por su parte, la playa Sur, al otro lado del castillo, permite ver los barcos llegar al puerto con la pesca del día. Si buscas rincones más tranquilos y con menos aglomeraciones, tienes excelentes calas donde pasar el día, como la del Volante, Ordí y Argilaga, entre otras.

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