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El manual de uso definitivo de las gafas de sol

Cómo elegirlas, dónde no puedes llevarlas, qué estilo te conviene, qué debes evitar...

Gafas de sol Instagram @sunglasshut
María Aguirre

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Son de origen militar , pero las gafas de sol de hombre se asocian, en general, a hombres elegantes y carismáticos del siglo XX como John Fitzgerald Kennedy y sus Wayfarer de Ray Ban, modelo que sigue de plena actualidad, hasta el punto de que casi todas las marcas tienen una versión en su colección. El cine también ha hecho mucho por este elegante complemento, elevando modelos concretos a clásicos que, como las Wayfarer, siguen vigentes. Es imposible olvidar, por ejemplo, a Tom Cruise y sus aviador en Top Gun .

Es tal el arraigo de este tipo de modelos atemporales, que estamos ante el complemento de la moda más estático . Existen tendencias temporada tras temporada, pero no calan tanto como lo hacen en la industria textil y del calzado. Es un fenómeno peculiar muy sencillo de comprobar; basta con obserbar a los hombres más estilosos que te encuentres para chequear que, efectivamente, hay tres o cuatro modelos que se llevan la palma. Y la verdad, es completamente entendible. Si tienes varios modelos en casa, lo sabrás mejor que nadie, porque al final la cabra tira al monte: siempre tienes una excusa para ponerte las de siempre.

En cambio, de igual forma que sí hay consenso sobre que los clásicos se imponen , no lo existe tanto a la hora de usarlas. Se cometen verdaderas atrocidades con las gafas de sol, tanto a la hora de elegirlas, como en el momento de combinarlas. Y esto se multiplica cuando hablamos de cuidarlas y, muy especialmente, en todo lo que tiene que ver con el protocolo de uso de las mismas.

Por ello, hemos decidido elaborar un pequeño manuel de uso de las gafas de sol que hemos completado con una especie de prólogo en el que también incluimos unos consejos generales sobre cómo elegirlas, algo que es casi tan importante como saber cómo llevarlas.

1

Las gafas de sol, mejor cuanto más oscuras Instagram @moeyewear

Mejor con cristales tintados

Tienen ese punto extra de misterio intrínseco este tipo de gafas de sol que les aporta una carga de elegancia que no tienen las de cristal transparente. Quizá sea algo cultural, es muy probable, pero es una sensación extendida que esa mirada enigmática que se esconde detrás de las lentes da mucho más juego en lo que a la imagen general se refiere.

"El color de los cristales no siempre es sinónimo de una alta protección. La clave está en el número de filtro, una categoría que indica la menor o mayor capacidad de absorción lumínica de las lentes. En primavera y verano las condiciones de luminosidad son bastante altas por lo que se recomienda escoger una categoría 3, que indica una capacidad de absorber entre el 82% y 92% de luz", explican los expertos de Alain Afflelou .

2

Los modelos clásicos no fallan Instagram @andresvelencoso

No arriesgues

De entrada, porque como hemos explicado anteriormente, los modelos más clásicos están muy aceptados y muy naturalizados. Los diseños atrevidos, en cambio, pueden resultar demasiado chocantes por lo que conviene reservarlos para contextos menos formales en la medida de lo posible. Unas gafas de sol son la tarjeta de presentación de un rostro en muchos casos, de manera que tienen mucha responsabilidad en el mensaje que quieres transmitir .

3

Elige el modelo que más cuadre con tus gustos Instagram @carrera

Un modelo para cada estilo

Las aviador son las gafas de sol más versátiles , mientras que las de pasta gruesa siempre funcionan mejor con formas de vestir más específicas: jeans, camisetas básicas, y sobre todo botas chelsea. Deben tener un idilio en común estos dos complementos porque no es normal que combinen tan bien. Las de estilo deportivo, por cierto, por mucho que los millenials las llevaran en su adolescencia en todo tipo de contextos -recuerda aquel boom de las Oakley de montaña-, se deben restringir al uso para el que han sido concebidas: la práctica deportiva.

4

Evita llevar las gafas en la cabeza Instagram @arnette

No las lleves en la cabeza

Vas a deformar la gafa al abrir en exceso las patillas y aflojar los tornillos si lo haces. Además, el protocolo marca que este es un tic que se debe evitar a toda costa . Si las quieres guardar, siempre en su funda, que por cierto debe ir siempre contigo para protegerlas mejor de cualquier amenaza externa cuando no las tengas puestas.

5

Si vas a bañarte, olvídate de las gafas Instagram @Northweek

No te bañes con ellas

Parece evidente decir esto pero, aunque no lo creas, este es uno de los errores que más se cometen en verano , y debes saber que tanto el cloro como el salitre estropean las lentes. Más rápidamente el segundo que el primero, pero en ambos casos es igual de desaconsejable. Y tampoco las laves debajo del grifo del agua, por favor, porque esto significa que a continuación pondrás en peligro las lentes al secarlo con algún tipo de papel que las pueda arañar. Si tienen su tela suave para limpiarlas, por algo será.

6

Las gafas de sol son siempre para los exteriores Instagram @carrera

No las lleves a cubierto

Salvo recomendación médica por alguna patología ocular, las gafas de sol siempre se deben quitar en espacios cerrados . Además, también marca el protocolo que deben ser retiradas de la vista al intercambiar palabras con otra persona y al ser presentado.

7

Protege tus gafas de sol Instagram @rayban

Guárdalas... pero no en cualquier sitio

El protocolo marca también que las gafas de sol siempre deben estar guardadas en su funda, algo recomendable también para protegerlas. Nada de colgarlas al cuello ni en la chaqueta de la americana, ni mucho menos sobre la cabeza, porque ya hemos visto que las puedes estropear. Pasa página ya de lo que hacías de chaval en los coches de choque...

8

El protocolo manda Instagram @luxottica

Haz caso al protocolo

Las gafas de sol no se deberían usar con traje si hacemos caso al protocolo salvo excepciones muy concretas como las personas con patología ocular, pero este punto está un poco desactualizado con la realidad, porque es general la percepción de que unas gafas elegantes con un traje con corbata suelen ser sinónimo de elegancia. En cualquier caso, nunca te las debes poner de noche salvo las mismas excepciones citadas en las ocasiones anteriores, y tampoco puedes chupar las patillas o juguetear con ellas en las manos cuando te las quitas. Trata de evitar este tipo de gestos en la medida de lo posible, según dicta el protocolo.

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